A nadie debe pillar de sorpresa cuando se dice que los de Tokio 2020 serán los Juegos Olímpicos más atípicos de la historia. Hay que acordarse de su aplazamiento por un año y su realización en mitad de una pandemia, registrándose en la capital japonesa el mayor número de contagios en los últimos seis meses. Por esto y varias razones más es hasta lógico que el número de grandes bajas haya aumentado.
Hay candidatos de sobra para recoger el testigo de los Usain Bolt, Michael Phelps y Mo Farah -una de las ausencias destacadas para estos Juegos-. Desde Novak Djokovic hasta Kevin Durant, pasando por Eliud Kipchoge, Simone Biles, Shelly Ann-Fraser Pryce, Rory McIlroy o Katie Ledecky.
Pero como en todas las grandes citas, uno se acuerda de los que no están y, sobre todo, de los que pudieron estar y no estarán. Los contagios, las restricciones y los exigentes calendarios se han sumado en Tokio a las lesiones y los positivos en sustancias prohibidas que en el pasado dejaron a varias estrellas fuera de unos Juegos.
Mundialmente es difícil encontrar una baja tan significativa como la que tendrá España, la de Rafa Nadal. Oro en Pekín 2008 y oro en parejas en Rio 2016 junto a Marc López, el de Manacor no estará en Tokio tras su renuncia. Lo anunció tras Roland Garros, apartándose también de Wimbledon, para centrarse en el final de temporada con el US Open como su gran baza para sumar otro Grand Slam.
Terremoto en el tenis
El tenis es, quizás, el cuadro que más estrellas pierde para Tokio. Estará Djokovic, pero no Roger Federer, que se quedará sin colgarse nunca una medalla olímpica de oro en individuales -sí la ganó en dobles en Pekín-. Son baja también Dominic Thiem, Denis Shapovalov, Roberto Bautista Agut, Nick Kyrgios y Jannik Sinner, entre otros, en el cuadro masculino, y Sofia Kenia, Bianca Andreescu, Simona Halep, Victoria Azarenka y Serena Williams, entre otras, en el femenino. Así hasta superar el medio centenar.
Pero, por supuesto, no solo el tenis se ha visto perjudicado para Tokio 2020. Entre los nuestros, los atletas españoles, además de Nadal, no estará otra raqueta, esta de bádminton: Carolina Marín. La mala suerte con las lesiones le impedirá intentar revalidar su oro de Río 2016. Otras ausencias de la expedición nacional son Bruno Hortelano, el mejor velocista de la historia de España, y Sergio Ramos, que se apuntó a los Juegos pero no recibió la llamada del seleccionador. Tampoco estará el golfista Sergio García.
Las competiciones por equipos, en especial fútbol y baloncesto, suelen tener bajas importantes. Neymar y Kylian Mbappé querían estar en la cita con Brasil y Francia, pero el PSG no les dio permiso y se han quedado en tierra. En baloncesto, es el 'Dream Team' de EEUU el que no contará con LeBron James o Stephen Curry, por decisión propia, ni con James Harden, este por lesión. En el femenino se ha dado una de las últimas bajas, la de la australiana Liz Cambage, que temía por su salud mental por las fuertes restricciones.
En ciclismo también hay varias renuncias, como las del francés Julian Alaphilippe o el eslovaco Peter Sagan. Otros, quizás, sin el aplazamiento hubieran disputado sus últimos Juegos en 2020, pero no han llegado a 2021 como es el caso de la gimnasta rusa Aliya Mustafina (siete veces medallista olímpica), ya retirada a los 26 años, o el del nadador Nathan Adrian (cinco oros olímpicos), que a sus 32 años no tendrá este último homenaje.
Consecuencias del 'dopaje'
Las prohibiciones de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) también tiene sus 'víctimas' para estos Juegos. La última ha sido la atleta estadounidense Sha'Carri Richardson, cuyo caso ha generado una gran repercusión al perderse Tokio por dar positivo en marihuana tras consumirla al entrar en depresión. El nadador chino Sun Yang (medallista en Londres 2012 y Río 2016) se los pierde por destruir a martillazos una prueba de sangre en un control antidopaje y el atleta estadounidense Chris Coleman por saltarse tres controles antidopaje.
Se quedaron fuera
Y los que no entraron por sus propios méritos. Antes hablábamos de Mo Farah y este, una de las estrellas indiscutibles de los últimos Juegos, no alcanzó las marcas mínimas exigidas. Tampoco Kenenisa Bekele, quien debía protagonizar un duelo histórico contra Kipchoge en la maratón. Ni Caster Semenya que, con la barrera de la testosterona en las distancias de 400, 800 y 1.500 metros, lo intentó en 5.000 y no llegó.
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