Las playas de Río de Janeiro, ‘la ciudad maravillosa’, ofrecen de vez en cuando imágenes inauditas. La fotografía de un brazo humano flotando en la Bahía de Guanabara ha vuelto a poner el nombre del escenario olímpico de vela en los titulares de prensa, cuando quedan sólo cinco meses para el inicio de los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica.
La foto fue enviada el pasado día 23 al diario O Globo por un lector no identificado de Niteroi (ciudad contigua a Río) la semana pasada. Según el diario brasileño, no era la primera vez que el testigo presenciaba algo parecido: "Ya vi cuerpos flotando otras veces. Uno hace cinco años, y otro el año pasado", afirmaba en declaraciones recogidas por el rotativo.
El profesor y biólogo de la Universidad de Río Mario Moscatelli, que lleva 20 años estudiando la contaminación en la bahía, ha declarado en varias ocasiones haber visto “cuerpos enteros y en pedazos. Antes sí era más frecuente”. Río de Janeiro, donde aún hay ‘favelas’ aún dominadas por el narcotráfico, es el estado con más muertes a manos de la policía (413 en 2013) en el país con más homicidios del mundo (56.337 en 2013).
Las críticas de los deportistas náuticos a la calidad de las aguas olímpicas son constantes desde hace un par de años y se redoblaron cuando las autoridades reconocieron (en 2015) que no sería posible cumplir su promesa de limpiar el 80% de las aguas antes del inicio de la competición (promesa realizada por la candidatura al Comité Olímpico Internacional en 2009). Las autoridades ya han admitido que haría falta una década más para cumplir su compromiso de limpiar un 80% de la polución que convierte algunas zonas de la bahía en un estercolero donde pueden hallarse electrodomésticos enteros, animales en estado de putrefacción y un olor francamente desagradable. Un 65% de los desperdicios de esta ciudad de 6.5 millones de habitantes fluyen al mar sin ser tratados; se vierten cada día a la bahía carioca entre 80 y 100 toneladas de basura.
Deportistas brasileños y extranjeros han solicitado repetidamente un cambio de ubicación de las pruebas náuticas, pero no entra en los planes del Comité organizador, como han confirmado varias veces portavoces a este periódico. El comité ha anunciado un nuevo sistema de canalización que desviará, según sus palabras, "los residuos para fuera de la bahía" y ha "mapeado las corrientes en la bahía para saber cómo se desplazan los desechos, de manera que el área de competición estará protegida por una flota de ecobarcos y ecobarreras”.
Destacados científicos han recomendado a los regatistas, no obstante, que se vacunen como mínimo de la hepatitis A antes de competir en unas aguas que el año pasado contenían una ‘superbacteria’ resistente a antibióticos que disuadió durante meses a los bañistas de meter el pie en la célebre playa de Flamengo. (Del Zika ni se hablaba por aquel entonces).
Una cosa es segura: las aguas de Guanabara, la segunda bahía más grande del país y la primera en importancia económica, seguirán sucias cuando se dispute la competición olímpica de vela.