Lograr su segundo podio consecutivo en MotoGP y meterse de lleno en la pelea por la tercera plaza de la general –está a 11 puntos de Jorge Lorenzo a falta de dos carreras- son motivos de celebración más que suficientes para Maverick Viñales, aunque quizás no tanto para Suzuki. “Es difícil aspirar a tanto, pero después de los test de pretemporada sabía que teníamos nivel y sólo nos faltaba coger experiencia en carrera. Realmente, estamos a un buen nivel y espero mantenerlo hasta final de temporada”, reflexionó el piloto español tras finalizar en el tercer escalón del podio en el GP de Australia.

Allí se le recordó que gracias a su resultado la fábrica de Hamamatsu alcanzaba los seis puntos en el sistema de concesiones y en 2017 perderá todas las ayudas de que disponía. “Sí, no tendrán ventaja”, se limitó a contestar.



El sistema de concesiones por puntos se introdujo al inicio de la presente temporada con la finalidad de intentar equilibrar fuerzas entre los fabricantes más potentes de MotoGP (Honda, Yamaha y Ducati) y los que aún se encontraban en fase de desarrollo, como eran los casos de Suzuki y Aprilia después de que llegaran al campeonato del mundo en 2015. Estas ventajas radican en que a lo largo de la campaña 2016 han dispuesto de nueve motores por piloto en lugar de los siete propulsores de Honda, Yamaha y Ducati; se les ha permitido evolucionar el propulsor a lo largo del curso frente a los motores sellados de las tres fábricas punteras; y sus pilotos ha dispuesto de un número ilimitado de test privados durante la campaña frente a los cinco días marcados para el resto.



Con estas concesiones, Suzuki ha conseguido hacer de su GSX-RR una máquina competitiva con la que, en su segunda temporada en MotoGP, Maverick Viñales ha logrado una victoria (Silverstone) y tres terceras posiciones (Le Mans, Motegi y Phillip Island). Con este sistema, basado en los resultados logrados en las carreras, la fábrica de Hamamatsu ha alcanzado el máximo de seis puntos (tres por triunfo y uno por cada tercera posición) y en 2017 perderá todas las ayudas de que disponía, por lo que se peleará en igualdad de condiciones con Honda, Yamaha y Ducati.

A ello se une el hecho de que Maverick Viñales y Aleix Espargaró abandonarán la disciplina de Suzuki al final del presente curso y el fabricante japonés afrontará la llegada de dos nuevos pilotos a sus filas en 2017 pero ya sin ventajas técnicas y sin test ilimitados. A Andrea Iannone y a Álex Rins, debutante en MotoGP, les espera por delante un duro trabajo para adaptarse a su nueva moto.

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