Los campeones en categoría júnior en natación no son automáticamente plusmarquistas en categoría absoluta. Mireia Belmonte tuvo que esforzarse en soledad un lustro desde su éxito juvenil hasta dominar el mundo. En el caso de África Zamorano (Barcelona, 1998) hay que tener la misma paciencia, aunque lleve, eso es evidente, el camino bien adelantado. Más aún con la mínima olímpica que consiguió para los pasados Juegos de Río de Janeiro, con 18 años recién cumplidos.

En la concentración de la selección española en Japón para la Copa del Mundo, hace unas semanas, la Federación de Natación reunió a las grandes esperanzas de nuestras piscinas. Joan Lluis Pons, Miguel Ortiz-Cañavate, Alberto Lozano, Albert Escrits, Joan Casanovas, Jimena Pérez Blanco y África Zamorano (Club Natació Sant Andreu, doble campeona de Europa júnior en 200 y 400 estilos, Dordrecht –Holanda– 2014, bronce en 400 estilos en el Campeonato del Mundo júnior de Singapur 2015).

EL ESPAÑOL ha hablado con ella sobre esta experiencia en Tokyo, sede de los próximos Juegos Olímpicos, sobre el arranque de la temporada y sobre la presión de llevar colgada la etiqueta de sucesora de Mireia.

Ha tenido la oportunidad de conocer la próxima ciudad olímpica. ¿Eran las mismas instalaciones en las que van a disputarse los Juegos?

Por lo que me dijeron, creo que están construyendo otras. Creo que esta piscina sólo estaría para calentar, no sería la de competición.

Usted ya ha tenido la suerte de estar en unos Juegos Olímpicos, los de Río de Janeiro. ¿Cómo ve la comparación entre las dos ciudades para la organización de un megaevento de estas características?

Los japoneses tienen mucho dinero, y los Juegos en Tokio serán una pasada. Por lo que he visto allí, creo que estarán bien. El único problema es que, por lo que me dijeron, estaban construyendo las instalaciones muy cerca del mar y había inconvenientes con el agua bajo esa superficie, así que estaban cambiando algunos sitios de construcción. Río no se podrá comparar con Tokio.

¿Cómo se ha encontrado en esta etapa de la Copa del Mundo, había mucho nivel?

Sí, la verdad es que había bastante nivel. Yo no lo llevaba bien preparado porque ahora estamos comenzando la temporada y venía de un tiempo parada. No me fue muy bien porque no me acerqué mucho a mis mejores marcas, pero di el cien por cien y las otras nadadoras estuvieron mejor que yo. Aun así, esperaba poder haber entrado en alguna semifinal o final, y no pude.

¿En qué época del año tiene pensado alcanzar el máximo nivel de forma?

Ahora mismo tenemos varios objetivos. Uno a largo plazo (2020) y el de este año. Queremos preparar el Campeonato de España Open, que es en primavera, y que es donde puedes conseguir la marca para ir al Mundial de Budapest de este verano. Nos preparamos para ese campeonato, y para eso tenemos que ir a varias competiciones, de momento en piscina de 25 metros, hasta que en diciembre lleguen los Campeonatos de España de piscina corta. Luego ya empezaremos a competir en piscinas de 50.

Zamorano pensativa durante una competición. Club Natació Sant Andreu

CONTRA LA CORRIENTE DE PENSAR SÓLO EN NATACIÓN

Para las chicas que se quieran dedicar a la natación, y no sepan cómo funciona la relación con los clubes, ¿qué características tiene su contrato con el Club Natació Sant Andreu?

La verdad es que no hago mucho caso a los contratos, pero bueno. Es un contrato normal. Lo único importante que me piden es que vaya a entrenar con ellos. Y que compita con el club.

¿Con salario estipulado, o eso lo saca de los patrocinios deportivos?

No, los patrocinios van aparte. Hay un salario fijo con el club.

¿Una nadadora de su proyección consigue ser mileurista?

No, el salario no es muy abundante, para nada. Lo que puede el club ahora mismo.

¿Y en el patrocinio están las cosas mejor?

A mí me patrocina Speedo, y me ofrece bañadores de competición, material para entrenar y eso.

Es decir, todo este esfuerzo hay que compatibilizarlo con estudios y/o trabajo.

Estoy estudiando ahora segundo de Bachillerato. Me partí el Bachillerato en tres años, y este es mi último año. Quiero hacer la selectividad. También cobro ahora una beca que se llama Beca Podium, de Telefónica, que ayuda económicamente.

Supongo que habrá cosas que, como nadadora profesional que es, le apetecería hacer y no puede.

Tener un poco más de vida social, la verdad. Y, no sé, estar un poco más en la vida, que no se trate sólo de centrarme en la natación. Yo lo intento, porque no es mi único objetivo estar entrenando toda mi vida. También me quiero ganar la vida trabajando de lo que yo quiera después de haber estudiado.

Zamorano junto a varias compañeras. Club Natació Sant Andreu

¿De qué le gustaría trabajar cuando termine su carrera deportiva?

Me gustaría ser comadrona. Me gustaría estudiar enfermería, pero compaginarlo cuesta mucho. Me organizo todo lo mejor que puedo y aun así es duro llegar a todo, porque no se puede. Poco a poco, y ya está.

Nadar es una actividad solitaria, sobre todo entrenando. Hay quien opina que algo aburrida. ¿En qué piensa mientras va nadando?

En muchas cosas, en muchísimas cosas. Hay tiempo para todo. Lo primero es que tu entrenador se piense que estás pensando en el entreno y que estás concentrada, porque si no la has cagado. A mí me cuesta mucho prestar atención, siempre estoy pensando en mis cosas. Si tengo un examen, por la mañana cuando me tiro a entrenar lo repaso todo entero. Si tengo algún problema, pienso en ello durante el calentamiento. Cuando no sé qué pensar, empiezo a cantar para mis adentros.

¿Y qué suele cantar?

Últimamente escucho mucho reguetón. Y también canto canciones de Maldita Nerea.

SALUDAR A LA PISCINA Y DESPEDIRSE DE ELLA EN CADA ENTRENAMIENTO

Volviendo a su estancia en Tokio, ¿han podido estar en contacto con los métodos de entrenamiento japoneses?

Sí, al margen de la competición también visitamos la Toyo University. Estuvimos muy bien allí. Convivimos con ellos y estuvimos viendo cómo entrenaban. Es una universidad que tiene piscina y un club allí en Tokio.

¿Veía muchas diferencias con respecto a nuestra natación profesional?

Muchísimas. Son muy diferentes. No sé cómo lo hacen pero todo les sale perfecto. Son muy respetuosos, todos hacen caso al entrenador a la primera, todos hacen lo que les dicen, es una pasada.

¿Dónde aparecen esas diferencias con respecto a los clubes en Japón?

Tienen cosas en las que los españoles no hubiéramos caído. Por ejemplo, lo de quitarse los zapatos para entrar en cualquier sitio. Eso, quieras o no, hace algo. O limpiar la piscina todos los domingos, cuando no hay entrenamiento, para tenerla limpia durante toda la semana.

Zamorano celebrando su clasificación para Río. Club Natació Sant Andreu

¿Cuál ha sido la curiosidad que más le ha llamado la atención?

Siempre saludan a la piscina antes de tirarse.

¿Saludan a la piscina?

Sí, hacen como una reverencia, mirándola. Dicen primero cada uno unas palabras en japonés, y luego una todos juntos a la vez. Eso, antes del entrenamiento y también después del entrenamiento.

¿A usted le tocó hacer eso también? ¿Saludar a la piscina y despedirse de ella?

Claro, aunque no entendiera lo que decían hacía la reverencia igualmente, aunque sin decir nada.

SU RELACIÓN CON MIREIA BELMONTE

África Zamorano forma parte de un grupo de entrenamiento, dirigido por Jordi Jou, en el cual destaca Jessica Vall, que ha logrado medallas tanto en Campeonatos de Europa como en Mundiales y Juegos del Mediterráneo, y que representará a España en los Mundiales de Piscina Corta de Windsor (Canadá). Este domingo, África pone de nuevo a prueba todo lo practicado en el Club Natació Sant Andreu. Compite en la siguiente etapa del Circuito Catalán de Trofeos de Natación, en el Complex Esportiu Piscines Municipals de Manresa. En el foco, como primera gran cita de su temporada: los Campeonatos de España de piscina corta en Sabadell, a mediados de diciembre.

Mientras se van sucediendo las citas en el calendario, la etiqueta de sucesora de Mireia Belmonte pesa mucho sobre sus hombros. Por eso, es interesante conocer también cómo es su relación con la gran campeona badalonesa –la gran baza española en los mencionados Mundiales de Windsor–.

A Mireia Belmonte, con la que ya le comparan, la conoce muy bien de las concentraciones, ¿verdad?

Sí, la conozco bastante bien. Incluso estuvimos juntas en la habitación de Río de Janeiro. Era como un piso, con distintas habitaciones, y ella estaba conmigo.

¿Y qué tal fue la convivencia?

Teníamos que respetar su horario, porque cuando nosotros habíamos terminado la competición, a ella aún le quedaban pruebas para nadar. Teníamos que respetarlo por si tenía que descansar o irse a dormir pronto.

¿Es simpática con usted?

Es muy maja. Lo que pasa es que es muy diferente a nosotras. Todo se lo organiza, se lo planifica. Lo tiene controladísimo todo para que luego le salgan las cosas bien. También compartíamos piso con la fisioterapeuta, por ejemplo. Por la noche tenía masajes de dos horas o así.

Zamorano en plena acción. Club Natació Sant Andreu

¿Recuerda cuándo la conoció?

Seguramente sería en alguna competición, o en alguna concentración. Recuerdo que una vez teníamos que entrenar y a mí me pusieron a entrenar con ella, porque nadamos más o menos lo mismo y compartíamos el mismo entrenamiento.

¿Y le da algún consejo?

Soy yo la que me fijo mucho en ella. Y hablamos de muchas cosas. Una vez yo llevaba las uñas mal pintadas y me dijo “Tía, pero quítatelas ya y píntatelas”.

Todo controladísimo. Hasta el último detalle.

Sí, y yo soy muy descuidada en esas cosas. Ella se hace la manicura y todo.

¿Y qué le dice a toda esa gente que ya habla de usted como la sucesora de Mireia?

Bastante gente me lo ha dicho. Intento no pensar en ello, sinceramente. Me entra por una oreja y me sale por la otra. No le doy mucha importancia, no me quiero poner eso como reto.

¿Es mucha presión para usted que le digan esas cosas?

Sí. No me gusta pensar que si la gente me dice eso será por algo, no me quiero comer la cabeza.

Desde que Mireia Belmonte fue campeona júnior hasta que llegó a la cima en categoría absoluta, tuvo que entrenar muchísimo. ¿Está preparada para esa etapa?

Sí que es verdad que cuando pasas de júnior a absoluto lo notas mucho. Ya no estás compitiendo con gente de tu edad, hay quienes te sacan cinco, seis o siete años. No estoy muy capacitada todavía, pero ya estoy entrenando con un grupo de categoría absoluta. Entrenamos juntos, chicos y chicas. Eso ayuda a afrontarlo mejor.

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