Rafa Mir (Murcia, 1997) ha demostrado ser el '9' que España lleva buscando mucho tiempo este sábado en Miyagi. En la ciudad con el nombre del famoso maestro, otro, Luis De la Fuente, tenía el reto de que su selección superase el bloqueo de cara a portería que tanto le está mermando. El combinado nacional buscará asegurar la medalla en Tokio 2020 ante Japón este martes (13:00 horas), donde el delantero del Wolverhampton Wanderers buscará repetir una actuación como la que tuvo ante Costa de Marfil, donde 'La Roja' venció por 5-2 en la prórroga.
España sufrió dos revés duros durante el partido de cuartos de final de los que se levantó rápido. Se vio con un gol en contra en los primeros minutos a la salida de un córner, pero Dani Olmo salió al paso cuando se alcanzaba el primer tercio del choque. Con la prórroga en la cabeza, Gradel marcó un gol en el 90' que parecía dejar fuera a España. El seleccionador señaló a Mir en el banquillo, lo sacó inmediatamente y el delantero respondió; aprovechó un lío entre los defensas para empatar el encuentro en la siguiente jugada.
En el tiempo extra terminó de rizar el rizo y de convertirse en el héroe nacional. España se había puesto por delante después de que Oyarzabal convirtiera un penalti, pero él se encargó de sentenciar con dos grandes goles. Dos zarpazos de un lobo que en las últimas temporadas ha ido de un lado para el otro esperando confirmarse en la élite y que puede encontrar en estos Juegos Olímpicos el salto de calidad que necesitaba su carrera.
El equipo necesitaba un '9' como él y respondió a las expectativas. De la Fuente ha apostado en este torneo por Oyarzabal en esa posición. Aunque el vasco haya marcado tantos importantes, España adolecía una preocupante falta de gol. Algo que ya se vivió con la absoluta en este verano durante la Eurocopa y que, en menor medida, también vivió la sub21 que entrena el riojano. Álvaro Morata fue el centro de las críticas por esta cuestión y en el torneo olímpico estas se estaban repartiendo entre Olmo y Marco Asensio; sobre todo en el madridista que no termina de aparecer.
Ni sala, ni Barça
Mir se ha desarrollado yendo desde bien pequeño de un lado para el otro. Comenzó desarrollándose en el fútbol sala, donde jugó en las categorías inferiores de El Pozo Murcia siendo campeón. Pero su habilidad hacía presagiar que podía dar más en el fútbol 11. En él puso sus ojos el Barça y así es como comenzó su carrera. No terminaría de romper en el club azulgrana y el Valencia le abrió sus brazos. Entonces calló en los de Jorge Mendes y el representante le llevó a su club, el Wolverhampton, donde apenas ha jugado. Tras esta actuación, seguro que dará que hablar para otros grandes clubes después de que no terminen de ver su potencial en Inglaterra.
Después de pasar por Las Palmas, Nottingham Forest y Huesca, parece que está alcanzando el punto de madurez que necesita un delantero. Vivir del gol es una carga que no todos pueden asumir y el murciano lo está haciendo con el paso del tiempo. En la ciudad oscense no pudo mantener al equipo en Primera, pero sus goles fueron la principal razón que tuvieron para ilusionarse con la permanencia como sirvieron para ascender la temporada anterior. Este año tiene que dar un salto de nivel, ya sea en Inglaterra o con una nueva salida.
Los cantos de sirena del mercado de fichajes ya le sitúan en el Atlético de Madrid. Todos apuntan a que será jugador rojiblanco si el famoso trueque entre el conjunto colchonero y el Barça con Griezmann y Saúl no se produce, como parece que será. En las categorías inferiores prácticamente estuvo siempre por encima de los 30 goles, algo que llamó la atención en la Selección. Llegó a la sub21 y ya ha pasado por la olímpica con esta experiencia. El siguiente paso será la absoluta que tanta necesidad tiene de gol.
Lo que está claro es que su futuro parece pasar por España. Antes de ir a Tokio, aseguraba que su "jefa" todavía decide en gran parte su futuro ya que le prefiere por el país. Gran parte del país también le prefiere ahora sobre el campo para lo que queda de torneo olímpico, que ojalá se prolongue hasta una final que reviva el sueño que el país vio cumplido en Barcelona '92 con el oro y, aunque de una forma más agria, la plata de Sídney 2000. Por sus piernas y su cabeza pasan gran parte de las opciones.
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