Es campeona olímpica, del mundo y europea. Ha batido 28 récords (15 al aire libre y 13 en pista cubierta) en salto de pértiga. Tiene 33 años, está limpia y solicita participar en los Juegos de Río 2016. ¿La dejarían? Así, a priori, seguro que ustedes no pondrían ninguna pega. El problema es que los atletas rusos, tras la suspensión impuesta por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), no podrán participar en competiciones internacionales hasta nuevo aviso por las graves acusaciones de doping. ¿Solución? La única que le queda a Yelena Isinbayeva es competir bajo la bandera olímpica. ¿Y puede? Eso ya es otra cosa. En cualquier caso, la decisión final la tomarán los organismos competentes.
Entre los que buscarán que así sea está el jurista deportivo ruso Tagir Smakayev, que en declaraciones a la agencia DPA aseguró que legalmente es posible que pueda ir a Río bajo la bandera olímpica. Tal como confirmó su entrenador, Evgeni Trofimov: “Es una posibilidad. Ella está limpia y quiere demostrar su inocencia”. De hecho, el actual presidente de la IAAF, el británico Sebastian Coe, ya consiguió el oro en los Juegos de Moscú en 1980, cuando Estados Unidos decidió boicotear dicho evento deportivo.
Yelena Isinbayeva, que se encuentra sin competir actualmente tras concebir a su primer hijo, tiene previsto regresar en 2016 con el objetivo de acudir a los Juegos Olímpicos de Río, los que podrían ser los últimos de su exitosa carrera como atleta. “Sería injusto prohibir a deportistas inocentes que no estuvieron involucrados. Durante mi carrera deportiva fui honesta. Entrené, gané campeonatos y todas mis victorias fueron limpias y merecidas”, sostuvo la rusa. Pero bien, ¿cómo han reaccionado los organismos internacionales en otras ocasiones?
Los refugiados, bajo la bandera olímpica
El pasado octubre, Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) que los refugiados competirán en Río 2016 bajo la bandera y el himno olímpico. Los atletas que así lo quieran se alojarán en la Villa junto a los 11.000 deportistas de distintas disciplinas que participarán en el evento deportivo. No obstante, no es la primera vez que se toma esta decisión, aunque en cada caso los criterios no han sido los mismos.
A lo largo de la historia, deportistas de Macedonia, Timor Oriental, Sudán del Sur, Curaçao o de la antigua República Federal de Yugoslavia han optado por esta fórmula para competir en unos Juegos. Y, en la mayoría de los casos, los organismos competentes los han acogido por dos motivos principales: transiciones políticas en los países de origen o sanciones internacionales.
De Moscú a Río 2016
No ha sido la primera vez ni será la última que vaya a ocurrir. En los Juegos de Moscú de 1980, por ejemplo, Estados Unidos, argumentando la presencia militar soviética en Afganistán y debido a la Guerra Fría, decidió no acudir a seis meses del comienzo. Al boicot se sumaron otros 14 países, y entre ellos, España. Todos compitieron bajo la bandera olímpica. En Barcelona 1992, atletas de la República Federal de Yugoslavia y de la República de Macedonia se acogieron a la misma fórmula, con resultados dispares: tres medallas en los olímpicos y ocho en los paralímpicos. Volvió a ocurrir en Londres 2012 y así será en Río 2016.
Yelena Isinbayeva podría acudir a Brasil como tal a la próxima cita. Al fin y al cabo, a día de hoy, nadie ha demostrado que se haya dopado. Y, de una u otra forma, le serviría a la rusa para terminar su carrera por todo lo alto y con su historial limpio. Ahora la pregunta es: ¿Buscarán acogerse a la misma fórmula el resto de atletas rusos sin manchas en su currículo? ¿Y aceptarán los órganos competentes la proposición? Eso no depende del deporte, sino de lo que se establezca en los despachos. Y, por tanto, toca esperar para contestar a dichas preguntas.