En la primera semifinal de los 1.500 metros, Adel Mechaal coge la cabeza de carrera tras completarse la primera vuelta, se pone a tirar porque el ritmo es lento. Había hablado con su entrenador, Antonio Serrano, que si ningún atleta quería correr rápido tenía que ser él el encargado de pisar el acelerador. Sumergido el grupo, todavía compacto, en el último giro a la pista, aparecen los codazos y los empujones. El fondista español se medio trastabilla y se retrasa ligeramente, pero se mantiene pegado a la curva y completa los últimos 200m con fuerza, controlando a los rivales que vienen por detrás. Entra 5º con un tiempo de 3m40.60s, suficiente para colarse en la final (domingo a las 21:30 horas) de forma directa.
Mechaal cumple de esta forma su objetivo del Mundial de Londres sin grandes apuros, según dice tras cruzar la línea de meta: "He gestionado la quinta plaza sabiendo que aún tenía un cambio más por si fuese necesario. En días como hoy da igual ganar que ser 5º". Su carrera la dominan dos keniatas, Manangoi (3:40.10), el atleta más rápido del año sobre la distancia, y Kiprop (3:40.14), el segundo mejor de la historia y campeón en las tres últimas ocasiones.
El atleta de Palamós, liberado ya tras la absolución del TAS, es el primer español que se mete en la final de un 1.500 mundial desde Daegu 2011, cuando el sevillano Manuel Olmedo terminó cuarto. Ojalá fuera el sábado la final y no el domingo, dice Mechaal, que presume de tener mejor capacidad de recuperación que sus rivales, como el checo Holusa, vencedor de la segunda semi (3:38.05) tras un rush final en el que adelanta a todos. "Mañana iba a ser un día complicado para ellos porque el láctico no deja esprintar de igual manera", afirma el español, más resistente a esfuerzos prolongados.
Esa carrera, donde sueña con cualquier cosa, prefiere Mechaal que salga rápida, a ritmo de 3:37 ó 3:38. "Por encima de ese tiempo, cualquiera puede ganar", vaticina el hombre que conoce a todos sus rivales, sus marcas y sus estados de forma. El campeón de Europa de 3.000m en pista cubierta tiene ahora la posibilidad de terminar con la sequía del atletismo español en una de las pruebas cumbre del atletismo, el 1.500, que perdura desde Sevilla 99, cuando Reyes Estévez fue bronce.
Ureña, en proyección de marca personal
El atleta español más completo, Jorge Ureña, acabó la jornada con una marca personal en los 400 metros (48.72s). A lo largo del día, el decatleta natural de Onil había corrido un 100m en 11.00s, realizado unos mejores saltos de 7.30m en longitud y de 2.08m en altura, además de lanzar el peso hasta los 13.91m.
Con 4223 puntos y pese a una proyección de superar su mejor registro de siempre (8121p), Ureña no se mostró especialmente satisfecho: "No he empezado todo lo bien que esperaba, las tres primeras han sido un poco flojas y me queda la sensación de que pensaba que estaba mejor". Para la jornada del domingo, y después de meter las piernas en hielo tras más de once horas en la pista, Ureña espera mejorar, fundamentalmente, en la prueba de disco, su principal debilidad. En las otras cuatro, las vallas, la pértiga, la jabalina y el 1.500, saldrá "a muerte".