Sete Gibernau es un gran conocedor del mundo del motor y del Mundial de MotoGP. Pero, sobre todo, es un gran conocedor de uno de los personajes más importantes de la historia del motociclismo, Valentino Rossi. Su rivalidad en la pista terminó con una relación que Sete consideraba muy buena.
El piloto español reconoce que Rossi y él eran amigos hasta que comenzaron a rivalizar en la pista. Además, apunta que eso es algo habitual en Valentino, que necesita generar una especie de odio con su rival para que la lucha en la pista sea aun mayor, tal y como le ha pasado con varios pilotos a lo largo de su carrera.
'El Doctor' será siempre recordado por su incalculable talento y por sus nueve coronas mundiales, pero también por su infinidad de guerras con media parrilla. Algunos nombres como Max Biagi, Jorge Lorenzo, Casey Stoner, Marc Márquez o el propio Sete, siempre irán ligados a sus incansables batallas con 'Vale', y todas tienen un punto en común: supusieron el final de su relación con el italiano.
Por eso, Gibernbau explica así cómo es la personalidad de Rossi: "Valentino es una persona que necesita generar mucho odio personal con el piloto con el que se pelea para que funcione. Es su manera de ver las cosas. Hasta esos años en los que yo no era su rival, llegamos a ser buenos amigos, teníamos muy buena relación.
"En el momento en el que empezamos a pelearnos en la pista se rompió totalmente y nunca más tuvimos una buena relación ni la volveremos a tener. Rossi prefiere forzar así las cosas porque es su manera de entender la vida. De cara la cámara y al público tiene un comportamiento que le sale muy natural y genera mucha empatía con la gente, se le ve un tío super simpático, pero necesita generar mucha rivalidad con sus adversarios en pista".
"Hay que entenderlo, él está ahí para ganar el campeonato del mundo, no para hacer amigos obviamente. Es su manera de entender las carreras, es respetable. No coincido con él en muchas cosas, pero obviamente admiro a un grandísimo piloto", esto afirmaba Sete en el programa Comentarista por un día de DAZN junto a Ernest Rivera.
El piloto barcelonés recuerda una anécdota vivida con una serie mejoras que habían creado para la moto de Valentino, pero qué decidió rechazar y que finalmente fueron usadas por Sete: "Llegamos a Sachsenring 2003 con tres victorias para Valentino, y tres para nuestro equipo. Honda trajo unos escapes especiales para Valentino, para ver si podía marcar un poco la diferencia a pesar de que llevaba la moto oficial".
"No era la moto 'full' de fábrica, por cuestiones de contrato Repsol y Honda tenían un contrato por el que eran 100% de fábrica, y ningún otro equipo podía disponer del mismo material. Para ganar necesitas una grandísima moto. La nuestra lo era, pero no era la oficial. Honda trajo unos escapes especiales, se quitaba el silenciador y hacían muchísimo ruido, y se los dieron a Rossi para probarlos. Los puso y en seguida los quitó, y alguien de Honda dijo 'Que se los den a Sete a ver si los quiere'".
"En los Libres 2 pusimos los escapes, y realmente hacían mucho ruido, pero en un circuito así me di cuenta de que en el primer toque de gas realmente era un poco agresivo pero generaba mucha tracción, en esa época no había controles de tracción, la potencia era descomunal, y el escape hacía que la potencia que se trasladaba en el momento en el que dabas gas a la rueda, traccionaba mejor. Había que conducir diferente, pero cuando levantabas la moto traccionaba más".
"Le dije a Juan: 'Oye, estos escapes me parece que tienen algo', y me dijo '¿Ah sí?'. Nos pusimos a hablar y Juan dijo que si funcionaban los montábamos en carrera. Quitamos los escapes y HRC nos preguntó, y les dijimos que no nos gustaban pero que los dejaran por si acaso los probábamos otra vez... Y los pusimos en carrera. En Honda no entendían nada. Al final los montamos, y al acabar la carrera, en unos entrenos de Brno, Valentino los probó otra vez, y ya los usó el resto del año".
El recuerdo a Daijiro Kato
Sete tuvo tiempo también para recordar a otro gran compañero de fatigas cómo fue Daijiro Kato. El japonés perdió la vida una semana antes de que Gibernau venciera en Phakisa Freeway hace 17 años: "La muerte de Daijiro puso en jaque todo el proyecto. Si te digo la verdad estuvimos a punto de no correr ese año, no encontrábamos la fuerza para seguir".
"Me acuerdo que cuando falleció Daijiro y teníamos que irnos a Sudáfrica, que era la siguiente carrera, Fausto Gresini me llamó y me dijo 'Ostras Sete, ¿qué hacemos? ¿Seguimos o no seguimos?', me pasó a mí la bola. Yo estaba muy triste porque habíamos hecho toda la pretemporada juntos con Daijiro, compartimos muchas cosas, había empatizado mucho".
"Justo antes de la carrera de Suzuka nos estábamos cambiando juntos Daijiro y yo, había tenido su segundo hijo y no sabía cómo llamarle, me preguntó cómo le tenía que llamar. Hablamos de nombres. Fue super complicado para todos".
"Te hace preguntarte muchas cosas, y con esta etapa de la Covid-19... ¿Cuáles son las prioridades de la vida? Nos puso otra vez en jaque en cuánto a saber qué hacíamos. Al final, fuimos a Sudáfrica y conseguimos una pole acabada en 174, con el número 74, fue increíble. Nada más llegar vi los tiempos, hicimos 1:33.174, nos pusimos todos a llorar, fue muy emocionante. Acabamos ganando aquella carrera". Así recordaba a su compañero un emocionado Sete Gibernau, tras recordar algunas anécdotas de su carrera.
[Más información: El Mundial más atípico de MotoGP: del todos contra Marc Márquez a la caza de Valentino Rossi]