Ha modificado algunos aspectos de su preparación física para ganar músculo porque el pilotaje de la Ducati Desmosedici requiere un poco más de fuerza que el resto de las monturas y ha incorporado a su equipo de confianza al expiloto Álex Debón en calidad de asesor de pista para tratar de corregir cuestiones de estilo.
Con estos mimbres y una GP18 que gira mejor, que permite un óptimo paso por curva y un pilotaje menos agresivo, Jorge Lorenzo ha cerrado el primer test de pretemporada siendo el más rápido (1:58.830) y ha pulverizado el récord histórico de Sepang. Una marca oficial en poder de Dani Pedrosa (1:59.053) desde la pole lograda en 2015, aunque Marc Márquez marcó un crono de 1:58.867 en los entrenamientos de pretemporada de ese mismo año.
“Soy el mismo que hace un año, pero ahora entiendo mejor la moto. Todavía estamos en el camino de sacar el máximo partido de la moto. En Borgo Panigale han trabajado mucho, mejorando los puntos débiles de la Desmosedici. Diría que es el resultado del esfuerzo de todas las partes. Estoy orgulloso de este paso adelante porque la nueva moto es una obra maestra”, argumenta el piloto español sobre la Ducati Desmosedici GP18, que mantiene su ADN (aceleración, potencia y frenada) pero ha mejorado considerablemente en el paso por curva, una de las virtudes de Lorenzo.
Después nueve temporadas en Yamaha, el piloto español afronta su segunda campaña con la marca de Borgo Panigale, que ha puesto todo su empeño para volver a proclamarse campeones del mundo desde que en 2007 lo consiguieran con Casey Stoner. Tras una primera temporada de adaptación, Lorenzo comienza a sentir la moto como suya y ya está preparado para ganar porque hace justo un año y en estos mismos entrenamientos de pretemporada finalizó muy lejos de los tiempos de cabeza.
“Nunca pilotaré la Ducati como la Yamaha porque son dos motos completamente diferentes. Yo soy más fuerte en algunas áreas con la Ducati; en otras, lo era con la otra moto. Pero, en general, he ido fuerte con la Ducati después de varios años, con lo que no está tan mal”, asegura esperanzado el piloto español, cuyo objetivo en 2018 pasa por pelear por el título de campeón del mundo de MotoGP.