Fue campeón de España de enduro en la categoría júnior, pero tuvo que elegir entre la moto y los fogones. El pulso lo terminó ganando la cocina después de destrozarse la rodilla y con sólo 18 años asumió la responsabilidad de ser el jefe de cocina del restaurante Urbisol, uno de los negocios de hostelería propiedad de su familia.
Su amistad con Nani Roma, el único piloto español ganador del Dakar en la categoría de motos y de coches, y las ganas de cumplir un sueño han llevado a Nandu Jubany (19 de enero de 1971, Monistrol de Calders, Barcelona) hasta Lima (Perú), donde el próximo sábado debutará en la carrera más dura del mundo sobre una KTM con el dorsal 107.
“Sé que el Dakar es duro y que se pasa canutas en muchas etapas, por eso mi idea es disfrutar. La arena y las dunas me gustan, así como el terreno más duro. Me inquieta más la altitud. Los días de calor no me preocupan porque soy cocinero y estoy acostumbrado”, bromea el cocinero, que posee una estrella Michelin con el restaurante Can Jubany, además de ser el asesor gastronómico de hotel Majestic de Barcelona.
Tenía que haber cumplido su sueño la pasada edición, pero un mes antes de debutar en el Dakar 2017 sufrió una caída en Marruecos cuando estaba entrenando en las dunas y se fracturó el cúbito y el radio de la muñeca derecha. Un adiós prematuro que no le hizo desistir después de cuatro operaciones y ocho meses de recuperación. “Me falta mucha moto por hacer, aunque la KTM está muy probada y es muy buena. Voy muy justo de preparación, pero ya estoy recuperado y con mucho ánimo”, asegura Jubany, que sacado tiempo de donde no lo tiene para entrenar con Nani Roma y su esposa Rosa Romero, que afronta su séptima participación en el rally sudamericano.
Jubany nunca se acuesta antes de la una de la madrugada y a las seis y media ya está en pie. “Suelo dormir cinco horas al día y me quito horas de donde sea para poder entrenar. Acabar el Dakar me reconfortaría todavía más, sobre todo por toda la gente que me ha ayudado. Tengo que acabar el Dakar por todos ellos”, reflexiona el cocinero catalán, que se marca como único objetivo llegar a la meta de Córdoba (Argentina) el próximo día 20 para poder celebrar allí su 47 cumpleaños aunque sea con un día de retraso.
Buena comida no le va a faltar a Jubany, que en la maleta se ha llevado jamón y longaniza para hacerse unos buenos bocadillos. Los mismos que suministró la pasada edición del Dakar al equipo oficial de KTM. Quizá esa fuera la clave de la victoria de Sam Sunderland. “También haremos pasta, arroz y tortilla en las autocaravanas”, concluye después de haber creado junto al nutricionista Toni Solà la sociedad Gastronomy Sport, desarrollada para comercializar suplementos alimenticios gourmet para deportistas de alto rendimiento.