Gabby Douglas es una absoluta desconocida en España. Probablemente ni con el oro olímpico que ganó en Río al cuello la reconocerían, aunque si ampliamos la foto y vemos justo tras ella a Simone Biles, también de oro aquel día, al menos sabemos que es gimnasta estadounidense y que en Río se proclamó campeona por equipos. Una foto en la que hay otras tres gimnastas estadounideses. Todas ellas con la mano en el corazón, todas menos ella, menos Gabby Douglas. Ella, que tantas críticas recibió, es hoy, sin quererlo, quizás incluso sin saberlo, origen y causa del mayor escándalo patriótico que azota al deporte estadounidense desde que Tommie Smith y John Carlos levantasen sus puños enguantados en cuero en el podio de México 1968.
Casi medio siglo ha transcurrido desde que el 'Black Power' se hiciera notar en una cita olímpica, casi 50 años en los que han evolucionado la ciencia, la tecnología, el deporte e, incluso, las libertades sociales, aunque la realidad pueda desmentir esta última afirmación.
Según The Counted, un estudio estadístico desarrollado por el diario británico The Guardian, hasta el 8 de julio de este año son 566 las personas que la policia estadounidense ha matado. Del total, 'sólo' 136 son negros, lo que supone un 24% del total cuando la población de color supera escasamente el 2% del total en Estados Unidos. Cifras que alcanzaron el culmen de su escalada cuando precisamente una protesta por la brutalidad policial contra los negros terminó con 5 agentes muertos -todos ellos blancos- por los disparos de dos francotiradores.
Una tensión que saltó al mundo del deporte con aquella representación de los panteras negras o con un Muhammad Ali que traspasó las fronteras del deporte. Precisamente lo que ha sucedido con un jugador de fútbol americano al que nadie escuchó jamás al otro lado del Atlántico y por el que hoy incluso Barack Obama saca la cara ("No tengo dudas de que su reclamo está basado en problemas legítimos"). Porque el patriotismo es opcional en una democracia. O no. Eso depende, porque desde que Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers, decidió arrodillarse durante el himno en un encuentro de pretemporada, la Gran América está dividida.
Hijo de una adolescente blanca de 19 años y abandonado por su padre negro antes de nacer, Kaepernick, de 28 años y con un contrato vigente de 19 millones de dólares, nunca se caracterizó por sus manifestaciones políticas. Ni siquiera por ser uno de esos deportistas polémicos que pueblan las franquicias de la NFL, la NHL o la NBA.
Adoptado por un matrimonio blanco, las críticas que recibió Gabby Douglas provocaron algo en él. Algo que le hizo atacar lo más sagrado en Estados Unidos, algo que le ha valido también las críticas no sólo de algunos políticos o personajes de la farándula como la modelo Kate Upton o el cantante Kid Rock. Incluso muchos de los aficionados de los 49ers se han despachado quemando su camiseta mientras entonan la letra del The Star-Spangled Banner, el himno estadounidense.
Por suerte para él, que ha pasado a convertirse en el jugador que más camisetas vende en la NFL (y que donará todos sus beneficios a los más necesitados), también son muchos los deportistas que han decidido mostrarle su apoyo. No sólo su compañero Eric Reid, que se arrodilla junto a él antes de cada partido, o sus otros compañeros, Antoine Bethea y Eli Harold, que levantan el puño como en aquel black power de finales de los 60.
No, a Kaepernick, también le han apoyado estrellas del calado y la trascendencia de Carmelo Anthony, líder de los New York Knicks, o Stephen Curry, quizás el jugador más importante de la NBA junto a LeBron James. Pero también deportistas blancos se han unido a la protesta, como lo hizo la futbolista Megan Rapinoe.
"No voy a mantenerme de pie para demostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la de color. Para mí, esto es más grande que el fútbol americano en sí mismo. Y sería egoísta por mi parte mirar hacia otro lado. Hay cadáveres en las calles, y gente que apenas recibe una licencia paga y se escapa con un asesinato a cuestas", dijo Kaepernick después de su primer acto de rebeldía en el encuentro contra los Green Bay Packers.
Un desafío que se ha mantenido por cuatro partidos y que no parece que vaya a terminarse en el corto plazo, por lo que desde la NFL y en palabras de su comisionado, Roger Goodell, expresaron su descontento: "Respeto el derecho a protesta y el reclamo, pero no las formas. Apoyo a los jugadores que quieren un cambio en la sociedad, pero por otro lado soy un ferviente creyente en el patriotismo que se refleja en la NFL".
En el discurso de Goodell, algunos han querido ver aquella figura del 'blanco moderado' a la que tanto temía Martin Luhter King Jr. ("He llegado a la lamentable conclusión de que la gran piedra en el camino de los negros hacia la libertad no es el Ku Klux Klan ni el Consejo de Ciudadanos Blancos, sino el blanco moderado, que es más devoto del 'orden' que de la justicia"), aunque el debate ahora mismo no gira en torno a blancos y negros, sino que tiene su mirada fija en quien ofende a la bandera, sea por la razón que sea.