La derrota de Marta Domínguez en Londres 2012, donde perdió definitivamente el sueño de una medalla olímpica, no será ya la más amarga de su carrera. La todavía senadora del PP por Palencia no repetirá en la legislatura próxima, pero además deja de ser definitivamente la mejor atleta española de todos los tiempos, como la definió el presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola. O al menos eso certifica el Tribunal de Arbitraje Deportivo, máxima instancia de la justicia deportiva. “Marta va a recurrir”, afirma a EL ESPAÑOL su abogado, José Rodríguez.
Marta Domínguez tiene pensado presentar una apelación al Tribunal de Derechos Humanos por lo que considera una indefensión (por falta de justificación) sobre la validez del pasaporte biológico, el procedimiento instaurado por la Federación Internacional de Atletismo en 2011 para detectar a los deportistas tramposos que recurrían al dopaje sanguíneo, una práctica escurridiza muy díficil de demostrar hasta hace pocos años: una práctica fraudulenta que consiste básicamente en aumentar la cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina en sangre.
La heroína de la cinta rosa
La senadora palentina es vicepresidenta de la Real Federación Española de Atletismo, aunque en diciembre de 2010 fue suspendida cautelarmente del cargo. Su suerte cambió en diciembre de ese año. Hasta entonces, campeona mundial de 3.000 metros obstáculos y europea de 5,000 metros, la cinta rosa con la que participaba en las grandes carreras era famosa en media España y casi encarnaba individualmente el auge del deporte femenino en un país que se acostumbró a ganar medallas y campeonatos.
El punto de inflexión se produjo el 9 de diciembre de 2010 cuando fue detenida por la Guardia Civil en el marco de la célebre Operación Galgo, donde estaban implicados también su entrenador y el conocido médico canario Eufemiano Fuentes, famoso desde la Operación Puerto contra el dopaje y su colaboración con deportistas de toda índole. Quedó en libertad con cargos tras prestar declaración. Los agentes habían encontrado en su casa medicamentos y documentación relacionados con una red de especialistas en medicina deportiva, farmacéuticos, entrenadores, representantes y otros deportistas de élite.
La 'Operación Galgo'
Domínguez fue imputada poco después por un delito contra la salud pública y blanqueo de dinero, pero poco después su imputación era separada del procedimiento colectivo para los presuntos responsables de la red de tráfico de sustancias ilegales. Su entrenador, César Pérez, presentó además un recurso contra unas escuchas realizadas por la Guardia Civil, pero fue rechazado por la juez. El auto recogía varias conversaciones entre atleta y preparador. El 10 de julio de 2010, por ejemplo, Pérez y Domínguez hablaban en los siguientes términos sobre una competición en la que acababa de participar:
César: ¿Todo lo demás bien, entonces?
Marta: Sí, todo, todo bien. Además, mejor segunda que primera.
César: Vale, a eso me refiero, no te han dado por saco mucho, ¿no?
Marta: Pues lo que te digo, no hace falta repetirlo.
Con el correr de las semanas, y después de que los análisis realizados por la Agencia Española del Medicamento y la Agencia Estatal Antidopaje ofreciesen resultados negativos, la juez Mercedes Pérez Barrios exculpó a Marta Domínguez de suministro de fármacos ilegales a otros atletas. Por si fuese poco, la magistrada anuló las escuchas telefónicas practicadas por la Guardia Civil porque su presunto consumo de sustancias prohibidas nunca hubiesen dado a sanciones penales, sino deportivas.
La acusación adicional por delito fiscal (considerada finalmente una “reprochable infracción tributaria”) fue también sobreseída. El único condenado por la Operación Galgo fue el atleta de orígen etíope Alemayehu Bezabeh: dos años de suspensión y una multa de 3.001 euros por tentativa de dopaje. La atleta fue elegida senadora en 2011 y pensó seguramente que todo había pasado; era la portavoz popular de Educación y Deporte en la cámara alta.
Intervención de la IAAF
En mayo de 2013 la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) decidió abrir un proceso en su contra por dopaje, basado esta vez en el estudio de su “pasaporte biológico” durante varios años. Solicitaban cuatro años de suspensión. En marzo de 2014 la Federación Española de Atletismo absolvió a la deportista, pero la IAAF no se olvidó del caso. Consideraba que los valores sanguíneos presentes en su pasaporte biológico entre el 5 de agosto de 2009 y el 4 de enero de 2013 (coincidiendo con el tiempo en que la palentina obtuvo el título mundial de 3.000 metros obstáculos) apuntaban a un dopaje sanguíneo continuado e insistía en los cuatro años de suspensión.
Inmediatamente presentó una apelación al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). El procedimiento se retrasó por una petición de protección de datos elevada por la propia senadora (todavía no resuelta), pero la IAAF esperó pacientemente y logró que el caso llegase a Lausana, sede del TAS.
El miércoles, cuando el PP se apresuró a retirarla de su puesto (escaño asegurado) en la listas electorales por Madrid, se vaticinaba ya que su suerte estaba echada. Los tres años de suspensión no importan mucho en una deportista retirada de los circuitos en 2012. Su medalla de oro en los mundiales de Berlin y la de plata en los europeos de Barcelona ya no le pertenecen. Ha agotado las instancias deportivas. La heroína que simbolizaba el esfuerzo deportivo femenino en España queda casi definitivamente desacreditada.
Apoyos oficiales
La Federación de Atletismo insiste en que acata la decisión y “no tiene nada que decir”. Domínguez siempre tuvo el apoyo de Odriozola, que pasó de decir "soy partidario desde hace mucho tiempo del pasaporte biológico en el atletismo, de que sirva para competir o no, de que sea norma” a cuestionar la validez universal del procedimiento y recalcar (en 2014): “Sigo confiando en la limpieza de Marta mientras no se demuestre lo contrario, y además la admiro porque es la mejor atleta española de la historia”.
El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, dijo a su vez sobre las mismas fechas: "Marta Domínguez sigue siendo la atleta española por excelencia —alabó Blanco—. Si ha pasado 50.000 controles antidopaje sin problemas y, por mi información, sólo hay un valor anómalo en su pasaporte, lo que hay que cuestionarse es si el método del pasaporte biológico es fiable al cien por cien".
La ex atleta (o al menos su abogado) dice querer seguir en su carrera hacia adelante, seguir mereciéndose la escultura que tiene en su Palencia natal o los pabellones y colegios que la homenajean en su nombre. En 2011 estuvo entre los 19 candidatos al Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Pero en Europa no parece tener tanto predicamento.