Pocas cosas más famosas en Vigo que las luces de Navidad de Abel Caballero. El alcalde socialista ha situado a la ciudad en el centro del mapa de fin de año gracias a su despliegue lumínico. El alumbrado ya forma parte de la tradición de diciembre y hasta sirve de comparación en los momentos de euforia. Es el caso de Nico Rodríguez, integrante de la pareja española de 470, una modalidad de vela, que se llevó el bronce junto a su compañero Jordi Xammar.
Rodríguez, natural de Vigo, se mostró eufórico ante las cámaras cuando se confirmó su metal. Ambos consiguieron la segunda medalla de la vela española en los Juegos Olímpicos de Tokio. Un nuevo bronce que sirve para resarcirse tras los últimos malos resultados en la disciplina y que, al menos Nico, va a celebrar por todo lo alto. Mientras Jordi lo festejará con su familia, el gallego va a ir más allá.
"Raparme el pelo no, es como trasquilar una oveja", aseguró entre risas a los micrófonos de Eurosport. "Un tatuaje seguro que me haré, es una cuenta pendiente". Sin embargo, lo gordo llegará en su ciudad. "Lo celebraré por todo lo alto, ya veré, intentaré quemar Vigo. Ya veré la mejor forma de hacerlo. Las luces de Navidad se van a quedar cortas", bromeó entre risas tras firmar el tercer mejor tiempo en el 470.
La pareja, además, no volverá a competir junta en la modalidad. El COI reformará esta disciplina y la convertirá en mixta para París 2024, por lo que tanto Nico como Jordi tienen difícil intentar rememorar este bronce. Una noticia que les "sabe muy mal" porque forman "un gran equipo". "Juntos somos mejores. Hoy mi novia me ha dicho que disfrutara del último día de navegar con Nico. El nivel que hemos llegado a tener cuesta alcanzarlo", reconoció un Jordi emocionado.
Su victoria
La jornada no era sencilla. Pero tanto Rodríguez como Xammar sabían a lo que se enfrentaban. "Salíamos hoy al agua sabiendo que era el día más importante de nuestra carrera. Estas oportunidades no sabes si se van a volver a repetir. Nos la jugábamos, hemos salido a hacer nuestro trabajo. Sabíamos que éramos capaces, que teníamos el nivel, y que estábamos dispuestos a sufrir hasta la línea de llegada", relató Jordi.
"Es una de las más duras, no sé si la más. En el top3 está. Es una regata que mentalmente es exigente", indicó Nico Rodríguez. Pese a todo, apenas notó el tiempo: "Se me pasó volando"."Al final, para nosotros, veníamos con la idea de cumplir un sueño que era estar en el podio. Veníamos de muy buenos resultados en los últimos años. Esa presión sí que estaba".
Una situación que no les ha afectado por su lucha y perseverancia: "No nos hemos rendido y gracias a eso hemos conseguido este resultado. Hemos seguido trabajando cuando las cosas no venían bien dadas. Todo el equipo ha trabajado igual que nosotros".
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