Sin fisuras y dando toda una exhibición sobre la arcilla de la Philippe Chatrier. Cristina Bucsa y Sara Sorribes dieron a España su novena medalla en estos Juegos Olímpicos de París después de fulminar en un abrir y cerrar de ojos a las checas Muchova y Noskova (6-2, 6-2) y obtener el bronce en el tenis dobles femenino. [Así hemos vivido la victoria de las tenistas españolas].
Fue el premio a un torneo impoluto cuyo único punto negativo estuvo en las semifinales del torneo. Llegaban sin estar entre las máximas favoritas al título y con un duro revés en el cuadro individual, pero dieron el do de pecho y se impusieron con todo merecimiento a la dupla checa.
Bucsa y Sorribes apenas dejaron opción a sus rivales. Firmaron su mejor partido sobre la tierra batida parisina y ofrecieron una colección de golpes que levantaron a todo el respetable de la Philippe Chatrier. Solventaron el primer set en media hora y en la segunda manga no bajaron el listón.
La dupla española introdujo sus nombres en la historia del tenis español en los Juegos. Firmaron la quinta medalla femenina en dobles y confirmaron que pueden ser una pareja más que temible. Son dos torneos juntas y tan solo han perdido un partido. Licencia para soñar.
Su mejor tenis
No pudo entrar mejor la dupla española al partido. Sólidas en su servicio, dejando 'winners' sin cesar, infranqueables en la red, haciendo daño con los globos... Bucsa y Sorribes no tuvieron rival en un primer set que duró apenas media hora.
Desde el primer juego se antojaba un día grande para el tenis femenino. Un break a las primeras de cambio les soltó y desde entonces no bajaron el pistón. Volvieron a romper con 2-4 en el marcador y no perdonaron al servicio para precintar la primera manga.
Aturdidas, Noskova y Muchova veían pasar las bolas de un lado a otro dejándoles una sensación de desesperación total. Siempre con un semblante muy serio y un mar de dudas constante. Desconectaron tras cinco juegos disputados y eso les condenó en el primer tramo del partido.
Debián reaccionar las tenistas checas sin no querían despedirse del metal. Pero no lo hicieron. La exhibición de Bucsa y Sorribes no cesó y dos breaks consecutivos dejaron el 3-0 en el marcador y el partido prácticamente encarrilado. Tuvieron un pequeño susto tras ceder un saque, pero quedó en eso, en un susto. Volvieron a elevar su nivel y cerraron la segunda manga con un inconmensurable 6-2.