"Con el oro en Río me conformaría". Así de contundente y segura se mostraba la ahora ya campeona olímpica Maialen Chourraut (Lasarte-Oría, Guipúzcoa, 1983) en una entrevista en EL ESPAÑOL el pasado mes de febrero.
La vasca apareció con su remo para dar una alegría a la delegación española deslizándose por las aguas bravas de Río. Era la segunda que nos daba. También lo hizo en Londres. Hace cuatro años fue bronce, ahora sube al olimpo.
Alejada de los focos, y con parto de por medio, Chourraut atrapar el oro. Ejemplo de conciliación del deporte y maternidad, Maialen atendió a EL ESPAÑOL con una sonrisa siempre presente, entre entrenamientos y sollozos de su hija, contándonos todo lo que luchó por lograr su sueño.
¿De dónde surge la pasión por un deporte como el piragüismo?
Viene de mi club, el Atlético San Sebastián. Allí hice cursillos de verano a los 11 años y al año siguiente volví a repetir. Me propusieron entrar en la sección de piragüismo de aguas bravas y empece a entrenar con grupos. Nos fueron enseñando lo que era el deporte, porque cuando empezamos no tenía idea en que me metía.
¿Es España un país para piragüistas?
No, no lo es. Somos muy pocos. España es una península rodeada de mar y podría haber más practicantes. Es un deporte poco conocido, que vive de los resultados. Cuanto mejores sean, mas reforzado sale el piragüismo.
¿Qué atrae de las aguas bravas?
El deslizamiento. Es una sensación que engancha mucho.
¿Cómo está siendo la preparación para los Juegos?
Ahora la estamos enfocando para la preselección que será en marzo. Tenemos plaza olímpica, pero no es nominal, es una plaza para el equipo. Hay que ponerle nombre a esa plaza.
¿A qué sabe una medalla olímpica?
A que se quiere más (risas).
Y ese más, en Río.
Sí, esperamos.
¿Cuál es el objetivo en los Juegos?
El oro. Con eso me conformaría.
¿Y con qué no?
Con una Maialen Chourraut que remando no sea atacante.
¿Hay más presión sabiendo que se la considera como posible medallista?
Más presión de la que me pongo yo es difícil que otros me pongan. Me gusta la presión, necesito la presión. Soy una chica que se presiona mucho a sí misma y por ello en las competiciones suelo sufrir bastante. Pero estar entre las favoritas es buena señal.
Estuvo en Río en noviembre, ¿cómo vio la ciudad y las instalaciones?
No fue una concentración fácil. Cuando llegamos, vimos mucha pobreza y eso se me hizo bastante duro.
Al virus zika, ¿se le tiene miedo?
Nosotros estaremos muy protegidos. Peor estarán los que viven allí, las mujer que al quedarse embarazadas cojan el virus... esas personas sí que tendrán que sentir el miedo. Nosotros vamos a competir, no pasaremos mucho tiempo allí y supongo que pondrán todo tipo de seguridad para nosotros, cosa que no sé... a unos tantos y a otros tan poco. Miedo no tengo.
¿Cuál recuerda como mejor momento de su carrera?
No tengo un mejor momento concreto. Tengo buenos recuerdos de muchas situaciones. La medalla de bronce en Londres, por ejemplo, no es el mejor recuerdo. El Mundial de la Seo de Urgel de 2009, la preparación de los JJOO, los paseos en la bahía... tengo buenos recuerdos de muchos momentos.
Cambiando de tercio, ¿Anne ha sido su mejor medalla?
(Risas). Sí, sí. Es mi mayor tesoro, sin duda.
¿Es posible una conciliación entre ser deportista y ser madre?
Para mí sí fue posible. Recibí gran apoyo de las instituciones y de los sponsor y eso ayudó a que pudiera entrenar y cuidar de mi hija. Pero tampoco es fácil. Ella solo tiene dos años y medio, pero por ahora todo ha ido bien. El nivel que tengo es bueno y eso anima a seguir.
¿Pensó en la retirada al ser madre?
Si se hubiera podido hacer una pausa de dos años y volver, eso sería la bomba. Pero no puedes parar de entrenar. Si paras, lo pierdes todo. Quise desde el principio ser madre y piragüista, compaginar ambas cosas y nos tiramos a la piscina. Teníamos claro que una cosa iba con la otra, que íbamos con las dos cosas adelante. Pero si que pensé que me hubiera gustado parar, aunque es una cosa imposible en el deporte.
Las mujeres están al poder últimamente.
Es una gozada compartir mi carrera deportiva en esta época. El deporte femenino goza de muy buena salud. Se están sacando grandes resultados en diferentes disciplinas. Hay que seguir luchando para que se impulse más, para que tenga un hueco mayor.
¿Se sienten abandonados aquellos que practican deportes que no tienen el foco cada semana?
Abandonada no, porque no me gusta que haya atención en mí. Pero sí se echa de menos que se emitan las competiciones por la televisión para que la gente pudiera sentarse en el sofá y ver piragüismo sin ser los JJOO.
¿Y da tiempo a valorar lo que se consigue?
Sí, pero no podemos vivir del pasado ni estancarnos. Hay que vivir el presente y marcar objetivos para el futuro. Me gusta disfrutar del momento.
Un sueño que le quede.
Necesito una medalla de oro olímpica y otra del Mundial. Eso me haría sentirme satisfecha con mi carrera deportiva.
¿Serán los JJOO de Brasil los últimos de Maialen?
Nunca se sabe. Desde luego, ahora no me planto. El siguiente ciclo olímpico tenemos competiciones muy interesantes, con el campeonato del mundo 2017 en Pau (Francia, entre San Sebastian y la Seo de Urgel), donde hay mucha afición. Ese no me lo puedo perder. Y en 2019 es aquí, un Mundial en casa que tampoco me lo quiero perder. Hay que ir año a año. Creo que todavía puedo dar guerra.
Una petición para los periodistas.
Cuando tengamos competición, aunque no la echen por la televisión, hay una página web que retransmiten las competiciones. Si vierais el vídeo, se conocería más el deporte. De boca en boca y de medio en medio más gente lo seguería y se conocería más a los que competimos. Es mucho pedir (risas).
Y a los políticos, qué les diría.
No sé si podemos pedir mucho nosotros... Que cuiden el deporte, desde la base hasta el deporte. Que lo cuiden. El deporte es salud, valores y una gran enseñanza.