Imagínese a una española campeona olímpica, oro en los dos últimos mundiales y referente en su deporte. Imagínense que ella, un día cualquiera, anuncia que da una rueda de prensa en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD). Imagínenselo. Mantengan la imagen en su cabeza y respondan: ¿qué esperan? Seguramente, muchos periodistas y centenares de aficionados. Que si un autógrafo por aquí, que si otro por allá. Expectación y flashes. Pues bien, el pasado jueves se dieron las condiciones para que ocurriera todo eso. Sin embargo, con Carolina de Marín como atractivo, lo sucedido distó mucho de la realidad.

En el Consejo Superior de Deportes, Carolina Marín congregó a los medios. ¿El motivo? Hablar públicamente antes del Campeonato del Mundo de Bádminton de Glasgow (del 21 al 27 de agosto). Sin embargo, allí no hubo público para pedir autógrafos ni demasiados periodistas. Y la española, al final de la rueda de prensa, dio las gracias a los pocos –entre ellos, EL ESPAÑOL– que se encontraban en la sala. Una pena. Pero, más allá de las circunstancias, eso dice mucho de lo que, a pesar de ella, sigue siendo el bádminton en España. Una campeona del mundo en dos ocasiones y olímpica merece más, de eso no cabe duda. Y quiere más. “Me encuentro aún mejor que el año pasado”, reconoció. Por ella no va a quedar.



Esta semana, la española afronta el Mundial con un objetivo claro: “Voy a por el oro (sería su tercero consecutivo en una cita de este tipo)”. Para ello, ha estado concentrada los dos últimos meses en San Sebastián, buscando adaptarse al clima y a las condiciones que se va a encontrar en Glasgow (Escocia). “Hay una nueva Carolina”, reconoció en rueda de prensa. “Intento progresar para cada gran competición porque, de lo contrario, las rivales me tienen muy estudiada y lo saben todo de mí, hasta el más mínimo detalle. Por eso siempre tenemos que sorprender”, explicó.

Carolina Marín celebra un punto. EFE



Carolina Marín debutará el miércoles contra la vencedora del duelo entre Natalia Perminova y Yip Pui Yin. Antes, lo hará la otra representante española en el Mundial: Beatriz Corrales, campeona de España en 2016, que debutará este martes contra Mica Chapman o Luise Heim. Este mismo lunes también ha jugado Pablo Abián, pero se ha retirado por molestias. 



Con ese objetivo, sin andarse por las ramas, la comparecencia de Carolina Marín en el Consejo Superior de Deportes dio para más cosas. La primera, para reafirmar su confianza. Con la cabeza alta y las cosas claras, no se conforma con nada. “No habría estado dos meses entrenando si no fuera para ir a por el oro”, reconoció. Y siguió hablando de su nueva versión para este campeonato: “Tengo ganas de que llegue y dar mi mejor bádminton en la pista”.



Pero no sólo es ella la que tiene confianza en sí misma, también la tiene su entrenador, Fernando Rivas, que reconoció que la ve “mucho mejor que en los Juegos”. Eso sí, él no fue tan optimista. El técnico mostró precaución antes de la batalla: “Lo que hay que ver es si las otras están mucho mejor de lo que estaban. Al final, se trata de estar mejor que el resto, no de estar mejor que en los juegos”, finalizó.



Y con estas palabras acabó su comparecencia, sin muchos medios ni público, pero sí con una certeza: Carolina Marín está para ganar el oro. Y esa es la mejor noticia para ella y, sobre todo, para su deporte. A partir de ahí, en apenas una semana puede cambiar el panorama, en el Aeropuerto Adolfo Suárez y con ella como campeona del mundo de bádminton por tercera vez consecutiva, todo se verá mejor. 

Carolina Marín, tras ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Río. EFE

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