"Nunca antes en los 56 años de historia de los Juegos Paralímpicos nos habíamos tenido que enfrentar a circunstancias como estas". La frase es de Sir Philip Craven, el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), y no deja lugar a las dudas: la edición paralímpica de Río 2016 va camino del desastre a tan sólo dos semanas del inicio de la cita (del 7 al 18 de septiembre). Y, por muchos esfuerzos del Comité Organizador y del CPI para arreglar la situación a última hora, el panorama es más que crítico.
El recorte del presupuesto del evento ha sido importante. A pesar de que hay 150 millones más de reales brasileños (42 millones de euros) a disposición de la organización y de que se negocie con algunas empresas locales como Petrobras para que patrocinen los Juegos. Los despidos de personal y la reducción de los servicios de transporte y de los voluntarios es inminente.
No serán los únicos ajustes, ya que la sede de Deodoro no se utilizará en los Paralímpicos. Los deportes que iba a albergar, como la esgrima en silla de ruedas, acabarán trasladándose al Parque Olímpico. Otros como la hípica, el fútbol 7 y el tiro tendrán tres sedes independientes entre sí y con su propio transporte.
Además, la prensa también se verá afectada por los recortes, ya que algunos de sus centros se cerrarán y otros se unirán (como los de los pabellones Carioca Arena). El número de carpas situadas en los aledaños de los estadios e incluso el aforo de los recintos será menor.
Esta última medida tiene su explicación en el escaso éxito de la venta de entradas para los Juegos. Hace unos días, únicamente se habían vendido el 12%: unas 300.000 de las 2.400.000 disponibles. Ahora el porcentaje ha aumentado hasta el 17%, pero la cifra sigue siendo realmente preocupante cuando el objetivo de la organización era alcanzar los dos millones de espectadores in situ. Ni siquiera el bajo precio de los tickets (10 reales, algo más de 2 euros y medio) ha ayudado a incrementar más las ventas.
"A estas alturas, es difícil esperar los llenos que se vieron en Pekín o Londres, o los que esperamos ver en Tokio en cuatro años. Sin embargo, esperamos que la pasión de los brasileños y su deseo de apoyar a los deportistas de su país y de verles ganar medallas cambie esta situación", se lamentaba Craven en una rueda de prensa reciente. Ni los 21 oros de los paralímpicos brasileños en 2012 ni las perspectivas de que la delegación local acabe en el Top 5 del medallero por primera vez en la historia de estos Juegos está animando al público a copar las gradas.
Rusia podría no ser el único país ausente
Tras poder competir finalmente en los Juegos Olímpicos, y con buenos resultados (cuarta posición en el medallero gracias a 56 preseas), Rusia sí que quedará privada de los Paralímpicos. Así lo ratificó el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) este martes. A él acudió el Comité Paralímpico Ruso en pos de recurrir la decisión del organismo paralímpico internacional, que excluyó a los rusos por "la aparente incapacidad para cumplir con el Código Antidopaje del Comité Paralímpico Internacional y el Código Mundial Antidopaje".
Según el TAS, el CPI no vulneró ninguna norma durante el proceso de suspensión de Rusia, cuyo comité paralímpico no presentó ninguna prueba que diera pie a levantar la exclusión. De ahí la sentencia a favor del organismo rector de los paralímpicos. No conformes con ésta, los atletas rusos recurrirán, ahora ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Sin embargo, Rusia podría no ser el único país ausente en los Paralímpicos. Los organizadores de los Juegos van con tres semanas de retraso a la hora de pagar becas de "vital" importancia a los Comités Paralímpicos Nacionales. Si la situación no se resuelve, entre 50 y 60 naciones podrían quedarse sin disputar los Juegos.
De hecho, hay hasta 10 países que tendrían problemas para viajar a Río aunque se les concediese una subvención que les costease el desplazamiento. Lo reconoció la propia organización de los Juegos, que intenta encontrar soluciones para uno más de los problemas que se le acumulan.
Al menos, habrá ayuda del Gobierno
Dentro de lo crítico de la situación, la organización de los Juegos Paralímpicos respirará algo más con los recursos públicos que le cederá el Gobierno brasileño. Aunque el aporte será "poco en comparación con la importancia del evento" según el ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha, se espera recaudar 250 millones de reales de las arcas del Estado.
100 vendrían de la Administración federal y 150 del Ayuntamiento de Río. Un alivio considerable teniendo en cuenta que el Comité Organizador necesita 400 millones (casi 110 millones de euros) para financiar sus gastos. La ayuda pública ha tardado en llegar, pero lo ha hecho, ya que tanto el Gobierno federal como el municipal se avinieron a ello en el acuerdo suscrito con el Comité Olímpico Internacional (COI).
¿Por qué se tardó tanto en dar el paso? Porque un juez vetó cualquier aporte de recursos públicos hasta que el Comité Organizador de los Juegos no demostrase transparencia con sus gastos. Aunque la sanción no ha sido levantada, los representantes del Gobierno tienen la esperanza de que lo sea próximamente.
A pesar de todo, los auténticos protagonistas de los Juegos Paralímpicos, los deportistas, se muestran más que pesimistas con la situación a unos días de que arranque la competición. "Me pregunto si habría estos problemas si los Paralímpicos fuesen antes que los Juegos Olímpicos", tuiteó el campeón paralímpico Aled Davies.
"Catastrófico para el CPI y el movimiento paralímpico. Ahora ya no hay tiempo para hacer mucho", comentó el cuatro veces oro paralímpico Matthew Pinsent. Otros grandes campeones, como los ciclistas Jon-Allan Butterworth y Dame Sarah Storey, tildaron la situación de "inaceptable". La segunda incluso escribió que no quería leer nada sobre la crisis económica de Brasil.
Entretanto, la organización de Río 2016 en su vertiente paralímpica se escuda en los esfuerzos que se están realizando para solucionar los múltiples inconvenientes. "En el ADN paralímpico reside el ver los obstáculos como una oportunidad para hacer cosas diferentes y eso es lo que estamos haciendo aquí", recalcó el presidente del Comité Paralímpico Internacional. Aún quedan 14 días para que sus buenas intenciones acaben prosperando.