Desde la llegada de Yusuke Hasegawa a la jefatura del programa de Honda para la Fórmula 1, muchas son las cosas que están cambiando a nivel técnico en las prestaciones de la unidad de potencia y también en el aspecto político de la casa del sol naciente.
La unidad de potencia nipona está logrando el empuje necesario para meter al menos un McLaren en Q3 con una cierta regularidad, aunque aún no puede mantener el nivel del sábado durante la carrera del domingo.
¿Funcionan las segundas nupcias?
Honda regresó a la Fórmula 1, aprovechando el cambio de normas que propiciaban la llegada de los propulsores híbridos, de la mano de un viejo socio con el que protagonizó años de gloria llenos de victorias.
Pero las segundas nupcias entre McLaren y Honda han demostrado estar lejos de ser el exitoso matrimonio de antaño que sedujo a Fernando Alonso para cambiar de aires.
Ni McLaren es el equipo dominador de finales de los ochenta ni Honda el referente en cuanto a propulsores, especialmente tras su fracaso como proveedor de motores y como equipo en solitario en la era más reciente de los atmosféricos que muchos parecen haber olvidado.
Los datos son contundentes: McLaren no gana un título como constructor desde 1998, mientras que su último campeonato de pilotos se consiguió in extremis en la última curva de Brasil 2008 posiblemente gracias, entre otros factores, al tongo más sonado de la historia de la Fórmula 1 orquestado por Flavio Briatore y Nelson Piquet Jr. para que Fernando Alonso lograse la victoria en Singapur.
La monogamia impuesta por Ron Dennis a Honda tiene grandes beneficios par los británicos, pero puede estar limitando la capacidad de crecimiento de los japoneses.
¿Poligamia a la vista?
“Hemos construido una fábrica en Milton Keynes, una más grande. No enorme, pero sí lo suficientemente grande”, anunciaba recientemente Hasegawa, dejando ver la disposición de Honda a dar un salto necesario si quieren llegar a lo más alto.
“Si decidimos preparar un segundo motor para un segundo equipo, tan sólo tendremos que contratar a las personas e ingenieros”. Honda se acaba de dotar de la infraestructura para 'romper' su monogamia con McLaren que les permita mejorar su unidad de potencia más rápidamente acumulando más kilómetros, experiencias, y quién sabe si victorias con otra pareja.
Vecinos de Red Bull para seguir el ejemplo Renault
La nueva fábrica está en la misma localidad de donde salen los Red Bull que pisan los pies a Mercedes con muchos menos CV.
Resulta curioso que la ubicación de la factoría se sitúe a poca distancia del equipo que pudo haber cambiado la historia de Honda de haberse consumado el idilio tras la ruptura de los coches de la bebida energética con Renault en 2015.
Por entonces Ron Dennis, aterrado, prohibió la alianza que hubiera restado poder y futuro a McLaren, el mismo veto que Ferrari y Mercedes dieron a los de Horner y Newey atemorizados por verse superados con sus armas por el rival más hábil en cuanto aerodinámica y chasis.
Renault finalmente se olvidó de las duras críticas recibidas por su socio y renovó su alianza con Red Bull a pesar de contar con un equipo oficial en 2016, con mismo motor que los de la bebida energética, consciente de la posibilidad que ofrece contar con un equipo puntero a la hora de comparar las capacidades de su unidad de potencia contra grandes rivales como Ferrari y Mercedes, cosa que Honda no puede hacer a día de hoy por sus ataduras con McLaren.
¿Qué podríamos pensar del V6 Turbo de Renault si nos basáramos únicamente en los desastrosos resultados de su equipo oficial? Contar con Red Bull ha permitido a Renault ser los únicos en batir a Mercedes esta temporada y conocer las necesidades reales para evolucionar su unidad de potencia.
Tanto Honda como los aficionados que aún compran los anuncios de McLaren y sus pilotos se esperaban mucho más de Singapur, pero el chasis británico no está aún al nivel que quieren hacer creer al gran público como tampoco lo está el propulsor nipón.
En vista de la situación, desde hoy, Yusuke Hasegawa cuenta con las llaves de la nueva fábrica lista para funcionar en caso de que la aventura con McLaren no responda a las expectativas sembradas a bombo y platillo dos años atrás.