Por qué Fernando Alonso no ganará las 24 horas de Daytona: razones para el pesimismo
El propietario de United Autosports, equipo para el que correrá el español, ya avanzó que quedar entre los cinco primeros sería un gran éxito. El asturiano se enfrenta a un reto con varias dificultades que nunca ha experimentado.
26 enero, 2018 01:45Noticias relacionadas
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De aquellos pioneros que utilizaban el centenar de metros de arena de las playas de Daytona aún sobrevive en la cuna de la velocidad una pasión por el motor que no puede vivirse en otro templos del deporte. En Indianápolis, Le Mans, Mónaco o Monza se respira el mismo aroma a tradición y gasolina, aunque el legado de los Henry Ford, Harvey Firestone, Horace Dodge o Loius Chevrolet concede a la prueba de resistencia por excelencia en los Estados Unidos un aura que atrae a aficionados de todo el mundo y a pilotos de toda condición. Entre ellos Fernando Alonso, siempre con la vitola de candidato a todo, incluso en aquellas competiciones en las que debuta, incluso cuando es altamente improbable que consiga subirse al podio.
Fue el propio Zak Brown, propietario del equipo United Autosports para el que correrá Fernando Alonso en Daytona, quien apuntó a un top-5 como gran éxito. Y ni siquiera se refería al coche del español, que corre con los jóvenes Lando Norris y Phillip Hanson como compañeros de volante, sino que en sus predicciones también hablaba a su otro coche en carrera, el pilotado por Paul di Resta, Bruno Senna, Will Owen y Hugo de Sadeleer.
"La mayoría de los equipos tienen una gran experiencia de carrera en Daytona y nosotros necesitamos que se alineen los astros. Richard (Dean, director del equipo) y yo no tenemos ninguna ilusión y sabemos que va a ser un fin de semana complicado", dijo a finales de 2017, para modificar su discurso a principios de 2018: "Necesitamos hacer lo que hicimos en Le Mans (el año pasado fueron cuartos), ser los más rápidos en las paradas, gastar el menor tiempo posible ahí, un trabajo impresionante de los pilotos... Y creo que si hacemos eso tendremos una oportunidad de estar en el podio".
El podio como aspiración máxima, como sueño, y no como meta ni obligación. Lo mismo que piensa Lando Norris, piloto de pruebas y reserva del equipo McLaren F1: "El ritmo que tuvimos durante los entrenamientos -el Roar before the 24 del 6 al 8 de enero- es nuestro ritmo real. Básicamente vamos a dar todo lo que tenemos, aunque estamos bastante lejos, especialmente en comparación con los Cadillacs". Se refiere el joven piloto de 18 años -Philip Hanson también tiene 18- a la marca de 1:37.515 que firmó el trío de pilotos en aquellos entrenamientos y que únicamente les sirvió para terminar en el puesto 12 de 20 prototipos a 1,7 segundos del mejor registro, firmado por uno de los cuatro Cadillacs que dominaron la tabla con puño de hierro.
Hechos que no invitan al optimismo del podio y mucho menos al de la victoria. Menos aún pensando en las características propias de Daytona. Desde el circuito -totalmente diferente a los de la Fórmula 1 y sólo parecido al de Indianápolis, parte óvalo, parte 'infield' con curvas realmente complejas- a detalles tan diferentes a cualquier otra modalidad como el hecho de que sobre el asfalto habrá hasta 50 coches de tres categorías diferentes o a la inexistencia de calentadores para los neumáticos, lo que provoca que el control del monoplaza en las primeras vueltas sea mucho más complejo.
Detalles que Fernando Alonso vivirá por primera vez en competición. Como el hecho de que correrá en un monoplaza con cabina, ajustar los reglajes del coche de común acuerdo con los otros pilotos del equipo, los cambios de pilotos durante la carrera -entre que sale uno y el otro pisa el acelerador no deberían transcurrir más de 30 segundos-, pilotar de noche mucho más allá de las dos horas que puede durar el Gran Premio de Bahréin de Fórmula 1... Más razones en contra, aunque las últimas, las del propio Fernando Alonso, son las más importantes.
"Las carreras de Fórmula 1 son rápidas. Necesitas darlo todo, sobre todo al inicio para adelantar, y después de eso concentrarte en la primera curva y gestionar más o menos la estrategia. Aquí (en Daytona) es una carrera de resistencia, así que necesitas estar calmado. Si tienes algún problema para adelantar un coche antes de las curvas 3 y 4 tienes que ser prudente. Así que es un enfoque completamente diferente, igual que la preparación que necesitamos hacer todos los pilotos el viernes y el sábado antes de la carrera". Así se explicaba el asturiano en la casa de la NASCAR, donde acudió justo antes de desplazarse a Daytona. Apuntó él mismo las diferencias y dejó una frase reveladora: "Me he intentado preparar con el equipo y con los ingenieros, con conversaciones telefónicas, correos electrónicos, vídeos, trabajo en el simulador... para asegurarme de que sabemos lo básico".
Además, Alonso, a diferencia de Le Mans o Indianápolis, las dos plazas que le faltan por conquistar para conseguir una Triple Corona que únicamente consiguió el británico Graham Hill, no concibe Daytona de la misma manera por muchas que sean sus ansias de ganar hasta cuando juega al parchís. "Es una forma de prepararme. Habitualmente utilizó enero y febrero para la preparación física de la temporada, haciendo stages, entrenando el cuello con pesos... Ahora tengo la oportunidad de entrenar esos músculos compitiendo con algunos de los mejores pilotos del mundo. Es un buen calentamiento para la temporada de Fórmula 1".
A su favor cuenta el español con la experiencia -mínima- que tuvo con apenas 18 años al correr las 24 horas de Montmeló, allá por 1999, a los mandos de un Hyundai Accent compartiendo equipo con Antonio García -presente en Daytona este 2018 en la categoría GT Le Mans- y donde terminó en la sexta posición. Además, las cualidades innatas de Fernando Alonso y su modo competición una vez se pone el casco y los guantes son un valor seguro. Así lo demostró en Indianápolis, donde llegaba con la misma falta de experiencia y las mismas cosas por aprender y, sin embargo, tuvo que retirarse a falta de 20 vueltas por un problema de motor cuando iba séptimo y tenía opciones reales de victoria.