El cuerpo le pide descansar después de una temporada estresante en la que terminó proclamándose hexacampeón del mundo, pero en la que los nervios y la ansiedad se apoderaron de él y terminó padeciendo alopecia areata, una enfermedad que genera calvas en el cuero cabelludo o en la barba.
Marc Márquez necesita dos semanas de completa desconexión para recargar energías, por eso ha renunciado a participar en el Superprestigio Dirt Track (16 de diciembre). Este fin de semana viajará a Japón para tomar parte en el Honda Racing Thanks Day en el circuito Twin Ring Motegi, donde HRC reúne a todos sus pilotos para festejar los éxitos cosechados a lo largo de temporada, pero antes ha sido el perfecto anfitrión por tercer año consecutivo del Allianz Junior Motor Camp, un campus que se celebra en el circuito de Rufea (Lleida) y donde durante tres días 20 niños de edades comprendidas entre los 10 y los 13 años reciben formación off road y, lo que es más importante, aprenden disciplina y compañerismo fuera de la pista.
“Había muchos inscritos y cada año es más difícil escoger. Se ha creado un grupo muy bueno y simpático; y yo encantado de estar con ellos porque te hacen revivir la inocencia de los niños. Este campus nació de la ilusión que yo tenía de pequeño y me hubiera gustado tener esta oportunidad de rodar con mis ídolos, rodeado de la gente de las motos. Hubiera dado muchas cosas. Ahora intentamos darles esa ilusión y cada año pasa que el último día a alguno se le cae la lagrimilla y te deja tocado”, valora Márquez, que realizó la selección el martes previo al Gran Premio de Malasia, el pasado mes de octubre.
“Me pasé toda la tarde viendo vídeos e intentamos escoger variedad y diferentes niveles”, explica el piloto del equipo Repsol Honda, que al final seleccionó a 17 niños y tres niñas procedentes de España, Alemania, República Checa, Holanda e Israel, que tienen la oportunidad de aprender al lado de los hermanos Márquez, Julián Simón y José Luis Martínez, que llegó a ser campeón de España de motocross pero que dejó la competición para ayudar a los Márquez en su preparación mundialista.
De momento el trabajo en el campus ya ha dado sus frutos porque Eddie Jay Wade, participante en la pasada edición, se ha proclamado este año campeón del mundo júnior de motocross. “Ya se le veía un chico con algo especial e incluso me enseñó cosas a mí. Disfrutamos muchísimo y el pasado domingo estuvo conmigo en la gala de los campeones de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Me hizo ilusión hacerme una foto con él”, reconoce Márquez, a quien el campus le sirve como método de desconexión después de una temporada en la que ha aprendido que no hay que subestimar a nadie.
“Hay que tener atención a todos los pilotos porque todos te pueden sorprender, como Dovizioso este año. La próxima temporada estarán los de siempre, pero también hay que tener el ojo puesto en Zarco porque ha destacado mucho este año”, razona antes de las ansiadas vacaciones invernales.
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