La Fórmula 1 y su miedo a la revolución: el 'sí' a la hibridación y el rechazo al sueño de Alejandro Agag
En la próxima década, el 'Gran Circo' experimentará unos cambios estructurales muy importantes que marcarán su destino y su futuro más próximo.
31 enero, 2021 23:22Noticias relacionadas
La Fórmula 1 es uno de los ámbitos que mayor protagonismo recibe por su exclusividad y espectáculo. Siempre se ha tratado de un mundo de elegidos que mueve importantes cantidades de dinero, pero que, como tal, también necesita reinventarse para no caer en la monotonía, incluso aunque un equipo como Mercedes domine con fiereza la situación. El 'Gran Circo' necesita que su rueda siga girando para generar nuevas sensaciones y nuevos beneficios, y esa tesitura se encuentran todos los que forman este universo.
Sin embargo, la Fórmula 1 no solo se encuentra en una carrera por generar más espectáculo y más beneficios. También se encuentra en medio de un proyecto por hacerse más duradera en el tiempo y más sostenible con el medio ambiente, intentando reducir su impacto contaminante, ese que genera un problema carrera tras carrera y fin de semana tras fin de semana. Por ello, los nuevos proyectos de la Fórmula 1 han llegado a una disyuntiva que puede marcar de forma significativa su futuro y en la que Alejandro Agag, impulsor de la Fórmula E, quiere salir victorioso.
El proyecto de Agag
Alejandro Agag vive la etapa más dorada de su vida y de su carrera profesional de la mano de los vehículos eléctricos. Ha conseguido crear e impulsar, en muy pocos años, dos competiciones que pueden marcar el futuro del motor y que amenazan con cambiarlo todo tal y como se conoce. La Fórmula E es un campeonato totalmente consolidado, que cuenta con un gran éxito y que ha tenido una acogida entre el público realmente espectacular. Además, apuesta decididamente por la electrificación de los monoplazas, lo que es un indudable guiño hacia el futuro de las marcas y hacia la reducción del impacto contaminante.
El otro campeonato que ha creado Alejandro Agag es la Extreme E, una versión de la Fórmula E, pero extrema, como su propio nombre indica. Será una competición off-road, de vehículos SUV y que recorrerá zonas del planeta casi inexploradas, idílicas y en las que se llevarán a cabo trabajos de preservación del medio ambiente una vez haya pasado la carrera. Será una especie de Dakar, pero en su versión más respetuosa con el medio ambiente. Esta prueba cuenta con la presencia de nombres tan importantes como los de Carlos Sainz, Sebastien Loeb, Laia Sanz, Jenson Button, Lewis Hamilton o Nico Rosberg, por lo que su aceptación y su expectación es máxima. Esta Extreme E echará a andar este mismo año, cuando la pandemia lo permita.
La idea que Alejandro Agag tiene en mente y que ha trasladado a la Fórmula 1 es la de que el ‘Gran Circo’ se pase también, de forma gradual, a los eléctricos. Por eso, Agag apuesta por una fusión entre su Fórmula E y la Fórmula 1 actual, pasando él también a formar parte del nuevo proyecto del 'Gran Circo'. Sin duda, esa idea conjunta sería un salto exponencial para él, enmascarada dentro de la reducción del impacto contaminante de la Fórmula 1. Alejandro Agag le ofrece esta vía a la FIA y a Liberty Media para acelerar e implementar el proceso, ya que considera que no les quedará más remedio que avanzar hasta este punto en un futuro no muy lejanos. El impulsor de la Fórmula E y la Extreme E considera que el 'Gran Circo' no tiene otra salida que abrazar la electrificación.
La F1 se defiende
Hasta el momento, las ofertas de Alejandro Agag no han caído en caso roto porque ha sido capaz de mantener un diálogo cruzado con la Fórmula 1, algo que realmente no se esperaba. Lejos de pasar de esta vía de la electrificación, la Fórmula 1, desde sus más altos cargos, ha decidido dar una respuesta al impulsor de las nuevas competiciones eléctricas que amenazan con robar algo de protagonismo al 'Gran Circo'.
Tanto la FIA como Liberty Media se encuentran inmersos en un concienzudo estudio para ver cuál es la deriva más acertada que deben tomar para adaptar a los nuevos tiempos un mundo que amenaza con quedarse obsoleto, pero que necesita no perder más componentes de su espectáculo. Fernando Alonso demostró en Abu Dhabi que el universo de la Fórmula 1 sigue suspirando por los V10 y por su rugido que daban espectáculo con su mera presencia. Está claro que esos motores no son el futuro, pero sí son un ejemplo de que, sin espectáculo, este mundo también caerá en el olvido.
Hasta el momento, la respuesta de la Fórmula 1, ofrecida por parte de Stefano Domenicali, nuevo CEO del 'Gran Circo', es el rechazo a esa fusión con la Fórmula E. Desde la Fórmula 1 siguen considerando que el futuro es la hibridación y la utilización de los combustibles con huella de carbono cero. Ese es el horizonte que se considera el correcto en el paddock y por el que se pretende luchar en los próximos años, los cuales serán claves, ya que para 2025 y 2026, la Fórmula 1 habrá tomado una decisión que lo cambiará todo.
El cambio relativo
Además de la Fórmula 1, de Liberty Media y de la FIA, existe otro pilar de este gran proyecto que también tiene su propia opinión al respecto de este gran debate que se ha abierto en torno a la F1. Los grandes equipos, amantes del famoso V10 y de sus similares, tampoco apuestan por la electrificación, lo que supone sin duda el mayor contratiempo para los intereses de Alejandro Agag. Los grandes equipos de la Fórmula 1 apuestan por una competición lo más clásica posible, a pesar de que son conscientes de que necesitan evolucionar hacia metas menos contaminantes.
Toto Wolff, jefe del equipo Mercedes, aseguró que la exhibición de Fernando Alonso con el R25 le hizo reflexionar sobre si se estaban haciendo las cosas bien. Cómo era posible que un coche de hace 15 años, más lento y rudimentario, hubiera conseguido embelesar a todos con un solo rugido de su V10. Eso marcaba claramente que algo no estaba avanzando en la dirección correcta.
Además, el patrón del equipo de las 'flechas plateadas' asegura que este paso a la hibridación, y no hacia la electrificación, puede ser interesante para el futuro de la Fórmula 1, aunque siempre y cuando no se entre en una guerra de combustibles. En una línea muy parecida se ha mostrado Luca de Meo también en las últimas fechas. El nuevo líder del Grupo Renault, a pesar de haber impulsado la creación de deportivos eléctricos de la marca Alpine, asegura que el camino correcto para el 'Gran Circo' es también la hibridación.
La vía en la que casi todos concuerdan es en la de trabajar en motores mucho más sencillos que los V6 Turbo actuales, cuyo proceso de llegada a la Fórmula 1 solo se basó en el crecimiento de la tecnología, pero nada más. En estos momentos, la F1 apuesta por unidades de potencia mucho más simples y también económicas, y ahí es hacia donde están apuntando. Además, con motores más sencillos, es mucho más fácil realizar ese trasplante de tecnología necesaria para la hibridación. Este proceso, en el que el gran avance lo pondrá un KERS mucho más potente que el actual, se pretende alcanzar a partir del año 2025, marcado por consenso general como el gran año del cambio después del que se vivirá en el 2022.
Los motoristas en acción
La Fórmula 1 está inmersa en un profundo cambio y una gran evolución que sin duda marcará su futuro y el devenir de su éxito o de su fracaso. Los próximos años serán clave y por eso, desde la organización del 'Gran Circo' y desde la dirección de Liberty Media conviven con la presión de tener que dar los pasos correctos para consumar un acierto que sin duda sería histórico. En los próximos años, desde 2022 hasta 2026, la Fórmula 1 cambiará tal y como se la conoce ahora mismo.
Sin embargo, en este profundo cambio no solo interviene el paso a la hibridación, sino también la llegada de nuevos motoristas a la Fórmula 1 que resuelvan la crisis de marcas que existe. En estos momentos, con el futuro adiós de Honda, la parrilla quedará reducida únicamente a tres posibilidades: Renault, Mercedes y Ferrari. Stefano Domenicali tiene ya una función importante en su nuevo cargo y es la de encontrar motoristas que quieran formar parte de la Fórmula 1 de forma activa.
En ese proceso, el italiano asegura que la electrificación no es el único camino válido para atraerles y que demostrarles que existen formas diferentes de avanzar es bueno para que ellos decidan invertir en la Fórmula 1 y convertirse en nuevos fabricantes. Siempre sin dejar de lado la sostenibilidad y esa ansiada sencillez en las unidades de potencia que se considera como la solución a muchos de los problemas que existen.
No obstante, el nuevo CEO de la Fórmula 1 ha dejado durante estos días un mensaje que sin duda no arroja mucha luz al futuro del 'Gran Circo', y es que considera más factible la posibilidad de atraer a constructores chinos y japoneses hasta la Fórmula 1 que europeos. Además, en estos momentos siente la gran presión que ejercen competiciones como Le Mans, la Fórmula E, que ha atraído a muchos nuevos fabricantes ya, o el Dakar, que se quiere lanzar a su aventura eléctrica donde va a contar con un proyecto que puede impulsarlo todo, el de Audi con la figura de Carlos Sainz y la edición de 2022. Este es el futuro de la Fórmula 1, que se encuentran más amenazado e incierto que nunca.
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