¿Raro? ¿Qué es ser raro? John Lennon siempre sostuvo que lo extraño es no serlo. De hecho, a menudo, determinadas cosas tildadas como ‘locuras’ o ‘rarezas’ acaban convertidas en algo normal -o lo que, al menos, la sociedad establece como normal-. Por ejemplo, ¿quién iba a pensar que legiones de personas acabarían andando para buscar Pokémons o que podrían echarse novia por Internet? Seguramente, nadie. Al principio, alguien diría: ¡¡Qué hacen!! Pero después se sumarían a la causa. Por eso quizás sea arriesgado hablar del Bo-Taoshi como un deporte raro. Mejor dejarlo en poco convencional, no vaya a ser que… En cualquier caso, toca explicar en qué consiste, aunque sea por curiosidad.



El Bo-Taoshi es un deporte. Eso seguro. Nadie puede argumentar otra cosa. Se suda, se pelea y se acaba fundido. Muy fundido -incluso-. Pero, yendo a lo importante: a grandes rasgos se podría decir que consiste en derribar el palo del otro equipo. Así de simple y, al mismo tiempo, así de complicado. Al fin y al cabo, casi cualquier disciplina se puede explicar con una frase sencilla. Ya saben, el fútbol es meter una pelota dentro de una portería, el baloncesto en hacer lo propio en una canasta y el golf, por poner un último ejemplo, en colarla en un hoyo. Pero luego hay más cosas intrínsecas que forman parte del juego y que merece la pena contar.

Capture The Flag in Japan (Bo Taoshi)



Yendo a lo básico, este particular deporte se inventó en 1954 y lo practican dos grupos de 150 personas. 75 defienden y otras 75 atacan. El palo se pone en perpendicular y, mientras un equipo trata de contener, el otro intenta que el palo ceda hasta los 30 metros -hasta 1973 bastaba con que fueran 45-, pero ahora la exigencia es mayor. ¿Y cómo lo derriban? De cualquier manera: agarrando, pisando, pegándose… Casi todo vale. El objetivo es bajar el palo en menos tiempo que el adversario. De ahí, por ejemplo, que muchos tengan que irse al hospital tras participar en el Bo-Taoshi.  



Aun así, poco importan las lesiones. En Japón es un deporte totalmente establecido, aceptado y respetado. Se celebra cada año en la Academia Nacional de Defensa -con hakas, cánticos y vestimentas regladas- y es habitual que se practique en colegios e instituciones públicas. Aunque, por otra parte, en otras está prohibido por ser un deporte ‘violento’. Pero, con independencia de las reglas y los métodos de celebración, en el país del Sol naciente es algo tan normal como que en España existan corridas de toros.



Si se piensa fríamente, el Bo-Taoshi responde a los cánones básicos de muchos de los deportes que han surgido en Japón. Por ejemplo, el kárate, el sumo o el kendo, que también, a pesar de ser una disciplina particular, se puede practicar en España. Y todos ellos tienen algo en común: son deportes en los que hay contacto. Mucho menos que en el boxeo o el Muay Thai, pero mucho más que en el fútbol, el baloncesto o el voleibol. Por eso, quizás, quién sabe, en un tiempo lo veremos por Europa. Como los Pokémon, las Nintendo o esa nueva moda de hablar por teléfono con cascos. Cosas raras; cosas normales. Ya lo decía John Lennon.

Bo-Taoshi. Wikimedia Commons

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