“Muchas veces sólo nos centramos en cómo se han hecho las cosas, qué dice uno, qué dice el otro. En momentos así te das cuenta que lo que valen las cosas y de lo importante que es todo”, explicaba Dani Pedrosa tras la tragedia vivida en el Gran Premio de Cataluña, cuando el pasado viernes Luis Salom perdió la vida tras una brutal caída en la curva 12 del circuito de Montmeló. Con el paddock conmocionado tras la pérdida del piloto de Moto2, cada uno intentó rendirle su particular homenaje incorporando adhesivos con el número 39 en la cúpula de sus monturas y en sus cascos.
Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando, a las 10.15 horas, se guardó un minuto de silencio en plena recta de meta. Un acto presidido por la moto de Salom y los miembros de su equipo, que portaban una camiseta negra con el lema Always in our hearts (Siempre en nuestros corazones), mientras Edu Perales, propietario del SAG Team, trataba de contener la emoción. El piloto suizo Jesko Raffin, compañero de Salom y que había tomado la decisión de no correr desde que se produjo el fatal desenlace, se mostró muy afectado mientras sus mecánicos trataban de consolarlo. Justo detrás, todos pilotos de MotoGP, que en esta ocasión sí recurrieron a la unión.
Por razones obvias, la ceremonia del champán desapareció del podio y todos los pilotos que subieron a él se enfundaron en camisetas de Salom para brindarle el mejor homenaje posible. La tragedia vivida a lo largo del fin de semana ha servido para que todos recapaciten y olviden viejas rencillas, lo que ha propiciado la reconciliación entre Rossi y Márquez tras ocho meses de tensiones. Fue en el parque cerrado, tras una carrera memorable en la que ambos pilotos se convirtieron en los protagonistas en las cuatro últimas vueltas en las que el italiano terminó ganándole la partida al español, cuando el piloto italiano le tendió la mano al español delante de todos los miembros de sus respectivos equipos.
“La noche del sábado al domingo pensé que necesitamos estar tranquilos y relajados. El motociclismo es nuestra pasión y es un deporte fantástico, pero también es peligroso. Tener un comportamiento normal y cordial con los demás pilotos ayuda a que todo vaya mejor. Después de lo que pasó aquí el viernes, todas las peleas y demás dejan de ser importantes. Para mí, es mejor así, en el sentido de que tenemos que estar tranquilos, concentrados. Somos rivales, pero pensé que dar la mano era lo correcto para mí”, explicó Rossi tras sellar su reconciliación con Márquez.
Un gesto que el piloto español iba buscando desde la primera cita de la temporada para que se normalizará la relación entre ellos, pero que Rossi no terminaba de hacer hasta que decidió dar el paso en Montmeló. “No sé si llegaremos a ser amigos otra vez, pero al menos tendremos una relación cordial y de respeto tras habernos saludado y dado la mano. Al menos esto va a cambiar un poco la relación y no habrá tanta tensión, que era incómodo para todo el paddock y para nosotros mismos”, valoró Márquez, tras asumir la derrota con deportividad.