Río 2016 continúa siendo noticia por su mala gestión. Según informa Associated Press, los organizadores de la última edición olímpica han pedido ayuda al Comité Olímpico Internacional (COI) para aliviar la deuda de 130 millones de reales (40 millones de dólares) que arrastran con sus acreedores. De hecho, esperan que el COI medie para que el gobierno de Brasil les ayude a solucionar el problema casi un año después de la celebración del evento.
En declaraciones para la agencia de noticias estadounidense, el propio COI reconoce que necesita "información creíble y comprensible" para intervenir, algo de lo que no dispone en estos momentos. AP ha podido saber a través de uno de los miembros del comité organizador de Río que la próxima semana habrá una reunión al respecto del caso en Suiza. Las ciudades y los países que organizan los Juegos Olímpicos están obligados por contrato a hacer frente a sus deudas. Y esa es una de las grandes adversidades a las que se ha enfrentado Río 2016, pero no la única.
Los recortes presupuestarios, el pánico con el virus Zika, menos asistencia de la que se preveía o el deplorable estado de las instalaciones meses después de concluir los Juegos han sido otros quebraderos de cabeza para la organización. Por si fuese poco, los escándalos de corrupción y la peor recesión en décadas en Brasil tampoco contribuyen a que las sombras vayan a brillar mucho más que las luces cuando la historia recuerde los Juegos de la trigésima primera Olimpiada.
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