Los aficionados al motor y al mundo de la Fórmula 1 seguramente se acuerden de lo que sucedió aquel año, en 2006, en el Gran Premio de Mónaco. Una artimaña, un plan maquiavélico que nadie tuvo la certeza de que fuera así, pero que a ojos de todo el mundo se trató de una sucia treta para detener a Fernando Alonso en su lucha por la pole position, un lugar privilegiado en las carreras, y más en los circuitos como el del Principado monegasco.
Aquel día, un Michael Schumacher superado se ganó muchos detractores en la Fórmula 1 que habían ido subiéndose a su barco año a año, según el alemán iba acumulando mundiales, victorias y récords en el 'Gran Circo'. Sin embargo, la irrupción de Fernando Alonso provocó que se le vieran las costuras y que sus buenas artes, las de la superioridad extrema, se vieran empañadas por circunstancias extrañas.
El piloto español de Renault fue capaz de romper su hegemonía en el año 2005 sumando su primer Campeonato Mundial de Fórmula 1, aunque ya en los años 2003 y 2004 se pudo comprobar que había un chico asturiano que venía pisando fuerte. Lo que Michael y todo su equipo trataron de evitar es que la situación se repitiera en el año 2006, e idearon tretas como aquella de Mónaco que al final le salió cara.
Felipe Massa, compañero del Káiser en aquellos días y que más tarde sería compañero de Alonso en Ferrari, ha desvelado en un documental cómo se produjo aquella idea con la que pretendió arruinar la última vuelta de Fernando. Schumacher, en posesión del mejor tiempo, decidió pasarse de frenada en la mítica curva de las rascasse, quedándose parado y bloqueando el paso en una zona muy comprometida y peligrosa del circuito.
'Schumi' aseguró que el coche se le había bloqueado y que se le había calado, y por eso ya no pudo volver a moverlo para dejar la pista libre. El coche se quedó junto a las vallas, bloqueando el sector y provocando una bandera amarilla que dio al traste con las aspiraciones de muchos pilotos. Sin embargo, todo respondía a un plan.
Así se creó el plan
"Tuvimos una reunión con el equipo, estábamos discutiendo la clasificación... Teníamos dos juegos de neumáticos para ese día. Y Michael dijo: 'Sí, pero si somos más rápidos enseguida y luego montamos el segundo set...' y Ross Brawn comentó: 'Quizá podamos crear una bandera amarilla". Así es como comenzó todo, tal y como ha revelado Massa en el documental The Race to Perfection, de la cadena Sky.
Felipe no daba crédito a lo que estaba oyendo, pero era real: "Y yo dije: 'Por diversión, ¿verdad? No, en serio, por diversión'. Y así es exactamente como sucedió. Michael hizo que eso se hiciera realidad". Aquello armó un enorme lío en la Fórmula 1, protagonizado principalmente por Flavio Briatore, que montó en cólera y acusó a Schumacher y a Ferrari de jugar sucio y de ser unos protegidos por la FIA.
Aunque nunca hubo una confesión ni por parte del equipo ni del piloto, hasta ahora, la Federación se vio obligada a intervenir y a actuar contra Schumacher, sancionándole a salir en la última posición de la parrilla tras su dudosa maniobra que los comisarios terminaron considerando como deliberada.
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