El Gran Premio de Emilia Romaña tuvo de todo, pero nada bueno para Ferrari. El circuito estrella de la escudería italiana acabó con Verstappen y Checo Pérez ocupando las dos primeras posiciones. Lando Norris fue tercero aprovechándose de un error de Charles Leclerc. Cuando el piloto monegasco peleaba por la segunda plaza, erró pasando por encima del piano y se fue contra las protecciones. En su vuelta, apenas pudo remontar hasta la sexta plaza.
La jornada no pudo ser peor para la escudería italiana. El público estaba a su favor. Y el ambiente giraba en torno a Ferrari. Pese a ello, el primer varapalo llegaría con Carlos Sainz tras un accidente que le dejó fuera de carrera. Toda la atención se centró entonces en Leclerc, que peleó hasta un fallo por la segunda posición. El monegasco perdió el control del coche, tuvo que pasar por boxes después de darse contra las protecciones y al volver solo pudo recuperar puestos hasta la sexta plaza.
De igual manera, tampoco fue la jornada de Fernando Alonso. El piloto asturiano, sin Carlos Sainz, se convirtió en el único representante español en el asfalto. Sin embargo, tras un toque de Mick Schumacher cuando apenas se habían corrido seis vueltas le obligó a retirarse al perder gran parte del lateral de su Alpine.
La carrera no tuvo demasiados momentos para enmarcar, pero sí los suficientes contratiempos para hacer del GP una jornada extraña. Nada más comenzar, Ferrari se llevó ese primer varapalo con Carlos Sainz. Era la primera vuelta y, después de una mala salida, Sainz intentaba recuperar posiciones. En una curva, Ricciardo se le llevó por delante y le sacó de pista. A diferencia del piloto australiano, Carlos Sainz se quedó en la grava y no pudo reincorporarse a la pista.
El siguiente momento de tensión llegaría poco después, en la vuelta seis, cuando Fernando Alonso perdió gran parte del lateral del coche después de un toque con Schumacher. El asturiano peleaba por meterse entre los diez primeros, pero ese ligero contacto se lo impidió. El Alpine fue perdiendo velocidad, Fernando se marchó a boxes y ahí se enterraron sus aspiraciones al ver el estado del coche.
El fallo de Leclerc
La parte delantera de la carrera, por el contrario, mantuvo siempre el mismo guion. Max Verstappen se defendió en la primera posición, Checo Pérez aguantó en la segunda y Leclerc metió presión desde la tercera para adelantar al mexicano. Sin embargo, el tiempo fue pasando sin ningún avance destacable. Leclerc decidió arriesgar en el tramo final. Pero la estrategia acabó resultando fallida cuando a diez vueltas para el final el de Ferrari se fue contra las protecciones.
El monegasco se subió en exceso al piano, perdió el control del coche y después de un trompo se fue contra las protecciones. El alerón quedó dañado y decidió ir a boxes. La escasa diferencia que sacaba a los rivales le llevaron a descender en la clasificación varias posiciones. A su regreso solo pudo maquillar la jornada recortando puestos hasta la sexta plaza.
Max Verstappen, por lo tanto, hizo del esperado día grande de Ferrari todo un triunfo para Red Bull. Ganó la pole de viernes, también la del sábado y finalizó primero. Su máximo rival, Leclerc, se quedó fuera del podio.
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