La Fórmula 1 tal cual la conocemos en la actualidad es obra directa del talento de un hombre que vio el futuro del deporte y del poder de la televisión antes que nadie.
A sus 86 años Bernie Ecclestone declara haber sido “despedido” por los nuevos dueños del grupo norteamericano Liberty Media que han desembolsado más de 7.500 millones de Euros para hacerse con el control de los derechos del mundial.
La plusvalía obtenida es notoria si pensamos que el comprador precedente CVC Capital Partners pagó ‘sólo’ 1.600 Millones en 2006, una cifra nada desdeñable especialmente teniendo en cuenta el periodo de crisis intermedio.
El octogenario se jubila con el colchón de los 4.000 millones que le asigna Forbes, una buena pensión para el que fuera vendedor de coches de segunda mano con el concesionario más limpio e inmaculado de Reino Unido.
Con el empezó todo
La presencia en Fórmula 1 de Ecclestone es larga, pero la fecha clave que cambió su destino y el de todo el campeonato fue el año 1974. A mediados de los setenta nadie pensaba en la globalización pero Mr. E concibió a la F1 como un negocio a escala mundial donde la clave del éxito residía en concentrar los derechos de TV, algo impensable en aquellos tiempos se convirtió en la apuesta ganadora cambiándolo todo gracias a una idea que ha sido copiada por todos los deportes y eventos décadas más tarde.
De la mano de Bernie Ecclestone la Fórmula 1 se convirtió en el evento televisivo más importante del año, tan sólo superado por los Juegos Olímpicos o el Mundial de fútbol una vez cada cuatro años.
De su mano el paddock de un Gran Premio pasó de ser grupos de personas llenas de grasa a una exaltación pulcra de capitalismo y excesos con motorhomes millonarios y mecánicos inmaculadamente vestidos que trabajan dentro de unos garajes más asépticos que un quirófano.
Con el británico al frente la vieja Fórmula 1 pasó de ser un evento de frikis a una cita obligada para los VIP más importantes del mundo y toda celebrity que se precie en eventos que recorren los cinco continentes.
Los tres jinetes de la F1
El grupo Liberty Media con sede en los Estados Unidos tras completar la compra de los derechos del mundial en enero no han tardado en poner a su gente al mando del timón que durante más de cuarenta años sólo conoció un patrón.
El trabajo que antes llevaba en primera persona el depuesto octogenario será realizado por Chase Carey, Sean Bratches y Ross Brawn, que tiene la misión de transformar la Fórmula 1 adaptándola a los gustos y necesidades del siglo XXI, y respondiendo de un mundo que ha cambiado sus hábitos y gustos de consumo.
El que fuera mano derecha de Ruper Murdoch será quien se siente en el asiento aún caliente de Ecclestone. Carey tiene ante si un reto difícil ante si el año en que la F1 cambia de reglas en un intento de supervivencia.
Sean Bratches se ocupará de la sección comercial dejando a una de las personas más respetadas del paddock, Ross Brown, el aspecto deportivo.
El futuro que debe salvar la Fórmula 1
Los tres jinetes de Liberty Media tienen un plan entre manos para salvar la esencia de la Fórmula 1 que reside allí donde hoy en día existe una mayor audiencia: Europa.
Mimando a Europa
La última parte de la era Ecclestone ha visto desaparecer carreras históricas mientras la categoría viajaba a lugares con poca tradición y afición. El nuevo management pretende revitalizar las carreras europeas y asegurar la supervivencia de estas para contentar al público tradicional.
Por otra parte, los nuevos propietarios pretenden ‘humanizar' la Fórmula 1 haciéndola accesible al gran público convirtiendo cada GP en una Sperbowl donde no sólo los VIP tengan sitio.
Redes Sociales
La apertura del mundial a los medios digitales y las redes sociales es otro de los aspectos que están en la agenda del grupo de trabajo para acercar el espectáculo de las carreras a los consumidores de micro-noticias a base de click desde sus dispositivos móviles frenando la sangría de telespectadores que se arrastra en los últimos años.
Oferta TV
La TV será el gran caballo de batalla de la nueva dirección, la venta de derechos al pago por visión ha limitado el acceso al deporte a gran parte de la población mundial. La Fórmula 1 ya fracasó una vez y si bien la nueva era ha traído grandes sumas de dinero, estas no compensan la pérdida de audiencia.
El deporte y espectáculo que el público quiere
El retorno de Ross Brawn a la Fórmula 1 trae consigo la fiabilidad de quien en sus cuarenta años de profesión lo ha ganado todo, en todos sus puestos de trabajo y con todo tipo de reglamentos. El británico es la persona justa para mediar entre equipos, pilotos y FIA con el finde conseguir por fin un reglamento excitante que genere carreras cerradas con más de un equipo compitiendo por la victoria en cada Gran Premio.