El deporte tiene cosas tan buenas que también las tiene que tener malas. Se puede pasar del éxtasis a la tristeza en un momento. Al hockey masculino español les tocó esta vez la segunda de las opciones. Perdió en el último minuto, con polémica incluida, y se despidió de los Juegos Olímpicos de la forma más agónica posible. Fue ante Argentina y España perdió. Como Nadal con Del Potro este sábado. Definitivamente, los argentinos nos han dado el fin de semana.
El partido de cuartos ante Argentina se decidió al final, después de tres cuartos en los que España estuvo a expensas de Argentina, siempre por debajo, jugando mal. Ya desde el principio se vio superada y recibió el primer gol cuando peor puede llegar, en el último segundo del primer cuarto. En una repetición de un penalti-córner, Gonzalo Peillat batía por la parte derecha a Quico Cortés, portero español. Fue el tanto que marcó todo el encuentro, porque hasta el último cuarto fue el que mandaba en el resultado.
Hasta los últimos 15 minutos no apareció España, porque los tres cuartos anteriores fue un dominio continuo de la selección albiceleste, que perdonó en varias ocasiones y mantuvo la renta mínima de un gol. El primero que dio opciones a la selección española fue Nano Ortiz con un fallo incomprensible a un metro de la portería a un Quico Cortés que fue el mejor de un segundo cuarto al que España ni se presentó.
A España se le quemaron las ideas en el peor partido posible. Habían llegado a cuartos como segundos de grupo y sin perder ningún partido, tras ganar tres encuentros y empatado dos. Estaban nerviosos, faltos de ideas, los que le llevó a estar siempre a estar a expensas de una Argentina que, aupada por el público en el Estadio de Deodoro, dominó en todo momento. Quico Cortés salvó otros dos penalti-córner y eso fue lo mejor de los 'Red Sticks', llegando al descanso solo perdiendo por 0-1.
Se salvó de la quema en el tercer cuarto, donde Argentina volvió a jugar con el resultado. Pero cuando el tiempo acuciaba, España se puso las pilas y apareció por Deodoro liderados por Pep Romeu con un asedio de ocasiones, que ninguna entraba. El último cuarto fue un dominio del equipo español, con Argentina agazapada atrás y solo saliendo en aisladas ocasiones. Eso sí, cuando contraatacaba, lo hacía con peligro, ayudando que la defensa española estaba más centrada también en buscar el empate que de prevenir el segundo. Sergi Enrique fue providencial sacando una bola en una de esas contras que hubiera sentenciado el partido.
En los últimos quince minutos España atacó más que en los 45 anteriores y antes o después eso tenía que tener su premio. Cuando los argentinos ya celebraban en la grada, Pau Quemada apareció para dar un gol merecido que empataba el partido. Fue al séptimo penalti-córner, lo que más estaba costando a España. Los 'Red Sticks' sobrevivieron a dos superioridades numéricas argentinas (España no tuvo ninguna) pero sería solo una alegría pasajera. Quedaba lo peor.
Todavía quedaba tiempo y la polémica hizo acto de presencia. A falta de minuto y medio, tras un penalti-córner que desperdició Argentina, el colegiado pitó penalti-stroke, que es lo que sería un penalti en fútbol: ocasión directa. Jugador ante portero. Muy polémica la decisión pero a la postre decisiva. El argentinto Juan Ignacio Gilardi machacó en el mano a mano ante Quico Cortés y puso el 2-1.
No había tiempo para más. España no tuvo ni segundos para poder generar una jugada y caía de la forma más agónica, y con polémica incluida, en cuartos de final. Se queda pues fuera de las semifinales, ronda que consiguió en 2008 (donde acabó segunda) y 2004 (perdió la lucha por el bronce). Argentina, por primera vez, luchará por las medallas en unos Juegos Olímpicos.