Los Juegos de Río no han empezado bien para el atletismo español: la apuesta más fiable para una medalla de oro (el campeón mundial Miguel Ángel López en 20 kms. marcha) sólo pudo quedar undécimo. En algunos medios la decepción se tradujo en titulares cuestionables presididos por la palabra "fracaso". Este domingo algunos compañeros de la delegación española aprovecharon su comparecencia para criticar la actitud de la prensa. "Duele que se hable tan mal del atletismo, se les da muy duro si no se clasifican a la final... Hay que respetar más lo que significa estar aquí, valorarlo más", expresó la primera en sacar el tema, la lanzadora de disco Sabina Asenjo: "Eso no es un fracaso".
La saltadora de longitud Mar Jover fue aún más explícita: "Dejemos de valorar sólo los resultados deportivos... Es un sueño que tenemos desde pequeñitos, duele cuando se hablar del fracaso de compañeros [...] No seáis tan duros con nosotros".
El asunto de la conciliación familiar (y todavía más, la diferencia entre los atletas y los profesionales de otros deportes con más medios) volvió a aparecer en el debate abierto sobre la presunta dureza de la prensa. "Muchos tenemos que compaginar nuestra vida deportiva con ser madres, los estudios o el trabajo; no tenemos los privilegios de otros deportes", señaló la altleta alicantina, quien compartió la opinión de que "no se valora" el trabajo del atleta español. "Somos los primeros que sufrimos cuando nos eliminan. Venimos a dar el 110 por ciento de nosotros y esperamos coger ese buen día que a veces es necesario para tener éxito", dijo a modo de conclusión.
Debate abierto
La también saltadora de longitud Concha Montaner (presente en sus cuartos Juegos) abundó en el argumento del azar ("el atletismo va por días") y de la maternidad ("es duro quitarle tiempo a mi niña para cumplir un sueño"). Sergio Fernández, nuestro mejor representante en 400 metros vallas, observó a su vez que los Juegos Olímpicos "tienen un nivel muy superior a cualquier otra competición" y admitió que el atletismo español "ha levantado grandes expectativas después de un gran Europeo", pero "hay que tener los pies en el suelo, ir ronda a ronda".
En la sala de prensa, al finalizar la comparecencia, continuaba el debate sobre los razonamientos expuestos. Es muy cierto que algunas modalidades olímpicas solo admiten 32 participantes, por lo que la sola inclusión en la lista de competidores es una señal de éxito. ¿Pero puede hablarse de "fracaso", por ejemplo, si un atleta repite que acude a unos Juegos en busca del oro y no saca después ni diploma olímpico? ¿Son preferibles otros términos? ¿Y es el atletismo (o el deporte) la única actividad o trabajo en el que se compagina el tiempo con la vida familiar? La conclusión parecía estar en el justo medio: ni toda eliminación es un fracaso, obviamente, ni puede evitarse la palabra en determinados casos de rendimiento muy por debajo de lo esperado, especialmente si el propio deportista ha estado proclamando sus altas ambiciones sin reparos.