Asegura que no es supersticioso, aunque sí maniático. Por eso, desde que tenía 10 años, Marc Márquez recurre a los calzoncillos azules durante los entrenamientos y los de color rojo los reserva para el día de la carrera. Una manía que repite de forma sistemática cada fin de semana de competición como un ritual.
El año pasado, cuando se proclamó tricampeón del mundo de MotoGP, su box en el circuito Twin Ring Motegi estaba presidido por un gato japonés de la buena suerte. “El año pasado me dio suerte, así que este año ya vuelve a estar plantado en el box”, confiesa entre risas el líder de MotoGP, que llega al Gran Premio de Japón con una ventaja de 16 puntos sobre Andrea Dovizioso y 28 sobre Maverick Viñales. Los pilotos de Ducati y Yamaha deben pasar a la acción en el trazado japonés si no quieren ver cómo sus opciones se diluyen antes de finalizar la gira transoceánica, cuyas próximas paradas son Australia y Malasia a lo largo de tres semanas seguidas de competición.
“La gente lo ve fácil, pero 16 puntos no es nada. Los que piensan que el título ya está encarrillado, se equivocan. Después de todo lo que has hecho, si no lo rematas no sirve para nada. Sabemos y somos conscientes de que el campeonato se puede ganar o perder igual de fácil. Todo puede pasar. Aquí dicen que puede llover, condiciones inestables… Ya lo dije, hay muchos factores que pueden influir en el resultado final, como lesiones o caídas. Al final, tienes que saber estar muy centrado y trabajar en la misma dinámica”, asegura Márquez, que es la referencia de la categoría después de hacerse con las últimas dos victorias (Misano y MotorLand) en situaciones completamente diferentes (mojado y seco).
“Hasta ahora me he podido defender en todas las condiciones. Se te puede dar mejor o peor, pero podemos estar entre los cuatro primeros en cualquier condición”, concede el piloto del equipo Repsol Honda, a quien el liderato no le suma más presión. “Tendría más si fuese el perseguidor, porque en ese caso no puedes fallar. Me da tranquilidad haber ganado las últimas carreras y no me hace perder intensidad”, concluye Márquez, quien está convencido de que el título de una de las temporadas más competidas de la historia no se decidirá hasta la última carrera, el próximo 12 de noviembre en Valencia.
Las rectas del Twin Ring Motegi, seguidas de curvas cerradas, ponen a prueba la aceleración y los frenos de los prototipos. El mejor escenario posible para la potencia de Ducati y la habilidad frenadora de Andrea Dovizioso, que la pasada temporada subió al segundo escalón del podio. “Motegi es una de mis pistas favoritas porque se frena muy fuerte. Estoy seguro de que en este circuito podemos volver a ser protagonistas. Tengo mucha confianza porque siempre he conseguido buenos resultados en MotoGP, conquistando dos veces la pole y el año pasado acabé segundo. Las próximas cuatro carreras serán muy importantes para la lucha por el título y todos iremos al ataque. Puede ocurrir de todo porque el campeonato está bastante ajustado”, asegura el piloto de Ducati.
Más complicado lo tiene Maverick Viñales para reducir la brecha de 28 puntos que le separan del liderato. El piloto de Yamaha comenzó ganando las dos primeras carreras de la temporada y liderando la general hasta que Dovizioso le arrebató el liderato en Assen. “Siempre se arriesga lo necesario, hay que pensar que son cuatro carreras e intentar puntuar bien en todas. Siempre es complicado y cuando quedan menos carreras más todavía. Si queremos tener opciones hay que intentar luchar por la victoria. Intentar quedar por delante de Marc es la única opción”, afirma Viñales, que la pasada temporada subió al tercer escalón del podio en el Twin Ring Motegi.
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