Raúl Fernández consiguió su octava victoria del Mundial en Moto2 en el Gran Premio de Valencia. Un triunfo que sin embargo no le bastó para proclamarse campeón gracias al resultado de Remy Gardner, que con cuatro puntos de diferencia en la clasificación general consiguió alzarse como mejor piloto de la categoría. El australiano, además, entra en los libros de historia al ser la segunda vez que un padre (Wayne Gardner) y un hijo ganan un Mundial.
El podio de Raúl Fernández lo completaron Di Giannantonio y Augusto Fernández. Vietti fue cuarto, los españoles Canet y Vierge ocuparon la quinta y sexta plaza y Lowes finalizó séptimo. Remy Gardner, que debía finalizar entre los trece mejores pilotos para ser campeón, acabó el GP de Valencia en décima posición.
Este era el único riesgo de la carrera para Gardner, que tenía todo a su favor para proclamarse campeón. El miedo a una caída se convirtió en el principal temor del piloto, que supo lidiar con esa presión especialmente en el tramo final de carrera. Gardner cumplió y esquivó esos supuestos por los que podía dejar escapar la oportunidad de su vida.
La carrera ya comenzó con un punto a favor del australiano. La bandera roja del inicio obligó a recortar las vueltas de la carrera, complicando así las opciones de Raúl Fernández para firmar la heroica en Valencia. Además, el 'poleman' se retiraba sin opción de competir en la segunda salida. Un escenario que no afectó al español en lo que respecta a su resultado, pero que sí minimizó las opciones de error de Gardner.
El australiano llegó a sufrir por algunos minutos, aunque acabó solventando los problemas sin mayor complicación. Posicionado en la zona media de la clasificación, Gardner corría el riesgo de descolgarse de esas posiciones que necesitaba para puntuar. Y durante algún momento se vio en esa situación gracias a la velocidad de Nagashima. Sin embargo, una vez que consiguió meterse en los puestos necesarios, el que sería campeón del mundo de Moto2 no se dejó amedrentar.
Raúl Fernández, por su parte, no podía despistarse. El español era consciente de la dificultad de ser campeón del mundo. Tenía que hacerlo todo perfecto y que el líder de la clasificación hiciera lo contrario. Tras su lucha con Di Giannantonio se colocó en cabeza de carrera y, tirando de sangre fría, se reafirmó como piloto más rápido en Valencia. Su buen rendimiento no bastó y se tuvo que conformar con el subcampeonato.
Remy Gardner, con este título de Moto2, repite el que consiguió su padre en 1987 subido a su Honda. Dos campeones del mundo de distintas generaciones que ya forman parte de la historia del motociclismo.
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