Tras ver una y otra vez las imágenes del accidente de Fernando Alonso -hasta el plató de Sálvame ha llegado-, nadie tiene dudas de la gran fortuna del piloto español en la curva tres del circuito australiano. El propio médico de la FIA, Jürgen Lindemann, es consciente de que el bicampeón “se salvó por poco”.
El accidente fue tan grave que no sólo Alonso estrenará nuevo chasis en Bahrain. El mexicano Esteban Gutiérrez deberá usar un monocasco nuevo en su Haas puesto que el equipo ha debido mandar a Europa el chasis dañado en el accidente para proceder a su reparación.
El accidente ha puesto de manifiesto la enorme solidez de los actuales monoplazas, pero también ha arrojado nuevas incógnitas. Dudas reales sobre las futuras medidas de seguridad en las que trabaja la FIA ante accidentes a más de 300 Km/h. De hecho, las secuelas de Fernando Alonso van más allá de sus dolencias físicas al abrir un nuevo e inesperado frente de investigación a los responsables de la FIA.
El accidente de Melbourne también ha puesto a prueba los nuevos instrumentos para el análisis de la dinámica de los accidentes en los cuerpos de los pilotos aportando nuevas vías de investigación y análisis nunca antes vistas.
La Federación Internacional del Automóvil puede ser criticada por muchos motivos, pero en lo que respecta a la seguridad su trabajo no deja dudas y los resultados de su lucha por mejorar cada día los monoplazas se ha visto recompensada con las imágenes en directo de Fernando Alonso bajándose por sus propios medios de su monoplaza tras un terrorífico accidente que podía haber terminado de forma trágica.
En EL ESPAÑOL ya analizamos los elementos de seguridad que salvaron al campeón español, aunque a medida que la investigación toma forma se descubren nuevos elementos que revelan la increíble intensidad del accidente destapando lagunas que la FIA debe investigar y que, seguramente, originarán cambios orientados a fortalecer ulteriormente unos bólidos que poseen el paso por curva más rápido que ninguna otra máquina ideada por el ser humano.
Fernando Alonso se ha convertido sin quererlo en uno de los mayores impulsores de la seguridad en la F1 como consecuencia de sus recientes accidentes.
A raíz de su colisión lateral durante la pretemporada de 2015, el año que marcaba su vuelta a McLaren, la FIA se dio cuenta que no contaban con imágenes suficientes que ayudaran a explicar la dinámica que retiró de la competición al piloto español durante unas semanas y que le obligaron a permanecer en un hospital de la ciudad condal durante unos días bajo estricta observación.
La telemetría de los monoplazas registran innumerables parámetros de la mecánica y chasis de monoplaza, no hay nada que quede fuera de control. Estos datos dan a conocer muchos de los fenómenos que se desencadenan ante cualquier incidente, colisión o problema sobre la pista. Sin embargo, en el caso del accidente de Alonso en aquella pretemporada hubo un aspecto que no se pudo controlar. ¿Qué fuerza sufrió verdaderamente su cabeza en aquel impacto lateral?, ¿qué sucedió en su cuello y en la parte superior durante el impacto?
Esas interrogantes fueron decisivas para que la empresa italiana líder del sector de la electrónica del automóvil Magneti Marelli desarrollara junto con la FIA un prototipo de cámara, que en principio se debía integrar en el caso del piloto, para monitorizar mediante imágenes de vídeo de altísima resolución cualquier circunstancia que pudiera suceder a la parte más expuesta y que menos protección tiene: la cabeza del piloto.
Monitorizaxión al milisegundo
Durante 2015, la FIA y Magneti Marelli han trabajado junto para desarrollar una microcámara que pudiera registrar en alta definición en milisegundos todos los movimientos de cabeza y cuello del piloto durante los momentos cruciales de un accidente así como de todo un Gran Premio, sesión de entrenamientos, tanto privados como oficiales. Desde 2016 todos los equipos están obligados a montar este dispositivo en los monoplazas.
El pequeño dispositivo que no supera el tamaño de una llave de memoria USB es capaz de grabar 400 frames por segundo y se ubica en la parte alta del chasis mirando hacia el piloto grabando hasta 90 minutos de imágenes que se almacenan en la caja negra del coche, sincronizando cada imagen con la telemetría. Esta genialidad permite por primera vez analizar la velocidad exacta y la fuerza precisa en el momento del impacto.
Nadie pensaba que este nuevo elemento fuera a ser utilizado desde la primera carrera del mundial, pero nuevamente un accidente de Fernando Alonso ha propiciado que este dispositivo resulte un elemento clave a la hora de analizar lo que le sucedió realmente al piloto durante no sólo el impacto, sino todas las sucesivas vueltas de campana y choque final contra el muro de protección.
Gracias a la sincronización de las imágenes en alta definición grabadas en milisegundos con la telemetría del vehículo, los investigadores de la FIA podrán conocer la fuerza máxima gravitacional que sufrió tanto su cabeza como su cuello, del que serán capaces de conocer hasta el punto máximo de estiramiento y eventual contracción tras un accidente que se produjo a 322 Km/h.
Los reveladores datos que se están desprendiendo de esta investigación comienzan a vislumbrar nuevas posibilidades de la pequeña HSC (Cámara de Alta Velocidad), que podrían aconsejar el montaje de más compras en otro puntos del monoplaza para obtener mayor información directa ante la más mínima eventualidad.
El asiento se partió y no resistió el impacto
No todo fue robustez en el McLaren-Honda de Alonso, a los daños que pueden sumar una factura que ronda el medio millón de euros hay que añadir un nuevo asiento para el piloto español, pues los últimos datos de la investigación revelan que el asiento cedió en la parte que soporta la espalda del piloto.
Cada asiento está diseñado mediante moldes que recogen el contorno del cuerpo del piloto, son únicos y los fabrica cada equipo siguiendo las estrictas normas de la FIA con el fin de que ante un accidente los comisarios puedan extraer al piloto del habitáculo, con este alojado en el asiento, para prevenir ulteriores lesiones en la columna y medulares principalmente.
En el caso del MP4-31 el asiento no ha resistido la violencia del impacto lo que abre un nuevo frente de investigación de un elemento vital para la seguridad de los pilotos.
Con el fin de esclarecer la nueva interrogante, los datos de la cámara Magneti Marelli serán esenciales a la hora de medir con precisión todos y cada uno de los movimientos a los que fue sometido el cuerpo de Alonso. Las conclusiones establecerán qué nuevas mejoras se deben implantar en los asientos y otros elementos del coche para proteger aún mejor a los pilotos que se juegan la vida en cada curva para proporcionarnos un gran espectáculo cada fin de semana de carrera.