Salamanca

El miércoles pasado, Ruth Beitia y su entrenador Ramón Torralbo acordaron una notable revolución técnica para tratar de solucionar un desbarajuste que se había producido en las últimas competiciones de la campeona olímpica. Ruth gozaba de una forma física óptima, con todas las fases del salto perfectamente interiorizadas, pero estaba batiendo ligeramente alejada del listón. Las tentativas en sí eran buenas, mas en alturas elevadas los nulos se repetían por esa falta de espacio en el aire: caía sobre la barra derribándola.

Salamanca2017 - Ruth Beitia campeona en altura con 1,96m

“Estaba teniendo un problema de un ajuste visual”, explicó Ruth Beitia después de lograr en Salamanca su 16º título de campeona de España indoor con una marca de 1.96 metros. “Independientemente de que adelantase o retrasase la marca de salida un pie o dos, batía constantemente en el mismo sitio, quedándome lejos, subiendo muy alto, pero cayendo encima del listón”. Sin embargo, este domingo la sonrisa perenne de la cántabra brilló de nuevo con fuerza.

Entonces, ¿qué fue lo que acordaron discípula y maestro el miércoles pasado en su cuartel general, el módulo cubierto de Santander? Beitia propuso a su técnico aumentar en un apoyo la carrera —esa que comienza con el jugueteo inconsciente de los dedos de la mano derecha—, es decir, pasar de nueve a diez zancadas partiendo de parado. Reflexionando sobre las posibles soluciones, y sabiendo que Ruth necesitaba generar una pizca más de velocidad en el último tramo de la fase de aceleración, Torralbo optó por retomar una fórmula del pasado: la triple campeona continental recuperaría la carrera de diez apoyos con unos pasos previos —la precarrera— para correr más rápido.

“Ruth se encontraba atrapada porque en las últimas competiciones estaba saltando un poco más alejada de su posición de batida”, comentó el entrenador a este periódico; “y aunque modificásemos la carrera seguía siempre saltando en el mismo sitio. En alturas bajas no había problema, pero en las alturas elevadas, cuando no bates en el sitio, no pasas el listón. Hemos decidido buscar una solución que es salir otra vez de lanzado”.

Ruth Beitia en el Campeonato de España de Salamanca. EFE

La sesión técnica de saltos del miércoles fue un “vuelco rocambolesco” que Beitia disfrutó y aprovechó para recuperar sensaciones positivas. “Quería salir de ese bache, de ese desajuste visual, y Ramón es un motivador nato; sabe también cómo mantenerme en ese estado de alerta, de felicidad, que me gusta a mí para competir. Esta vez fue él quien lo decidió y uno por otro siempre nos mantenemos motivados”, reconoció la saltadora.

Y es que en Salamanca, en un fin de semana vibrante de atletismo, Ruth Beitia, a punto de cumplir los 38 años, volvió a volar. Estos cambios técnicos le han conferido un renovado impulso. Tras más de una hora viendo cómo sus rivales iban quedando eliminadas —la medalla de plata fue para la monfortina Saleta Fernández con 1.82m y el bronce para Cristina Ferrando con 1.79m—, la campeona olímpica se calzó las zapatillas de clavos y franqueó listones con elegancia. El mejor salto del día fue de 1.96 metros —también el mejor de la temporada—; para enfrentarse después, aunque sin fortuna, a la barrera de los dos metros.

"Es una apuesta arriesgada"

“Es una sensación super gratificante ver que vuelvo a estar ahí y enfrentarme a los dos metros. Era el segundo día que probaba esta carrera y me he sentido muy cómoda aunque aún hay que pulirla”, confesó una Beitia ilusionada y que no pierde la ilusión por su deporte ni las ganas de seguir aprendiendo. “El cambio le ha venido muy bien porque ella se ha adaptado muy rápidamente”, resumió Torralbo. “Han sido muy pocos saltos los que hemos entrenado y habrá que seguir modificando la carrera esta semana”.

¿Pero es este movimiento un retoque provisional o un giro ambicioso? “Esto es una apuesta arriesgada y creo que la mantendremos en el tiempo”, respondió Beitia a EL ESPAÑOL. El técnico, añade: “Lo tenemos que hablar pero yo la he visto más fluida que en competiciones anteriores. Se le vio más cómoda”.

Antes del Europeo de Belgrado (del 3 al 5 de marzo), Ruth Beitia saltará este viernes en el Meeting Internacional de Madrid para terminar de perfeccionar esta revolución técnica. En la capital serbia aguarda otra contienda por la que sería su decimoquinta medalla internacional. Un bagaje que últimamente solo se alimenta de oro.

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