Cuando el Gran Premio llegaba al meridiano, Hamilton recibía la orden de pasar al plan B cuando lideraba una carrera que administraba a placer como hace apenas siete días atrás en Hungría. [Así te lo hemos contado]
La duda de las estrategias se evaporaba ante la evidencia clara del grupo de cabeza que apostaba definitivamente por tres paradas en boxes.
En este punto de carrera, Nico Rosberg pisaba a fondo el acelerador para distanciarse lo suficiente de Max Verstappen y poder compensar en su última parada en boxes la penalización, y conseguir, de esta forma, su objetivo de subirse al podio.
Mientras las esperanzas de Rosberg decaían, Ricciardo, con superblandos, adelantaba sin problemas a su compañero para atacar en la vuelta 40 al alemán de Mercedes, marcando claramente su ambición de terminar en segunda posición al bajar la bandera a cuadros.
Mientras tanto, Sebastian Vettel se enzarzaba en una diálogo de besugos con su equipo, quienes desde el box trataban de adelantar su último cambio de gomas para “hacer un undercut a Verstappen”. Menos mal que el piloto alemán de Maranello veía la carrera tal cual era en realidad y desdecía a su propio ingeniero, ridiculizando las ilusiones que parecían haberse implantado en las mentes del muro de boxes.
“¿A quién vamos hacer un undercut?”, respondía irónico y asombrado Vettel, que no entró en el juego de fantasía de su equipo.
Tras la tercera parada, todo está sentenciado
Concluidas las últimas visitas al box por parte del grupo de cabeza, en la vuelta 48 Alonso cerraba los pitstop y se preparaba para aderezar la carrera al protagonizar un pulso fratricida que no pudo concluir satisfactoriamente, como consecuencia del excesivo consumo de su unidad de potencia Honda, que le dejó con tres gotas de gasolina en el depósito al concluir la carrera.
Carlos Sainz, por su parte, luchaba con el Renault de Magnunsen, a quien logró superar mientras comenzaban a aparecer unas tímidas gotas de lluvia en algunas partes del circuito, que finalmente no fueron capaces de hacerse protagonistas y cambiar el el resultado final de la prueba.
Lo positivo del difícil fin de semana del piloto madrileño era mantener a raya, una vez más, a Kvyat, quien tras su descenso al equipo B no es capaz de superar al piloto español.
El final de carrera vino protagonizado por el sufrimiento de Fernando Alonso. El dos veces campeón del mundo, que se veía obligado a obedecer las banderas azules que indicaban que iba a ser doblado por todo el grupo de cabeza.
Como consecuencia de su necesidad de ahorrar gasolina y tener que dejar pasar a los primeros de carrera, Alonso no pudo evitar el adelantamiento de Checo Pérez, quien, eso sí, no lo tuvo nada fácil para dejar atrás al asturiano.
Por su parte, Jenson Button le ganaba en Alemania al español, consiguiendo una nueva posición tras superar a Bottas, uno de los pocos que apostó por solo dos paradas.
Amargas y felices vacaciones
La Fórmula 1 llega a su merecido descanso veraniego con un Nico Rosberg que se ha puesto de rodillas ante un inconmensurable Lewis Hamilton en su propia casa, como ya pasó en Mónaco.
Este resultado supone un duro golpe psicológico para el alemán, que se va de vacaciones como segundo a pesar de haber llegado a acumular una ventaja que hace dos meses garantizaba la corona del mundial.