Los deberes pendientes que París deja a Los Ángeles: los JJOO necesitan cambios para ser más justos y universales
Los casos de las boxeadoras con polémica de género y los problemas registrados en la Villa y en el Sena han marcado la cita celebrada en Francia.
12 agosto, 2024 03:42El 26 de julio de 2024 comenzaban los Juegos Olímpicos de París. En ese preciso momento, después de una cuestionable y soporífera ceremonia inaugural donde solo su final enamoró como se esperaba, arrancaron un sinfín de pruebas que han repartido alegrías y penas a partes iguales.
En total, 16 días de competición, sin contar las disciplinas que tuvieron que arrancar unas horas antes por problemas de calendario, que han supuesto un examen constante para la ciudad de París y para el Comité Olímpico Francés. La puesta en escena y las posibilidades de estos Juegos han dejado opiniones para todos los gustos, pero también una serie de conclusiones inamovibles.
La capital francesa afrontó este reto con el objetivo de organizar los mejores Juegos Olímpicos de la historia y lo cierto es que deja una serie de deberes por realizar cuya misión será de la ciudad de Los Ángeles, la siguiente sede organizadora. Desde los problemas de la Villa Olímpica hasta la polémica del río Sena pasando por algunos deportes como el boxeo que necesitan una reestruturación urgente, la cual parece estar ya en camino.
La Ceremonia Inaugural, el primer suspenso
Los Juegos Olímpicos de París comenzaron con mala nota. Francia había ideado la mejor Ceremonia Inaugural de la historia con el río Sena como protagonista y con la torre Eiffel como principal reclamo. Sin embargo, lo que en la teoría parecía un plan sin fisuras terminó convirtiéndose en un acto eterno, poco fluido e innecesariamete polémico.
Esa Ceremonia Inaugural fue impactante, pero en su mayoría por cuestiones poco positivas. Las casi cuatro horas de duración hicieron que el acto fuera, en muchos momentos, un evento soporífero que, además, terminó pasada la madrugada, suponiendo un problema para todos los deportistas asistentes al acto.
Una de las grandes críticas que recibió el acto fue precisamente esa, que por su naturaleza y falta de atractivo no fue un reclamo para los atletas, los verdaderos protagonistas. Y un reto para Los Ángeles será crear una Ceremonia Inaugural en la que los deportistas sean el centro y a la que acudan en mesa, haciendo del acto un evento que no les suponga un desgaste y que se adapte a su calendario.
El hecho de realizarla a través del río Sena, un proyecto sin parangón en la historia de los Juegos Olímpicos, y la enorme cantidad de embarcaciones que desfilaron, convirtieron el evento en un espectáculo lento y predecible. En total, se calcula que más de 7.000 personas navegaron aquel 26 de julio por el gran canal de la capital gala.
Las condiciones climatológicas tampoco ayudaron al espectáculo, ya que la mayor parte de la ceremonia se celebró bajo un intenso diluvio. La nota media del acto solo mejoró con un final que sí estuvo a la altura de los mejores de la historia. Desde la salida por sorpresa de Rafa Nadal, quien recibió la antorcha olímpica de manos de Zinedine Zidane, hasta la actuación de la mítica Céline Dion, quien puso el broche de oro a una noche difícil de asimilar.
Además, la presentación del particular pebetero en forma de globo también supuso una innovación positiva para un día tan histórico como mejorable. Este supuso un homenaje al primer vuelo en un globo de hidrógeno que despegó desde París comandado por Charles y por uno de los hermanos Robert en el año 1783. Aquella rúbrica, puesta por las leyendas Teddy Riner y Marie-José Pérec, encargados de encender la llama olímpica en el Jardín de las Tullerías, no sirvió para acallar la gran polémica.
Toda la ceremonia quedó eclipsada por una decisión que generó una gran controversia, la de incluir en el acto una escena, 'Festividad', que parodiaba la Última Cena de Jesucristo. Esta representación tuvo como protagonistas a un grupo de drag-queens, a una modelo trans y al cantante Philippe Katerine, que apareció casi desnudo y con algunos atributos de Dionisos, el dios griego del vino y la fiesta.
Una situación que provocó multitud de críticas, especialmente desde el sector cristiano y católico. De hecho, el Vaticano se manifestó de manera oficial con un duro comunicado en el que criticaba que "en un evento prestigioso en el que el mundo entero se reúne para compartir valores comunes, no debería haber alusiones ridículas a la religión".
Además, la Santa Sede se mostró "entristecida" y en comunión con las voces que se alzaron "para deplorar la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras religiones". Incluso personas de otras religiones como Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía y de creencia islamista, incitó al papa Francisco a manifestar su reprobación al ridiculizar "los valores morales y religiosos y pisotear el honor humano bajo el disfraz de la libertad de expresión y la tolerancia". Por su parte, el Vaticano cerró su queja asegurando que "la libertad de expresión, que evidentemente no se cuestiona, sólo está limitada por el respeto a los demás". Un borrón que eclipsó el inicio de dos semanas mágicas.
El caos de la Villa Olímpica
Otro de los problemas más graves de estos Juegos Olímpicos y que supondrá uno de los grandes retos para Los Ángeles es la Villa Olímpica. París ha fracasado de manera estrepitosa en este aspecto, ya que no ha habido ni un solo deportista que haya quedado satisfecho con los servicios prestados. De hecho, muchos atletas han decidido marcharse lejos de esta durante los días cercanos a sus participaciones para poder mejorar su descanso.
Los tres principales factores que han convertido la Villa Olímpica en un infierno han sido las camas de mala calidad, hechas de cartón, la mala y escasa comida y el calor sofocante que hacía en las habitaciones. Y todos estos problemas tienen un denominador común: la mala gestión de la política ecológica.
Francia se propuso que estos fueran los Juegos Olímpicos más sostenibles de la historia y por ello retiró los aires acondicionados de las habitaciones, convirtiendo las estancias en auténticos hornos que hacían imposible el descanso y la recuperación de los deportistas. De hecho, muchos de ellos se han tenido que llevar incluso sus propios ventiladores o equipos de refrigeración.
Una de las imágenes más virales de estos Juegos Olímpicos ha sido la de Thomas Ceccon, el campeón italiano de natación en los 100 metros espalda. Durante una tarde, el nadador transalpino fue encontrado durmiendo en un parque porque aseguraba que entre el calor y la lluvia era imposible hacerlo en su apartamento de la Villa, el cual se había convertido en una sauna.
Así de enfadado se mostró tras no poder clasificarse a la final del 200 espalda por culpa de la falta de descanso: "No es una coartada ni una excusa, es la realidad de lo que tal vez no todos saben. Estoy decepcionado de no haber llegado a la final, pero estaba demasiado cansado. No hay aire acondicionado, hace calor y la comida es mala".
Por si fuera poco, las camas ecológicas, cuyas bases eran de una especie de cartón y que contaban con un pequeño colchón, dificultaban hasta el extremo que los atletas pudieran encadenar horas de sueño. La nadadora francesa Assia Touati y la jugadora australiana de waterpolo Matilda Kearns se quejaron amargamente de estos colchones asegurando que necesitaban sesiones de fisioterapia extra para reponerse de las lesiones que estos les producían.
Y para terminar, una comida que en muchas ocasiones era de baja calidad. Además, los menús, marcados por un estilo vegetariano y vegano en muchas ocasiones, eran carentes de proteínas e hidratos de carbono, esenciales en la dieta de un deportista de alto rendimiento.
Muchas de las estrellas de estos Juegos Olímpicos como Adam Peaty se han quejado de la escasez de carne que se les ofrecía y también de los pocos horarios de cocina que había. Si no llegabas pronto, solo tenías posibilidad de tener comida fría tras llevar muchas horas ya preparada. E incluso, en ocasiones, esta comida estaba en mal estado y con larvas en su interior. Andy Anson, jefe de la Asociación Olímpica Británica, confirmó que la expedición británica tuvo que contratar a varios chefs privados ante la falta de alimentos como solución de emergencia.
El descontento ha sido tal que la tenista estadounidense Coco Gauff llegó a revelar que el equipo femenino de tenis de Estados Unidos decidió abandonar la Villa Olímpica para buscar un emplazamiento mejor al acusar todos estos problemas. Todo menos una estancia lujosa y que pone a Los Ángeles en una situación complicada, ya que su nueva Villa será uno de los principales aspectos a evaluar.
Problemas con el Sena
Una de las mayores polémicas que se han vivido en estos Juegos Olímpicos ha girado en torno a la situación del río Sena. Lo que prometía ser uno de los grandes atractivos, para poder celebrar pruebas como el triatlón o las aguas abiertas en el centro de la ciudad, ha terminado siendo uno de los quebraderos de cabeza más considerables.
Mientras las autoridades francesas aseguraban que la calidad del agua era óptima para poder llevar a cabo entrenamientos y carreras, la Federación Internacional de Natación aplazaba estas sesiones para proteger a sus nadadores. Una situación que llevó a la zozobra y a la inseguridad a los deportistas.
Tanto es así que incluso se llegaron a suspender pruebas como el triatlón masculino, el cual tuvo que ser pospuesto unas horas, hasta que mejorara la calidad del agua. Las lluvias y el movimiento que provocaron las embarcaciones durante la ceremonia de apertura provocaron que se removieran las zonas más contaminadas del fondo haciendo del Sena un nido de infecciones.
La situación llegó a ser tan crítica que los deportistas se acostaban la noche antes de una prueba sin saber si esta iba a disputarse cuando se despertaran, ya que las últimas comprobaciones se hacían esa misma madrugada. Finalmente, todas las pruebas se han terminado realizando en las turbias aguas de este torrente fluvial que cruza la ciudad de París, aunque no sin consecuencias.
El caso más famoso ha sido el de Claire Michel, integrante de la selección de Bélgica de triatón, la cual ha tenido que estar varios días ingresada tras enfermar al nadar en las aguas del Sena. Los niveles de contaminación provocaron que contrajera una infección por la bacteria E. coli, la cual le provocaba vómitos y otro tipo de síntomas.
La situación del Sena ha sido preocupante durante todos los Juegos, ya que las aguas residuales y desechos industriales de la ciudad desembocan en él, elevando sus niveles de contaminación. A esto hay que añadir que es destino habitual también de basuras y residuos fecales. Por ello, muchos análisis mostraban que se habían superado los límites por la presencia de bacterias como el E. coli o de enterococos.
Ante la terrible situación afrontada por Claire Michel, la selección belga de triatlón decidió no presentarse a la prueba de relevos mixtos. Sin embargo, el suyo no ha sido el único caso de un deportista afectado por la mala calidad del agua. El suizo Adrien Briffod tuvo que retirarse del resto de las competencias por una infección gastrointestinal tras nadar en el Sena.
Y el canadiense Tyler Mislawchuck dejó una de las imágenes más impactantes de los Juegos al sufrir repetidos ataques de vómito durante la prueba de triatlón masculina. Las cámaras de televisión captaron uno de esos momentos nada más cruzar la meta.
Lo que muchos deportistas han denunciado, y que supone una llamada de atención para Los Ángeles 2028, es que no hubiera un 'plan B' sabiendo la situación del río. Una segunda ubicación en la que poder celebrar estas pruebas sin poner en riesgo la salud de los deportistas, tal y como denunció la belga Marten Van Riel: "Si la prioridad fuese la salud de los atletas, este evento se habría desplazado a otra localización hace mucho tiempo. Solo somos marionetas en un show televisivo".
La polémica piscina 'anti-récords'
El agua ha sido muy protagonista en los Juegos Olímpicos de París y es que otro de los epicentros de las críticas ha sido el Centro Acuático por culpa de las polémicas piscinas, las llamadas piscinas anti-récords. Se trata de una piscina construida con muy poca profundidad y que impedía que los nadadores alcanzaran velocidades suficientes como para atacar récords mundiales.
Estas nuevas piscinas, habilitadas de forma temporal dentro del estadio La Défense Arena de Nanterre, obligaron a modificar de manera significativa las instalaciones. Un proceso para el que la organización del evento solamente tuvo 60 días para llevarlo a cabo. Los principales trabajos se centraron elevar el suelo del estadio más de los 2,20 metros de profundidad que requerían estas nuevas piscinas.
Por ello, el mayor enemigo de los nadadores más veloces ha sido la poca profundidad de estas piscinas. Desde el año 2023, la FINA impone una profundidad mínima de 2,50 metros para todas las piscinas reglamentarias. Sin embargo, esta era una norma que las de París no cumplían. Esta diferencia limita la velocidad que alcanzan los atletas por las leyes de la dinámica de los fluidos.
El movimiento de los nadadores produce vórtices y turbulencias en el agua, tanto en forma de pequeñas olas en la superficie como también de corrientes que circulan por la piscina, algo que sufren especialmente los nadadores de las calles exteriores. Esto puede empujar al atleta en algunas fases de la carrera como la salida o el viraje, pero también generarle resistencia.
En una piscina de poca profundidad, el agua que mueven los nadadores golpea en el fondo y vuelve hacia ellos generando turbulencias que les frenan e impiden que apliquen de manera eficiente la fuerza propulsiva. Por ello nadan más lento que en condiciones normales y es más difícil romper barreras históricas. Si el Comité Organizador de Los Ángeles no comete este tipo de fallos y consigue planificar este tipo de infraestructuras con tiempo, tendrá mucho ganado respecto a París.
La seguridad en París
Una de las grandes asignaturas de París era la seguridad, tanto ciudadana como a nivel general, intentando evitar sobre todo el riesgo de un atentado o cualquier amenaza terrorista. En líneas generales, las fuerzas de seguridad francesas, ayudadas por otras entidades como la Guardia Civil, han cumplido con creces con ese objetivo.
Sin embargo, el reto era tan grande que se han producido algunas fallas. Los Juegos Olímpicos comenzaron con algunos problemas en los sistemas de transporte, especialmente en los trenes, por el sabotaje de cables y centros de control. Una situación que, eso sí, consiguió ser subsanada en la previa, antes de la Ceremonia Inaugural.
Pero el mayor problema se ha vivido con robos y hurtos menores alrededor de algunas sedes tal y como ha notificado la propia Guardia Civil. A lo largo de los Juegos Olímpicos esos pequeños delitos han ido en aumento, así como los altercados relacionados con el tráfico de drogas o incluso enfrentamientos entre proveedores y contrabandistas de poco radio de actuación.
El conflicto del boxeo
El último de los grandes problemas que han tenido los Juegos Olímpicos de París 2024 han sido las polémicas que han rodeado a algunos deportes, desde las críticas que ha recibido la nueva incorporación, el breakingdance, hasta los escándalos que han rodeado al boxeo, con árbitros con criterios dudosos y con los casos de las boxeadoras sancionadas por la IBA.
El breakingdance ha puesto de acuerdo a la mayoría de la afición a los deportes olímpicos. Y lo ha hecho en su contra. Más allá del seguimiento que hay de esta disciplina en Francia, motivo por el cual ha sido seleccionado en detrimento de otros como el karate que se han quedado fuera, la opinión generalizada es que este tipo de prácticas no pueden formar parte de un programa olímpico y, mucho menos, ser considerados un deporte al nivel del resto.
Por ello, Los Ángeles ahora se juega también buena parte de su éxito con los nuevos deportes que serán olímpicos en su cita. En total serán cinco disciplinas las que se conviertan en novedad: béisbol, críquet, flag-football, lacrosse y squash. "La elección de estos cinco nuevos deportes está en línea con la cultura deportiva estadounidense y mostrará deportes estadounidenses icónicos al mundo, al tiempo que traerá deportes internacionales a Estados Unidos".
Así definió Thomas Bach la elección de estas cinco disciplinas. El flag-football y el squash debutarán en unos Juegos, mientras que el béisbol regresará tras su estreno en Tokio. Por su parte, el críquet retornará tras ser olímpico en París 1900 y el lacrosse después de serlo en Sant Louis 1904 y en Londres 1908. Del éxito o del fracaso estos deportes dependerá mucho la valoración general que se dé a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Todavía no se sabe qué cuatro disciplinas se quedarán fuera de dicha cita. Sin embargo, sí se conoce un deporte que está en la cuerda floja. Se trata del boxeo, disciplina que está atacada desde muchos frentes. La enemistad entre la IBA y el COI es su principal escollo.
Tras los escándalos de corrupción y de fraudes arbitrales que se destaparon en Río de Janeiro, el COI exigió a la IBA una profunda reestructuración. Algo que el empresario ruso Umar Kremlev, principal mandatario, se ha negado a hacer. Por ello, el COI ha inhabilitado a esta asociación que se financia a través de las inyecciones que realiza la empresa rusa Gazprom.
Ya en estos Juegos Olímpicos de París, el boxeo ha sobrevivido gracias a que el COI ha tomado las riendas de su organización. Y ahora se encuentra en vías para poder crear una institución, la World Boxing, que se encargue de ello al margen de la IBA si esta sigue sin cambiar su rumbo. Sin embargo, si este plan no se completa a tiempo, el boxeo podría perder su condición de deporte olímpico.
El momento de tomar esta decisión llegará en 2025, aunque hasta entonces, el boxeo tiene otros problemas como el que han planteado dos boxeadoras, Imane Khelif y Lin Yu-Ting. Esta dos púgiles se han hecho conocidas en todo el mundo por participar en los JJOO a pesar de estar suspendidas por la IBA al no superar las pruebas de elegibilidad de género durante la disputa del Mundial de 2023.
Más allá de sus defendores y detractores, los agentes del boxeo y del deporte femenino piden que se asienten una serie de criterios para decidir si este tipo de personas deben competir contra mujeres o contra hombres en pro de garantizar tanto la libertad de los individuos como la igualdad necesaria para la propia competición. Una cuestión que el Comité Organizador de Los Ángeles debe resolver si no quiere seguir los pasos de sus antecesores. Todos estos son deberes que París ya nunca podrá resolver, pero que Los Ángeles tiene en su mano solucionar.