El Gran Premio de Azerbaiyán ha empezado torcido para Fernando Alonso. No sólo por las consecuencias de probar la evolución de motor de su McLaren-Honda. Ni por la avería que le dejó fuera de juego en plena segunda sesión de entrenamientos libres. No, el bicampeón del mundo ha vivido otra situación para olvidar e incluso surrealista este viernes: tener que frenar su monoplaza con los pies para evitar que este se fuese cuesta abajo.
Ocurrió justo después de abandonar. Alonso ya se había bajado del coche y esperaba a que lo retirasen. Entonces, el vehículo se puso en marcha y, al ver que los comisarios no hacían nada mientras caía, el asturiano tuvo que correr y bloquear una rueda con su propio cuerpo. No le hizo ninguna gracia, como dejó claro a los operarios de pista con sus gesticulaciones.
El percance fue tan notorio que hasta la cuenta de Twitter oficial de la Fórmula Uno se hizo eco del mismo. "Cuando sales del coche y te das cuenta de que no has puesto el freno de mano. Nos ha pasado a todos", escribieron con tono jocoso. Eso sí, el fallo no fue de Alonso, que hizo lo adecuado en caso de avería (poner punto muerto), sino de los comisarios, que tardaron demasiado en hacerse cargo del McLaren.