Comenzó su segunda temporada en el equipo Repsol Honda con una magnífica pretemporada y un podio en la primera carrera de 2022, pero la ventaja ganada durante el invierno se fue perdiendo poco a poco y ahora Pol Espargaró (10 de junio de 1991, Granollers, España) trabaja con tesón para volver a encontrar el rumbo de la nueva Honda RC213V.
El piloto ha cambiado su posición sobre la moto para jugar con el reparto de pesos y parece que comienza a funcionar porque tras la primera jornada de entrenamientos del Gran Premio de España, en el circuito de Jerez-Ángel Nieto, ha finalizado séptimo a poco más de medio segundo del líder Fabio Quartararo.
El mercado de fichajes ha comenzado a moverse y el piloto español pelea por ganarse la renovación. "Cuando llega la época de contratos, se respira un cierto nerviosismo y se cometen errores por ansiedad", asegura el español en una temporada en la que MotoGP todavía no ha encontrado un líder sólido.
Esta temporada la pelea por el título de campeón del mundo de MotoGP parece muy alocada. Da la sensación de que no hay un líder sólido y cada uno aprovecha su momento.
Lo has descrito a la perfección y es la manera en que lo sentimos nosotros. Vemos que no hay una constancia muy grande entre pilotos, pero sí entre motos. Hay motos que vayan bien o mal, siempre están entre las cinco primeras como la Suzuki o incluso la Aprilia. En los últimos años siempre hemos visto entre los tres primeros a Pecco Bagnaia, Marc Márquez y Fabio Quartararo. Ahora el podio es mucho más complicado de conseguir en todas las carreras. Ser constante en las tres primeras posiciones cada vez es más complicado y es un poco raro. Tampoco entendemos muy bien por qué y tenemos problemas que no sabemos bien de dónde vienen. Es una situación complicada.
¿Qué está siendo lo más difícil de asimilar de esta nueva Honda?
Hicimos una muy buena pretemporada y después subimos al podio en Qatar, pero a partir de Indonesia se empezaron a girar las cosas. Eso es algo que nos extraña un poquito a todos. Aquí, en Jerez, tenemos todo el fin de semana para trabajar y un test el lunes que nos va a ayudar muchísimo para, al menos, encontrar respuestas a lo que nos está pasando porque está siendo un poquito raro todo lo que nos está ocurriendo.
¿La llegada a los circuitos europeos puede aportar estabilidad?
Sí, puede ser, aunque la pretemporada la hicimos en Malasia e Indonesia. En esos circuitos la temperatura es más elevada y la adherencia del asfalto es menor, por lo que todo el mundo sufre bastantes problemas de agarre. Justo en esos momentos, nosotros éramos más rápidos. Lo cierto es que tampoco hemos tenido un fin de semana normal. En Portimao nos llovió prácticamente todos los días, hasta en el warm up.
¿Tenéis alguna idea de la causa de vuestros problemas?
En pretemporada descubrimos dónde poner los pesos de la moto y dónde estábamos perdiendo la tracción, sobre todo en máximo ángulo, que es cuando el motor aplica la fuerza en el neumático en el momento más crítico de la curva y cuando hay menos neumático tocando el asfalto. Entendimos más o menos por qué pasaba eso. Honda trajo esta moto completamente nueva y en pretemporada solucionamos prácticamente todos los problemas que teníamos. Eso mismo que ganamos, lo hemos ido perdiendo poco a poco. Es una situación que, evidentemente, no nos gusta porque sabemos lo rápidos que éramos en la pretemporada con esta moto.
¿Es tan importante el test del lunes como parece?
Creo que es importante todo el fin de semana en Jerez, porque es un circuito que conocemos al milímetro, tenemos mucha información y va a lucir el sol. El fin de semana va a ser muy estable para nosotros.
Usted que tiene una amplia experiencia en el Campeonato del Mundo después de 15 años, ¿se siente más presionado en una temporada en la que toca renovación?
Sí, es lógico. Todos los pilotos queremos renovar y seguir en el Campeonato del Mundo de MotoGP porque es nuestro trabajo y de ello depende nuestro sustento, como cualquier persona. Cuando llega la época de contratos, se respira un cierto nerviosismo y se cometen errores por ansiedad. Si algo me ha dado la experiencia, es saber gestionar estos momentos, no precipitarme y no sentir demasiada ansiedad o presión por renovar. No por mucho que quieras apretar por conseguir un contrato, lo vas a conseguir. Hay muchas más cosas que hacer un buen resultado en una carrera, porque de eso no va a depender tu continuidad.
El recurrir a la ayuda de un psicólogo se asocia a momentos en los que las cosas no van bien. ¿Por qué tuvo que buscar la ayuda de un especialista cuando las cosas le iban bien en KTM?
A lo largo de mi carrera deportiva en MotoGP siempre he estado en equipos un poquito de segunda como Tech3, que era un equipo satélite de verdad. Allí los resultados costaban y nunca estaba luchando por el podio. Los tres primeros años de KTM fueron muy complicados con el desarrollo de una moto prácticamente desde cero. Me acostumbré un poquito al fracaso, a terminar siempre una carrera con ese sabor de boca de que había dado el máximo porque la moto no llegaba a más aunque después de haberlo dado todo estaba séptimo u octavo. Cuando empecé a hacer podios y a estar satisfecho con el resultado de estar luchando entre los cinco primeros, la situación me abrumó y no supe gestionar la felicidad. Me costó encajar los buenos resultados.
Por eso siempre comenta que las cuatro temporadas en KTM le hicieron duro como una roca.
Yo estaba acostumbrado a trabajar con los japoneses y en KTM tienen una forma de trabajar muy distinta. Su mentalidad es directa y muy dura. Esto termina funcionando con las personas que realmente saben gestionar estos impactos de bala. Al principio me costó muchísimo y, además, en el primer año y medio tuve alguna lesión. En algunos momentos me supo mal esa dureza, pero después aprendí que es su forma de ser y su cultura. La verdad es que me hizo crecer muchísimo y ahora, visto desde la lejanía, lo agradezco.
Ahora tiene en el equipo Repsol Honda a una persona clara y directa como es Alberto Puig, team manager de la estructura.
La sinceridad y la dureza tienen que ir por delante de todo para mejorar en MotoGP. Alberto Puig es un poco de esta manera y ayuda muchísimo a que todo el engranaje japonés funcione. Takeo Yokoyama [technical manager de HRC] y Tetsuhiro Kuwata [chief engineer of Technology Development Division de HRC] se han criado profesionalmente en Europa, por lo que tienen una forma de trabajar muy distinta a la japonesa, que es tan metódica. No siempre la forma más directa y dura es la que funciona mejor. Hay momentos para todo y cada uno tiene su forma de trabajar.
¿Su hermano Aleix y usted son tan diferentes como parece desde fuera?
[Risas] Somos completamente diferentes, mucho más de lo que se ve. Somos muy distintos en todo; en la manera de hacer las cosas, en la forma de ser… Creo que no nos parecemos en nada. Cuando nos gusta lo mismo, evitamos esos momentos para que no haya tensiones porque bastantes tensiones tenemos ya cuando competimos. Yo soy muy tranquilo y me gusta estar en casa con mis niñas. Esos momentos me dan la vida. A Aleix le da vida estar de arriba a abajo sin parar porque es lo que le quita el estrés. Su modo de vida me genera mucho estrés.
¿Cómo le ha cambiado la vida con dos niñas tan pequeñas?
Muchísimo, cambia mucho más de lo que esperas. Ahora ya no se puede improvisar y todo está planificado, pero son maravillosas.
¿Por qué tomó la decisión de hacerse vegano?
Soy muy curioso y quería saber qué pasaba. Después para intentar mejorar el mundo en el que vivimos y mejorar el trato con los animales. Me pregunté si podría seguir viviendo sin la necesidad de matar a nadie. Evidentemente, en MotoGP tengo que seguir utilizando monos de piel porque no hay una alternativa. En el mundo de la comida, sí que hay alternativas. Me siento mejor que nunca con la dieta vegana y no es un problema.
¿Hay algo que le hace pecar y saltarse la dieta?
En los cumpleaños suelo comer tarta, aunque la mejor tarta que me he comido fue una Sacher vegana que me hicieron en Red Bull. Con nuestra forma de vida, hay que tener fuerza de voluntad.
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