En la parrilla se le conoce con cierta guasa como "príncipe", mientras que en las estadísticas oficiales aparece como Ferdinand Habsburgo-Lorena. Pero nadie le llama por su nombre real: Ferdinand Zvonimir Maria Balthus Keith Michael Otto Antal Bahnam Leonhard de Habsburg-Lorena y Thyssen-Bornemisza, también conocido como Príncipe Imperial de Austria, Príncipe de Hungría, Croacia y Bohemia y Archiduque de Austria. Ligeramente complicado de recordar, quizás. E imposible de reflejar en un cuadro de clasificaciones.
Hace tiempo que Ferdinand, bisnieto del último emperador austrohúngaro -Carlos I, quien rigió desde 1916 hasta la desaparición del reino en 1918-, no sigue las costumbres de su noble familia. Espigado y de facciones aniñadas, podría pasar por un dignatario más... Excepto porque nunca disimula su obsesión por el automovilismo, ni siquiera ante las cámaras.
Él se toma con humor las chanzas de sus compañeros de parrilla -también le llaman 'Águila bicéfala', en honor al escudo de armas que representa a los Habsburgo- y resta importancia al peso que su familia pueda tener en su carrera como piloto: "No creo que mi apellido me ayude en las carreras, en la pista lo único que importa es el cronómetro".
Y esto último le importa mucho. Tras la octava y última prueba -en la que quedó segundo en la primera carrera-, Ferdinand se ha hecho con el subcampeonato de la Euro Fórmula Open. No sólo eso; también ha sido designado como el mejor novato de la temporada, en la que ha ganado una carrera y ha cosechado siete segundos puestos.
El camino hacia la gloria
Se trata de uno de los campeonatos más competitivos a nivel continental y que actúa como categoría puente a la Fórmula 1. De hecho, Ferdinand aspira a dar un salto cualitativo la próxima temporada, en la que estará en la European Fórmula 3 o en las GP3 Series. Una decisión que podría resultar absolutamente trascendental para cualquier piloto.
Pero, en su caso, el peso de su apellido hace de Ferdinand algo más que una promesa del automovilismo. A sus 19 años, es un auténtico diamante en bruto al que ya le han puesto el ojo varias escuderías de la Fórmula 1. "Aunque el nombre puede abrir puertas con los patrocinadores, espero que mis resultados hablen por sí solos", asegura el joven.
Admirador confeso de Valteri Bottas y de la "ética de trabajo" de la escudería Williams, Ferdinand cuenta con el firme apoyo de su familia, que está encantada de la pasión por la que se decantó tras acabar Bachillerato. "Mi padre, mis hermanas, todos me apoyan, pero sin duda mi mayor fan es mi madre, a ella le encanta", asegura, al tiempo que reconoce que "siempre es divertido explicarles lo que hago a los amigos de la familia".
Sólo el italiano Leonardo Pulcini ha podido esta temporada con Ferdinand Habsburgo-Lorena en la pista. Un duelo que, previsiblemente, repetirán el año que viene en una categoría superior. Un último peldaño antes de alcanzar la gloria como piloto. "Por supuesto, la Fórmula 1 es mi sueño", sentencia.
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