Carlos Sainz rozó la victoria en una buena séptima etapa en el Rally Dakar 2022. Era la primera jornada tras el día de descanso y todos los pilotos la afrontaron con ganas. Especialmente un Carlos Sainz que quiere dar la vuelta a la carrera. Al menos en sus sensaciones, porque en la clasificación es misión imposible.
Tanto Carlos como Stéphane Peterhansel como Mattias Ekstrom, el trío maravilla de Audi Sport, están fuera de la lucha por la victoria final, pero su objetivo es seguir dando guerra, pelear por etapas y seguir descifrando cómo se comporta en carrera el famoso RS Q e-tron, el vehículo más sofisticado y complejo que jamás haya pisado una el Dakar.
La joranada número 7 fue positiva para ellos ya que Carlos se situó en el podio y Peterhansel hizo cuarto provisional, demostrando un muy buen ritmo de carrera. Sin problemas mecánicos, el Audi funciona. No obstante, los pilotos de la casa alemana se están pegando también con la navegación, un aspecto que se les atraganta frecuentemente y que en la jornada de este domingo no fue una excepción.
"Empezamos bien. A pesar de salir tan atrás, el principio era arena y pudimos pasar algunos coches. Llegamos primeros a la neutralización, pero a partir de ahí cambió el panorama". Sainz soñaba con la victoria, pero de nuestro se volvió a perder junto a su copiloto Lucas Cruz: "Era una zona de muchos cambios de dirección, con waypoints escondidos, y ahí hubo como tres o cuatro veces que tuvimos que dar la vuelta porque no íbamos bien y se empezó a complicar la etapa".
Fue en ese momento cuando perdieron unos minutos claves en la lucha por la victoria parcial con Sebastien Loeb, ganador final, y Nasser Al-Attiyah, segundo: "Nos pasaban coches que habíamos pasado antes y ahí ya era muy difícil adelantar por el polvo. Íbamos en el polvo, adelantábamos... teníamos que dar la vuelta porque la etapa era complicada de navegación...".
Contento con el coche
A pesar de quedarse sin opciones de sumar su segundo triunfo en la presente edición, el que hubiera sido el 41 de su carrera deportiva, se mostró muy contento y satisfecho con el comportamiento del coche. Esta vez no tuvieron problemas mecánicos y la parte de la hibridación y el software eléctrico siguen funcionando a las mil maravillas, algo que sin duda no esperaban.
"Estoy contento con el coche, mecánicamente no hemos tenido ningún problema y creo que de ritmo íbamos bastante bien. Me quedo más tranquilo con eso. Vamos poco a poco". Todavía quedan días para darse alguna alegría más mientras el ritmo siga acompañando como lo hizo en la primera jornada tras el día de descanso.
A pesar de todo, no pudo olvidar lo que está siendo su peor pesadilla, la navegación, e hizo autocrítica asumiendo que tienen que mejorar en ese aspecto, sobre todo de cara a un 2023 en el que será otra vez candidatos a la victoria en la clasificación general.
"Vamos a ir perfilando poco a poco la navegación. Tenemos que ir mejorando nosotros mismos, tanto Lucas como yo, para evitar esas situaciones. Nos complica la vida bastante la navegación. Pero a partir de ahí, intentaremos ganar la etapa mañana. Hay que seguir, a tope, a probar cosas".
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