El Rally Jameel, el primero solo femenino en Arabia Saudí: una lucha contra el acoso a las mujeres
El país ha celebrado una competición histórica cuando hasta hace cinco años solo los hombres podían acceder a una licencia de conducción nacional.
7 abril, 2022 02:15Noticias relacionadas
Arabia Saudí sigue dando pasos hacia delante en cuanto a la entrada al primer mundo se refiere, ya que un estado que no respeta los derechos humanos y que pisotea las libertades de buena parte de su sociedad, no se puede considerar como un país civilizado. El dinero no da la integridad, y menos a un gobierno conocido históricamente por sus malas artes. Tampoco a una parte de su ciudadanía que lo permite o que vive de espaldas a las atrocidades que allí se cometen. Y las mujeres son uno de los sectores poblacionales más castigados.
Por ello, el deporte femenino juega un papel tan importante en esta lucha que cada victoria debe ser celebrada en todo el mundo. Muchas veces, esto se une con otras conquistas que se hacen en este tipo de territorios y que en otros países suenan casi a historias de otro siglo. Así es cómo se ha gestado una competición histórica.
Se trata del Rally Jameel, una carrera que comenzó a mediados del mes de marzo y que constó de tres etapas, pero que ahora se ha descubierto cómo se ha desarrollado su proceso de gestión. Una prueba que ya es historia del deporte mundial porque ha sido el primer rally celebrado en el país y disputado totalmente por mujeres.
No ha sido fácil, pero finalmente ha contado incluso con el apoyo del gobierno que tras años de persecución, ha caído en la cuenta de que es necesario impulsar el papel de la mujer en su sociedad. O al menos, darle las oportunidades y la igualdad que merecen respecto a la tiranía machista que impone un régimen opresor y retrógrado.
Celebrar este tipo de eventos en un país en el que las mujeres no podían conducir de manera legal hace menos de un lustro, es una victoria que quedará para la posteridad. Y para ello ha sido necesario un gran pacto internacional y una lucha contra el acoso de aquellos que todavía no han superado que el mundo avanza a pesar de sus tinieblas ideológicas y morales.
Acuerdo entre 15 países
En la ciudad de Ha'il, famosa por su presencia en las ediciones del Rally Dakar que se están disputando en el país, es donde se ha dado el banderazo de salida a esta carrera que ha necesitado de un gran pacto internacional para su gestación. Esta prueba ha supuesto el comienzo de una nueva era en el automovilismo del reino árabe, ya que pocos podían imaginar hace tan solo unos años los saudíes pudieran organizar una prueba íntegramente de mujeres.
Para ello ha sido necesaria la creación de una unión internacional de hasta 15 países que han presionado a Arabia Saudí, no solo para organizar esta prueba, si no también para dejar competir a sus propias pilotos. A pesar de que muchas de ellas carecían de experiencia oficial en este tipo de pruebas.
Entre los estados impulsores de esta nueva competición, que se espera que se celebre cada año, se encuentran España, Gran Bretaña, Alemania, Omán o Suecia. De todos estos países han llegado competidoras para formar parte, no solo del pilotaje, si no también del copilotaje o de los equipos que tomaban parte de la carrera en forma de asistentes, auxiliares o mecánicos.
En total, fueron 34 las parejas que formaron parte de la carrera y en la mitad de estos equipos había como mínimo un miembro que era local, originario de Arabia. Sin embargo, la referencia absoluta en la prueba ha sido Estados Unidos. Junto con los países mencionados anteriormente ha sido quien ha llevado la organización de la prueba, ya que se ha gestado en base a un rally histórico que se celebra al otro lado del Atlántico.
La carrera está inspirada en el Rebelle Rally, una prueba que se celebra en el país norteamericano y cuyos participantes son también mujeres en su totalidad. Además, no se trata de un evento cualquiera, ya que cuenta con una trascendencia histórica muy importante. Es el rally más largo que se corre en el país con la única ayuda de un mapa y unas brújulas para establecer la navegación.
Un evento para la historia
A pesar de que este rally ha debutado en el año 2022, para muchos su inicio está bastante antes. Concretamente en el año 2017, cuando se levantó por primera vez la prohibición de que las mujeres pudieran tener su licencia de conducir. Hasta entonces, aquellas que quisieran saber cómo se conduce un coche o que soñaran con ser pilotos, tenían que hacerlo a escondidas.
El país ha estado lleno de conductoras nocturnas. Mujeres valientes que se atrevían a salir de sus casas durante la noche para poder coger el vehículo de sus maridos o de sus padres y así poder practicar. De hecho, así es como muchas de las participantes han conseguido coger experiencia y destreza para dominar las dunas existentes en los trazados de esta carrera tan especial.
Tan sorprendente ha sido la celebración de esta prueba que muchas de estas mujeres han tomado la salida tras haber obtenido sus carnés hacía relativamente poco tiempo. Inexpertas curtidas en la clandestinidad. Otras habían conseguido vivos sus sueños practicando incluso a través de videojuegos porque no tenían acceso a un vehículo como tal. Y solo unos años o unos meses después, ahí estaban, dando un ejemplo al mundo y un halo de esperanza para todas aquellas que siguen pagando el precio de haber nacido en una sociedad así.
Sin embargo, tan cruda es esa situación que muchas de ellas han tenido que correr con esta desgracia incluso dentro de la prueba. No todo fueron dunas y arena en esta competición, ya que también se realizaban tramos de enlace que implicaba entrar en algunas ciudades del país. Especialmente la capital, Riyadh. Allí, la tranquilidad de la que habían gozado durante su transcurso por las dunas brilló por su ausencia.
Nadie respetaba la velocidad a la que tenían que circular o los límites de los carriles y eso ponía en riesgo tener un accidente o un golpe que pudiera costarles la carrera. Pero eso no era lo peor. Por si todo eso fuera poco, parte del resto de conductores ajenos a la prueba que se iban encontrando, al ver tantas mujeres al volante, llegaron a colapsar y a irrumpir contra ellas para intentar amedrentarlas.
Algunas de las competidoras llegaron a romper a llorar al ver la situación en la que se encontraban, sufriendo acoso al volante incluso aunque pudiera haber vidas en peligro. La situación llegó a un punto que incluso pensaron en denunciarlo a la policía. Sin embargo, la organización de la prueba, con directrices desde el gobierno saudí, decidió salir en su defensa demostrando que, aunque las cosas vayan despacio, poco a poco van cambiando en un estado en el que la mujer sigue siendo un ciudadano de segunda.
Para muchas de las pilotos locales, ver que su gobierno les defendía, aunque fuera por el interés puro de la carrera, ya era un motivo para pensar que más oportunidades están por llegar. También era la demostración de que eventos de este tipo sirven para impulsar y reforzar el papel de la mujer en según qué sociedades. En 2017 no podían tener su propio carnet de conducir y cinco años después, participaban en un rally bajo el amparo y la protección del estado.
El premio de la regularidad
Más allá de su carácter social, de la lucha contra el acoso que ha llevado a cabo el gobierno y de la gran unión internacional que ha impulsado el papel de la mujer en la sociedad saudí, la propia prueba también ha tenido un contenido deportivo importante. Con la accesibilidad total para sus participantes, que podían tomar parte de la carrera incluso aunque no tuvieran vehículos excesivamente preparados, se podría decir que ha sido un híbrido entre el profesionalismo y lo amateur con el único fin de disfrutar y de hacer historia.
El banderazo de salida tuvo su representación oficial con un acto llevado a cabo en el Palacio de Qishlah en la ciudad de Ha'il. Además, contó con la imagen del príncipe Abdulaziz bin Saad bin Abdulaziz, que hacía las veces de emisario del gobierno. Sin embargo, todo el peso de la promoción y el patrocinio del mismo ha recaído sobre Hassan Jameel, presidente adjunto de Abdul Latif Jameel y de Bakhashab Motorsports Development, y sobre la princesa Reema bint Bandar Al Saud, la embajadora saudí en Washington. De nuevo, Estados Unidos al mando.
La carrera tuvo una extensión total de 1.100 kilómetros, de los cuales 340 fueron por carretera. Fueron en esos momentos principalmente en los que se produjeron los episodios de acoso más graves. Se trató de una carrera de regularidad, es decir, similar a la prueba del Dakar Classic y no a la competición que mide a los mejores pilotos del mundo. Para ello tuvieron que pasar por los 141 waypoints que tenía la prueba.
El funcionamiento en ese sentido ha sido muy similar a la carrera que organiza ASO, ya que también se entregaba el roadbook antes de cada etapa. Aunque aquí se hacía la noche previa y no unos minutos antes de tomar la salida. El control de cada participante se hacía a través de la instalación de un ordenador de rally Stella III EVO y un cuentakilómetros de alta tecnología situado en el salpicadero de manera rudimentaria. Este dispositivo incluía un archivo digital del recorrido y hacía un seguimiento de la velocidad y la ubicación del equipo mediante un sistema GPS.
Y partir de ahí, la pericia y el talento de cada pareja de competidores para encontrar cada punto de control, los cuales se abrían al aproximarse a unos 800 metros del mismo, y se validaban con rodar a unos 90 metros del punto exacto. Una precisión considerable teniendo en cuenta la inmensidad del desierto saudí. Además, se incluían diferentes desafíos de tiempo, velocidad y distancia para controlar las medias de los participantes y crear así una clasificación de puntos extra.
La velocidad máxima permitida fue de 70 kilómetros por hora, por lo que se hacía casi un triunfo poder aguantar la concentración a un ritmo que ponía a prueba la paciencia de los participantes. Pero ahí está la virtud de la regularidad, en saber aguantar. Además, establecer una velocidad tan reducida aseguraba el éxito de que no hubiera accidentes de cara a una segunda edición y que casi cualquier mujer pudiera participar en la carrera, a pesar de no tener un coche especializado para los rallys con estructuras antivuelco.
Y así es como transcurrió una de las competiciones más esperadas del año, con comienzo en Ha'il y con final en Riyadh, pero donde la victoria era lo menos importante. El éxito ha sido la celebración de la primera edición de esta prueba que promete abrir un futuro esperanzador para las mujeres en un país bajo sospecha como es Arabia Saudí.
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