No tardará en abandonar la liga local, igual que abandonó San Pedro Sula. Alberth Elis, el goleador inesperado, condujo a la selección hondureña masculina de fútbol a estos Juegos Olímpicos, y él mismo les ha metido ahora en semifinales, donde les espera Brasil en Maracanã –miércoles 17 de agosto–.
El contexto de la gran esperanza hondureña es lo más turbio que uno se pueda imaginar. La ciudad que le vio crecer –Elis nació en 1996 en San Juan de Tela y pronto su familia se trasladó a San Pedro Sula– ha encabezado las listas de número de homicidios por cada 100.000 habitantes durante cuatro años consecutivos (2011-2014, ambos inclusive), dejando atrás a Ciudad Juárez, Acapulco o Caracas.
El estudio, publicado anualmente por la organización Seguridad, Justicia y Paz, añade que, además, cada año encuentra más problemas por parte de la ciudad hondureña para acceder a los datos que resumen una violencia exorbitada. Tanto en el Real España –club de su ciudad– como en el Olimpia, su actual equipo, Elis ha divulgado a los cuatro vientos sus facultades. Reúne rapidez, oportunismo y toque delicado. No le busquen haciendo regates antológicos ni escapándose de cinco rivales. Búsquenle en el área, con la diestra, aprovechando espacios o por arriba con cabezazos certeros.
Sus dos goles contra Estados Unidos en las semifinales del Preolímpico de la Concacaf clasificaron para estas Olimpiadas a Honduras, y su lideranza actual –junto con el guardameta Luis “Buba” López–, así como sus dos goles en lo que va de torneo, les han metido en la lucha por las medallas.
Advertencia: antes de elevarle a un pedestal internacional que –por méritos, de momento, y por edad– le quede grande, es preferible comparable con otros delanteros de sus características, como puede ser el ecuatoriano Miller Bolaños –actualmente en Grêmio, antes en Emelec–. Hay coincidencias entre Bolaños y Elis, pero el hondureño es más alto y corpulento.
En los partidos de los últimos meses, antes de viajar a los Juegos Olímpicos, Elis, con los pies muy en el suelo, tenía claro alguno de los defectos del equipo: “Tenemos que mejorar a balón parado”. Pero también avisaba de sus intenciones: “Nos estamos preparando para ir a hacer bien las cosas a Río, no solamente a participar”.
El barrio en el que creció Elis –Chamelecón, y en concreto la Colonia Suyapa–, ayuda, sin duda, a tener los pies en el suelo. Es uno de los más problemáticos de San Pedro Sula. En los últimos años se han llegado a encontrar allí incluso cementerios clandestinos. Las maras, las organizaciones criminales dueñas del pánico, se ajustan cuentas y se dividen el terreno y la sangre. La 13 (Mara Salvatrucha), la 18 y los Chirizos suelen ser el destino final de muchos de los adolescentes de la zona.
El Proyecto Metas es una de las organizaciones que trabaja por salvar a los jóvenes vecinos de estos barrios de un futuro escrito con restos de pólvora. Los programas que desarrollan, según fuentes de la fundación, “se orientan a la mejora de las condiciones de empleabilidad de los jóvenes a través de su capacitación y certificación en competencias laborales básicas con la participación del sistema de educación formal y no formal y la empresa privada. En San Pedro Sula ya se está beneficiando al Instituto Técnico Chamelecón [en el barrio de Elis], y con la colaboración de la Alcaldía se busca a replicar este programa a otros centros educativos técnicos municipales.”
Estas dificultades estructurales para la juventud hondureña, que comienzan desde la misma educación primaria, repercuten, como no podía ser de otra manera, en el deporte. Y a pesar de todo, la selección hondureña ya firmó una histórica participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde cayó en cuartos de final eliminada precisamente por Brasil –goles en Leandro Damião y Neymar en aquella ocasión–. Esta vez se verán un escalón más arriba y en un escenario sublime.
Su mayor estrella, tras abandonar San Pedro Sula sueña ahora con dejar Tegucigalpa. Y no le queda mucho. Le llegan cada semana ofertas procedentes de equipos europeos. Se han fijado en él el Everton, el Brujas, el Cagliari y el Tenerife. Él está listo para dar el salto. Se imagina sobre todo en Inglaterra, galopando como más le gusta, y quizá el billete de avión haga escala en Maracanã.