La carrera de triatlón de los Juegos Olímpicos de Tokio ha estado marcada por la dureza. No solo de la prueba en sí, que ha rozado las dos horas de duración a máxima velocidad y máxima intensidad, sino también por las condiciones climatológicas que añadieron todavía más emoción y dificultad a la lucha por las medallas [Así hemos vivido la jornada del 26 de julio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020].
El calor y la humedad hicieron de la prueba de triatlón una auténtica batalla de supervivencia. Muchos corredores terminaron pagando sus esfuerzos en la parte de carrera a pie, entrando muy lejos de los que formaron la pelea por el podio. Sin embargo, tal y como demostraron las imágenes, hasta los primeros en cruzar la meta terminaron pagando el duro peaje de una prueba extrema.
Es lo que le ocurrió al nuevo campeón olímpico de triatlón, el noruego Kristian Blummenfelt, que se llevó el gato al agua por delante de corredores con más nombres y cartel internacional como podían ser Jonathan Brownlee, Vincent Luis o el español Mario Mola. Sin embargo, Blummenfelt lo dio todo y se notó.
Su llegada a la línea de meta ya se ha viralizado a través de redes sociales porque ha sido de lo más llamativa. Nada más proclamarse nuevo campeón olímpico, Kristian se derrumbó y cayó al suelo, completamente roto por el dolor y el cansancio. Lágrimas de emoción y acto seguido, no pudo evitar soltar un desagrable vómito tras una carrera que había sido durísima.
Una imagen que ha dado la vuelta al mundo después de una gesta histórica para el noruego que podrá presumir de su título olímpico hasta los próximos Juegos Olímpicos de París en 2024. El vómito de Kristian Blummenfelt, generalmente del agua y de los geles ingeridos durante la carerera, ha sido lo más viral de las últimas horas, pero también el fiel reflejo de lo que ha sido la dureza de una carrera dramática, imprevisible y muy emocionante.
Blummenfelt, que ya ha podido recoger su medalla desde lo más alto del podio olímpico, ya puede disfrutar tranquilo y recuperarse después de un desgaste que ha sido enorme para salir triunfador de una carrera titánica. Lo cierto es que la prueba a pie de Kristian bien merecía llegar a la línea de meta completamente roto y destrozado. Hasta sus rivales como Alex Yee o Wilde y los auxiliares de carrera tuvieron que socorrerle nada más llegar porque se tumbó en el suelo sin poder volver a recuperar la verticalidad.
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