Rusia vive una particular relación con el dopaje en los últimos tiempos. A peasr de que el país está intentando escapar de sus periodos más oscuros, lo cierto es que sus organismos siguen un tanto anquilosados en mecanismos de gestión y de producción más propios del pasado. Esto se ha vuelto a reflejar con la Federación Rusa de Triatlón, que ha recibido una sanción de un año por parte de World Triathlon debido a un número significativo de casos.
La sanción, aprobada por la Junta Ejecutiva, detalló ocho condiciones clave. Primero, la Federación Rusa de Triatlón llegará a un acuerdo con la Agencia Antidopaje de Rusia para someter a prueba a todos los atletas rusos, especialmente a los que compiten en competiciones internacionales. También, todos los directivos del ente, con la presidenta Ksenia Shoygu a la cabeza, deben dimitir de cualquier organismo europeo y de triatlón mundial.
Tampoco podrán organizar ningún evento de triatlón mundial o europeo hasta 2022, así como se crearán planes de educación para los atletas rusos con respecto al dopaje y se reembolsará del dinero del premio y todos los costos provocados por las sanciones a World Triathlon. Además, estas sanciones se aplicarán tanto para los atletas, como para los entrenadores o los directivos involucrados en los casos que se han destapado en los últimos años.
Ksenia Shoygu entendió la decisión y se mostró favorable a la hora de colaborar. "La decisión es absolutamente comprensible y la aceptamos. World Triathlon lleva varios meses aplicando las sanciones anunciadas. Para nosotros es importante solucionar de conjunto el problema del dopaje, para lo cual firmamos un acuerdo con RUSADA, trabajamos con la educación en la esfera del dopaje y tenemos un oficial de seguridad", explicó la presidenta de la federación rusa en una actitud sospechosa.
Los casos
En el pasado mes de octubre, World Triathlon suspendió a Alexander Bryukhankov e Igor Polyanskiy para los próximos tres años después de que dieran positivo por eritropoyetina, la famosa EPO. El primero lo hizo en el mes de junio, antes de poder estar en unos más que asumibles Juegos Olímpicos que no terminó de alcanzar.
El segundo sí que estuvo en Tokio y su positivo se conoció tras la cita de este 2021. No se confirmó el caso de Vladimir Turbayevskiy después de que se le detectaran "anomalías en el módulo hematológico del Pasaporte Biológico por muestras de sangre recolectadas en junio y julio de 2014 y en agosto de 2020".
Todo esto llega después de que World Athletics volvira a hacer un informe para evaluar la situación actual del atletismo soviético y las conclusiones no fueran todo lo satisfactorias que podrían haber sido. Sebastian Coe afirmaba que tienen pruebas suficientes para afirmar que todavía queda una cantidad considerable de deportistas rusos que no han cambiado sus conductas y que por lo tanto es necesario seguir trabajando para la erradicación total de cualquier conato de dopaje.
Rusia no cambia
A pesar de la apuesta de los organismos rusos por la condena de esa vieja cultura basada en prácticas ilegales con el único propósito de obtener un resultado deportivo positivo sin importar las consecuencias, los hechos no se corresponden con las palabras. El objetivo es aislar a estos elementos que siguen podridos y que podrían volver a contagiar a los organismos internos que un día fueron los cargados de establecer el mayor entramado de dopaje que se recuerda.
Hay que recordar que la Agencia Mundial Antidopaje tomó la decisión de castigar a Rusia sin competiciones internacionales durante los próximos cuatro años, haciendo que no pudiera estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y tampoco en los de invierno de Pekín 2022 y el Mundial de fútbol 2022 y que tienen que competir bajo la de denominación de Comité Olímpico Ruso por la manipulación de un banco de información de la Agencia Antidopaje de Rusia antes de ser entregado a las autoridades en enero de 2019.
La declaración de Yulia Stepanova, la atleta que desveló en 2014 las prácticas dopantes extendidas del método ruso, donde explicó que "si nos mataran en Rusia, dirían que fue un accidente" no ayuda a pensar mejor en las prácticas de este país que sigue en plena reforma de sus instituciones. Sus testimonios fueron clave para la elaboración del Informe McLaren, el cual fue elaborado por una Comisión Independiente de la AMA sobre el dopaje de estado en Rusia.
El mundo del deporte espera que este caso de dopaje en el triatlón sea el último que venga porparte de atletas rusos, así como confía en la utopía de que no salga ninguna noticia más de este tipo. Mientras tanto, la sombra del dopaje sigue acechando a Rusia y no tiene intención de mermar su aspecto tan grande como para ocupar todo el gran país. Mientras tanto, ahora es el triatlón el que sufre las irregularidades que provoca esta lacra.
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