La fractura intraarticular sufrida en el primer metacarpiano de su mano derecha en Portimao, en la cita inaugural de 2023, le ha tenido un mes y medio apartado de la competición y sin poder entrenar en moto por el riesgo de volver a lesionarse. Marc Márquez ha regresado en Le Mans dispuesto a recuperar el tiempo perdido y trabajar con el nuevo chasis de Kalex para encontrar la mejor puesta a punto en su Honda RC213V.
Comienza a vislumbrarse brotes verdes porque el piloto del equipo Repsol Honda a punto ha estado de lograr la pole en el mítico circuito francés. Sólo Pecco Bagnaia ha podido con Marc Márquez después de que el italiano marcara el mejor crono en el último suspiro y superara al español por sólo 58 milésimas, consiguiendo su decimotercera pole en MotoGP y la vigésima en el campeonato del mundo. El mejor tiempo lo logró en su última vuelta y en el último sector de la pista, pero semejante gesta no restó un ápice de felicidad al español.
“Parecía otra moto y era yo, que he ido cogiendo la confianza. Tenía a Jorge Martín delante, pero estaba un poco lejos y no era lo de Portimao. Sé que sufriré en la distancia de carrera. El podio lo veo difícil y firmo ya acabar entre los siete u ocho primeros. Soy ambicioso, pero hay que ser realista”, ha explicado en el parque cerrado, donde Luca Marini se ha colado en la tercera posición de la parrilla tras verse obligado a pasar por la repesca.
La segunda línea de la parrilla estará compuesta por Jack Miller, Jorge Martín y Maverick Viñales, quien estuvo liderando la sesión de clasificación hasta la parte final cuando su Aprilia, en su segunda salida a pista, no desconectaba el limitador de velocidad en el pit lane.
Fabio Quartararo no pudo ocultar su decepción al no superar la repesca en su cita local. El piloto de Yamaha, cuya cara era un poema, tendrá que tomar la salida desde la decimotercera posición de la parrilla en el Gran Premio de Francia.