Ya hay fecha para el esperado combate de los 30 millones de libras (33.321.000 euros) entre el inglés Anthony Joshua y el ucraniano Wladimir Klitschko en busca del título de los pesos pesados que deja vacante Tyson Fury. Será el 10 de diciembre, como informa The Telegraph a falta de una confirmación oficial que llegará la próxima semana por parte de la promotora Matchroom Sport.
El Manchester Arena se presume como escenario de la pelea entre el campeón olímpico de los súper pesados en Londres 2012, imbatido, y Klitschko, número uno del mundo. Su reinado como campeón de los pesos pesados ya dura nueve años y medio, aunque este compromiso le llegará tras casi un año fuera del ring.
En un primer momento, el rival del ucraniano iba a ser Fury. Se lo había ganado derrotando al boxeador de Europa del Este el pasado noviembre en Düsseldorf. Gracias a esa victoria, se llevó un título de la Federación Internacional de Boxeo que no pudo defender contra Vyacheslav Glazkov por una cláusula de revancha contra Klitschko.
Una que de momento no se dará al haber sido suspendida la licencia de Fury horas después de que renunciase a sus títulos de la Asociación Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial del Boxeo. Sus problemas con la cocaína tuvieron la culpa. Su cinturón de la Federación Internacional de Boxeo tampoco le pertenece ya al arrebatárselo Joshua en abril tras derrotar a Charles Martin.
El Joshua-Klitschko, que podría convertirse en el combate de pago más visto con un boxeador británico peleando por un título mundial de por medio, presenta al ucraniano como favorito. Imposible que no lo sea con los 368 asaltos ganados en 20 años de carrera, frente a los 41 en 17 peleas de Joshua. El reto del de Watford será anular la efectividad de los golpes largos de Klitschko. Si lo logra, la pelea estará totalmente abierta para ambos combatientes.
Joshua sirvió de sparring a Klitschko en un training camp en Austria hace 16 meses. Un buen ensayo general antes de medirse de forma oficial en menos de dos. "Quizá el paso del tiempo le juegue una mala pasada (al ucraniano)", dice el aspirante, para el que la juventud quizá no sea un contratiempo, sino todo lo contrario. Su veterano rival ya reconoció todo su potencial en aquel primer encuentro. Ahora ha llegado el momento de ver si esas aptitudes también quedan reflejadas a la hora de la verdad.