La retirada de Floyd Mayweather ha supuesto el fin de un ciclo y el boxeo entre en una etapa de transición hasta que se logre encontrar una figura que sea capaz de relevarle como eje y referencia. Parece extraño que el adiós de Mayweather sea definitivo y que vaya a ser capaz de resistir la tentación de un combate más, que supondría una nueva bolsa millonaria y una victoria que dejaría su récord en un redondo 50-0, con el que superaría la marca histórica de Rocky Marciano. Pero aún en este caso, tan solo sería un único combate, una despedida algo más gloriosa que su último pleito ante Andre Berto.

De la misma forma, el virrey de esta etapa, el filipino Manny Pacquiao, también ha manifestado que subirá al ring una vez más para después colgar los guantes de manera definitiva. No sería descartable por lo tanto una despedida a lo grande de ambos con un Mayweather –Pacquiao II. Pero ocurra o no este último combate, la era Mayweather ha llegado su fin.

En todas las épocas, el boxeo ha tenido siempre un “rey sol”, un astro en torno al cual ha girado todo, un “moneymaker” capaz de generar los mayores ingresos y batir todos los récords. Lo fue Muhammad Ali, que se hizo rico y también hizo ricos a todos los que le rodearon: boxeadores como Frazier, Foreman o Norton; a promotores como Bob Arum y Don King, a las televisiones que conseguían audiencias inimaginables.

El ocaso y la retirada definitiva de Ali parecía que iba a sumir al boxeo en una crisis insuperable, pero entonces surgió la figura de Sugar Ray Leonard que se hizo con el centro copernicano del universo pugilísitico y que también convirtió en oro todo lo que le rodeaba. Luego vino Mike Tyson, y a este le sucedió el “Golden Boy” Óscar de la Hoya, que durante años fue la imagen del boxeo y el rey del pay per view.

Para ocupar esa posición predominante, no solo hace falta ser un gran boxeador sino mucho más: carisma, capacidad de atracción y un magnetismo especial. Quien sea capaz de ocupar esa plaza será con toda probabilidad también el deportista mejor pagado del mundo y uno de los rostros más conocidos del planeta.

POSIBLES SUCESORES

De momento, quien más posibilidades tendrá de ocupar la posición de privilegio será el ganador del combate que se va a disputar el próximo 21 de noviembre en Las Vegas entre el puertorriqueño Miguel Cotto y el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, en disputa del campeonato mundial del peso medio en versión del Consejo Mundial de Boxeo. Fuera de Mayweather y Pacquiao, Canelo y Cotto son los boxeadores que mejores cifras han conseguido y que han demostrado un mayor tirón entre los aficionados.

El duelo entre ambos es el acontecimiento más esperado de este final de temporada. Y a diferencia del combate ente Mayweather y Pacquaio, que fue un gran acontecimiento mediático y económico pero un combate lineal, predecible y aburrido que decepcionó a la gran masa de aficionados, el Cotto-Álvarez es un duelo de difícil pronóstico y que promete, por el estilo de ambos, ser apasionante y espectacular. Como atractivo añadido, el campeonato será un nuevo capítulo en la histórica rivalidad existente en el boxeo entre México y Puerto Rico.

Miguel Cotto, de 35 años y un récord de 40-4 (33 victorias por KO), es el primer puertorriqueño de la historia que se ha proclamado campeón mundial en cuatro categorías. Sus combates en Nueva York son siempre un éxito en la taquilla. Cotto no es un peso medio natural. Subió a esta división no por necesidad física sino para conseguir un título en un cuarto peso. Incluso en sus derrotas, la última de ellas precisamente ante Mayweather, el puertorriqueño se ganó el respeto y la admiración del aficionado.

Tras dos reveses consecutivos en 2012, Cotto se puso en manos del prestigioso entrenador Freddie Roach y desde entonces ha recuperado su mejor forma con tres brillantes victorias antes del límite, si bien es cierto que las dos últimas fueron ante un mermado por las lesiones Sergio “Maravilla” Martínez, y ante el excampeón australiano Daniel Geale debilitado por la obligación de dar un peso exigido por Cotto por debajo del límite de la categoría. A Cotto es difícil recordarle en un combate aburrido.

A sus 25 años, el mexicano Saúl Álvarez, campeón en el peso superwélter, opta a un título en un segundo peso. A pesar de su juventud, cuenta con un extenso palmarés de 44-1-1 (32 por KO) ya que debutó en el boxeo rentado con tan solo quince años.

El único tropiezo de su carrera es una derrota por puntos ante Mayweather en 2013. Pero desde entonces lleva tres victorias consecutivas y mantiene su popularidad y tirón tanto en México como en Estados Unidos. Canelo, al que apodan así por el color de su pelo, tiene presencia, un estilo atractivo y además parece tener un especial magnetismo como para convertirse en gran estrella.

El tercer pretendiente al trono vacante de Mayweather es el kazajo Gennady Golovkin, actualmente campeón del peso medio para la IBF y la WBA. A sus 33 años ha ganado los 34 combates que ha disputado, 31 de ellos por la vía rápida. A día de hoy está en un nivel superior al de Canelo y Cotto y sería claro favorito ante cualquiera de los dos, aunque por el momento no se acerque a ellos en términos de popularidad.

En su último combate, el pasado 17 de octubre, derrotó sin contemplaciones en ocho episodios al canadiense David Lemieux. La superioridad y la contundencia que mostró en este campeonato unificado no dejan dudas en cuanto a su categoría como boxeador, pero las cifras en su primer combate estelar en pay-per-view, 150.000 ventas según los datos oficiales, no alcanzaron las expectativas generadas.

Golovkin aún necesita promoción en Estados Unidos y para coronarse rey del boxeo necesitará imperiosamente un enfrentamiento con el ganador del Cotto-Álvarez. El Consejo Mundial de Boxeo ha dado un paso importante ordenando ese combate del que saldría un monarca unificado en el peso medio, tradicionalmente la categoría reina del boxeo.

Habrá que esperar al 21 de noviembre para ver quién sale como vencedor y si este acepta el reto de medirse con el kazajo o bien decide abandonar el título antes que enfrentarse a Golovkin. El hecho de que ni Cotto ni Álvarez sean pesos medios naturales podría complicar las negociaciones en caso de que quisieran imponer alguna restricción en el peso, pactando un peso máximo por debajo del límite de la división.

El resto, se encuentra aún lejos de poder ocupar el trono que deja vacante Mayweather. El mejor boxeador de la actualidad es Román “Chocolatito” González, imbatido y con títulos en el peso paja, minimosca y mosca. Pero a pesar de su categoría, siendo nicaragüense y militando en las divisiones bajas, le resultará muy difícil pasar de un segundo plano en ingresos y audiencias.

Otro candidato es el también imbatido Andre Ward, campeón olímpico y hasta hace poco campeón indiscutible en el peso supermedio. Pero distintos pleitos con su antigua promotora han provocado largos períodos de inactividad: tan solo tres combates en los últimos cuatro años. Acaba de firmar un contrato con la HBO que pretende relanzar su carrera. Aunque, de momento, lo que le sobra de maestría boxística le falta de carisma y tirón popular.

El boxeo ha entrado en una nueva etapa que aún está por definirse. En el horizonte hay jugosos combates que sin duda relanzarán el interés por este deporte, que tiene que reajustarse  y encontrar cuanto antes esa tradicional figura hegemónica que lidere una nueva era.

Noticias relacionadas