Irene Martínez, la heredera de Lydia Valentín en halterofilia: "Es imposible compararse con ella"
- Es la joven perla española en este deporte y está llamada a hacer grandes cosas.
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Desde este jueves se disputa en Asjabad, Turkmenistán, el 83º Mundial de Halterofilia, que será a su vez el 27º en categoría femenina. Allí, a orillas del Mar Caspio, todas las miradas estarán puestas en Lydia Valentín. Pero la cuatro veces campeona de Europa en 2014, 2015, 2017 y 2018, campeona del mundo en 2017, medalla de plata en Pekín, oro en Londres y bronce en Río no estará sola.
Con ella viajarán otros 12 halterófilos españoles, entre los que se encuentra Irene Martínez (La Coruña, 1993), la mejor gallega de la historia en esta disciplina y que este año logró un bronce en arrancada en los Europeos de Bucarest. Muchos ya la consideran como el relevo de Lydia, aunque ella cuenta a EL ESPAÑOL que todavía le queda mucho camino por recorrer para superar a la berciana: "Lydia Valentín con mi edad ya era plata olímpica por lo que creo que voy un poco tarde ya", confiesa la coruñesa.
Las comparaciones son inevitables, aunque Irene prefiere hacer oídos sordos y se deshace en elogios hacia su compañera: "No me gustan las comparaciones porque creo que cada deportista es único y diferente. Lydia Valentín es un talento y es imposible compararse con ella", asegura la joven.
Un lujo de compañera y todo un regalo entrenar con ella en la previa del Mundial: "Para mi es un privilegio entrenar con una triple medallista olímpica. Además es una deportista de la que puedes aprender mucho por lo que es un extra de motivación poder entrenar a su lado", reconoce Irene.
La primera parada hacia los Juegos Olímpicos
Irene comienza su carrera hacia Tokio 2020 el próximo lunes en el Mundial de Asjabad. Viaja a Turkmenistán con buenas sensaciones, aunque vive con los pies en la tierra, y cree que será difícil subir al podio: "En las listas preliminares de una competición se ve la gente que hay y más o menos lo que pueden levantar. Con mi marca estoy lejos de medallas así que mi objetivo es otro".
¿Y cuál es?: "Para el Europeo entrené muy duro y me respetaron bastante bien las lesiones por lo que llegué muy bien preparada y tenía en mente conseguir una medalla . Esta competición es diferente y con hacer una buena marca y dar mi 100% en el momento que estoy ahora me iré satisfecha", explica la gallega.
Una cita de altura y un entrenamiento que Irene ha tenido que modificar para adaptarse a los pequeños cambios de categoría que entraron en vigor el pasado mes de julio: "Un día normal mío es levantarme a las 8 desayunar y a las 10 ir a entrenar. Después de la primera sesión como, duermo la siesta y a las 5 voy a entrenar otra vez. Después voy al spa a recuperarme, cenar y a descansar para el día siguiente. Me alimento y suplemento bien con una dieta especial para ganar peso ya que me cuesta un poco estar en la nueva categoría de 64 kg", asegura.
La halterofilia, de deporte desconocido a pasión
Irene reconoce que la primera vez que oyó hablar de la halterofilia se echó las manos a la cabeza. Fue hasta que sintió el peso sobre su cabeza, desde entonces se ha convertido en una adicción para ella: "Fue gracias al entrenador de mi club. Él vino a mi instituto a hacer unas pruebas de captación de talentos. Yo no sabía lo que era la halterofilia pero un día probé y me quedé".
Aun así, la 'discípula' de Lidya Valentín no se ve levantando pesas siempre. Estudia, y cuando su cuerpo diga basta seguirá ligada al deporte, aunque de otra forma: "Podría dedicarme por completo a ello pero en un futuro no, es por eso que me estoy formando como fisioterapeuta para dedicarme a ello cuando el deporte termine", cuenta la gallega.
Lydia Valentín, Carolina Marín, Mireia Belmonte... todas ellas abanderadas del deporte femenino en España, figuras en disciplinas con menos eco mediático pero que gracias a sus incontestables éxitos han alcanzado la gloria y el protagonismo que se merecen, todo un ejemplo y un impulso para las próximas generaciones: "Al final si este tipo de deportes tienen visibilidad la gente lo conoce y se anima a practicarlo. Sobre todo niños y niñas que quieren ser como ellas", concluye Irene.
[Más información: Lydia Valentín, primera española en ser cuatro veces campeona de Europa de halterofilia]