Fernando Alonso tiene un reto: volver a proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1. Es su máxima aspiración y con esa mentalidad se levanta cada día. Sin embargo, la edad, la experiencia y tener dos títulos en las vitrinas le han dado con el paso del tiempo la madurez suficiente para saber que hay otra cosas en la vida. Y por eso ahora la disfruta mucho más que nunca. Y eso es lo que está haciendo en Australia.
El piloto español ya ha llegado al circuito de Albert Park y después de hacer el habitual reconocimiento a pie junto con sus ingenieros y mecánicos, se han embarcado en una aventura que ha estado liderada por la marca Castrol, patrocinadora del equipo Alpine, escudería del ovetense. Y gracias a eso ha tenido la oportunidad de probar un coche que, hasta ahora, no ha tenido nunca la oportunidad de conducir.
Se trata de un Supercar, un vehículo propio de una de las pruebas más importantes del motor en Oceanía. Es una competición que solo se disputa en Australia y en Nueva Zelanda y que tiene una trascendencia histórica total. De hecho, arrancó en 1960. Y Fernando ha tenido la oportunidad, junto a 'Checo' Pérez, de darse este gustazo.
El español se ha subido al Ford Mustang del equipo Tickford Racing junto a Thomas Randle, quien le ha cedido su vehículo y que ha actuado de copiloto para aconsejarle en todo lo que fuera necesario. Una experiencia única en la que el español ha disfrutado como un niño pequeño y es que Alonso tiene una pasión desmedida por probar todo tipo de vehículos y monoplazas. Por su parte, Sergio 'Checo' Pérez ha pilotado el Holden ZB Commodore de Red Bull Ampol Racing, pero sin copiloto.
Un campeón de F1 no se había subido a un coche de este tipo desde que lo hiciera en 2011 Jenson Button sobre el Holden VE Commodore de Jamie Whincup en Mount Panorama. Y es que pocos pilotos del 'Gran Circo' han podido presumir de este privilegio, solo algunos elegidos como Daniel Ricciardo o Jacques Villeneuve, que supone un gusto absoluto para aquellos que tienen tanta afición por todos los tipos de conducción como le sucede a Fernando.
La experiencia de Alonso
Tras su prueba, Alonso valoró la experiencia y vibró con el sonido de los motores V8: "Está entre un GT3 y un Nascar. Es más pesado y suave en las curvas, pero luego sientes la potencia, el V8... el sonido es impresionante. Es divertido pilotarlo porque los coches son muy similares a los demás en la parrilla. Sólo les separa un segundo y eso, con 25 coches, es impresionante".
Mientras Pérez se lo tomó con calma, especialmente porque iba solo y en comunicación con el pit lane, Alonso se permitió alguna licencia e incluso tuvo una pasada en una curva para terminar en la hierba: "Cuidamos de nuestros coches como si fueran bebés, así que que alguien pilote tu coche es mucha presión. He intentado comportarme y cuidar del coche para asegurarme de que está contento".
Aprovechando que en los últimos años ha pasado por carreras como las 500 Millas de Indianápolis, el Campeonato del Mundo de Resistencia o el Rally Dakar, era obligado cuestionarle si algún día se veía sobre un Supercar: "Quién sabe, hay un par de carreras impresionantes aquí, Bathurst es la más famosa. No es un plan a corto plazo, pero nunca digas nunca".
[Más información: La verdad sobre el motor de Fernando Alonso: de la confianza de la FIA a la perfección de Alpine]
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