"Pensaba que todo sería más fácil en mi regreso". Esas palabras de Marc Márquez en una entrevista para EFE previa al Gran Premio de Cataluña son un reflejo del momento que atraviesa. El ocho veces campeón del mundo regresa este fin de semana a su casa, a poco más de 100 kilómetros de Cervera, pero no en la situación que le gustaría y que corresponde a su trayectoria sobre la moto.
Tiene que ser duro para un campeón como Marc Márquez aceptar su realidad. Esa no es otra que la de un piloto que ha salido de un grave lesión en el brazo derecho que se fue alargando en el tiempo, con unos plazos de recuperación de los que no se puede librar ni siquiera alguien como él. Según van pasando los Grandes Premios va asumiendo lo que le toca este 2021 y así se refleja en lo que dice.
"Imaginaros lo duro que es para mí", decía este viernes cuando un periodista le decía lo complicado que era verle en las posiciones en las que está en este Mundial. "Al final es entender, no ilusionarse con cosas ficticias, ser realistas con mi estado actual. Son cosas fáciles de decir y difíciles de hacer", reflexionaba tras haberse disputado este año seis carreras -de las que se perdió las dos primeras-.
Márquez llega a Montmeló ocupando la 18ª posición del mundial de pilotos y sumando dos ceros consecutivos en Le Mans y Mugello tras caerse al suelo en sendas carreras. Los problemas en su brazo no han desaparecido por arte de magia, habiéndose pasado el dolor al hombro derecho donde se forma un líquido denso que le provoca molestias e inflamación que le dificultan la movilidad en pista.
El último chequeo le tocó esta semana a la vuelta de Mugello. Los médicos le siguen dando consejos, como los que recibe de otros mitos del motociclismo que pasaron por un trance similar. Es el caso de Mick Doohan, como ha revelado Marc este viernes, quien en 1992 estuvo a punto de perder la pierna derecha por un accidente en Assen y seis años después había sumado cinco títulos seguidos en la máxima categoría. Márquez, que escuchó atentamente al australiano, no se pone otro objetivo que no sea volver a ganar.
No para... de momento
Es una temporada gris para Márquez, de transición, como también lo está siendo para Repsol Honda, muy lejos de sus principales rivales tras el año 'perdido' que fue el 2020. Marc quiere volver a encontrar sensaciones positivas ahora en su casa, en Cataluña, y seguir ascendiendo sin parar.
El de Cervera sabe que la opción de no correr algún fin de semana siempre está ahí, aunque los médicos le aseguran que es bueno que se vaya reintroduciendo en su dinámica profesional y, sobre todo, en las carreras. Pero en el aire siempre está esa 'amenaza': "Cada fin de semana pararse es una opción cuando ves que algo no está yendo". De momento, va camino del quinto Gran Premio seguido sin parar y habiéndose caído en reiteradas ocasiones.
Otro Márquez, eso sí, no contemplaría la opción de no correr o no ir a tope. El actual Marc es consciente de su realidad por muy dolorosa que sea. En Cataluña vivirá otra experiencia atípica. Siempre que ha corrido allí en MotoGP -se perdió la carrera del año pasado por la lesión-, salvo la vez que se cayó en 2015, ha acabado en el podio: dos victorias, tres segundo puesto y un tercer puesto. Este año sabe que le tocará estar lejos, pero los puntos en 2021 han pasado a un segundo plano. Es la maduración que le toca a todo un ocho veces campeón del mundo.
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