Jordi Gamito, el albañil que cambió el muay thai por correr en el Everest
- El catalán es, a sus 36 años, uno de los mejores trail runners del mundo, pese a compaginarlo con su profesión en la obra.
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El deporte está plagado de historias de superación, pero cuando estas llegan desde la mayor humildad es cuando verdaderamente tocan el corazón. Para todo aquel ajeno al mundo del trail running, o carrera de montaña, el nombre de Jordi Gamito no le dirá nada.
Sin embargo, se trata de uno de los mejores del mundo en esta exigente disciplina deportiva. Sin ir más lejos, este jueves 8 de noviembre, el catalán, nacido en Playa de Aro, ciudad de Gerona -aunque actualmente reside en Camprodon-, ha conseguido, a sus 36 años, adjudicarse la primera victoria de etapa de la Everest Trail Race.
Un recorrido de 21,5 kilómetros, con un desnivel de 3.800 metros, y en el que participaron 43 corredores. Situado en Jiri, distrito de Dolankha -en la entrada natural del Solukhumbu-, la competición se desarrolla entre las montañas más altas del planeta -coronadas, lógicamente, por el Everest, la cima del mundo-.
Dia 1 - Day 1st - Everest Trail Race by The Elements@TheElementsH2O @Loadingbodymind @CarmenPr81 @tugawear @GlobalplusWeb @OutdoorRaceWT #everesttrailrace2018 #ETR2018 #everesttrailrace #trailrunning #trail #multiday #multidayraces #Himalaya#Nepal pic.twitter.com/TzySxZSBm1
— Everest Trail Race (@Everest_ETR) 8 de noviembre de 2018
Esto no amilanó a Jordi Gamito, que desde el primer punto de control ya lideraba la prueba con el dorsal número 1 a la espalda. Un recorrido no muy exigente, plagado de campos de mijo y con pocos tramos de pista y bosques.
El constante sube y baja no evitó que Gamito llegara a meta en solitario, con un tiempo de dos horas, 40 minutos y cinco segundos, seguido por Sergio Arias, de Fuenlabrada, a 17 minutos.
La tercera posición recayó en Eleuteri Adelantado, que finalizó la prueba a las tres horas, cuatro minutos y cinco segundos. Además, Gamito dominó absolutamente la prueba por equipos, junto a su compañero Manu Vilaseca, ambos del equipo The Elements.
Siete horas en la obra y cuatro entrenando
Sin embargo, ¿dónde reside, más allá de su habilidad como trail runner, lo especial de Jordi Gamiro? Pues que, como él mismo afirma: "Muchos corredores dedican la totalidad de su jornada a prepararse, a ir al gimnasio, a rodar. Yo me levanto cada día para estar a las 8 en la obra".
Así es, Jordi Gamito es albañil. Uno de los mejores ultrafondistas del mundo, que en las dos últimas temporadas no ha dejado de colarse en el top diez del Ultra Trail World Tour -la clasificación general de esta modalidad-, empezó a competir más tarde de lo normal por un sencillo hecho: tenía que trabajar en la obra para sufragar su pasión.
"Al principio hacía 10 horas en la obra y compaginarlo con los entrenamientos era muy sacrificado. Recientemente he podido reducir un poco la jornada y esto me ayuda bastante", explicó en una entrevista concedida al programa La Radio del Corredor.
Un día normal en la vida de Jordi Gamiro comienza a las siete de la mañana, cuando tiene que levantarse y trabajar hasta la una como albañil. Hasta aquí, todo normal, pero por la tarde lleva a cabo un exigente entrenamiento de tres o hasta cuatro horas en la montaña.
"Vivir del trail no es imposible, pero sí muy difícil. Yo tengo una cosa clara, no me gusta malvivir. Y es por eso que prefiero trabajar y poner de mi parte. Si con mi sueldo puedo subsistir y puedo dedicar el resto del tiempo a entrenar, mejor", explicó al ser cuestionado por no dedicarse exclusivamente al deporte.
No en vano, tras dos meses 'de vacaciones' preparando el Ultra Trail Mont Blanc 2018, Jordi Gamito tuvo que volver a la albañilería el 3 de septiembre porque estaba "a dos velas".
Exluchador de muay thai
El trail running no es la única pasión de Jordi. El muay thai, una de los artes marciales más extremas del mundo -prohibida incluso en algunos países- es algo que le llamó la atención desde pequeño.
"Siempre había deseado ir a Tailandia y me puse como meta pelear en el mayor estadio. Me reté a no volver hasta conseguirlo. Lo pude lograr y una vez logrado el objetivo decidí aparcarlo y comenzar a competir en la montaña, donde vi que podría dar algo más que en el muay thai". Así de simple. Pura dedicación.
Afirma, además, que el muay thai le ha ayudado "en el aspecto mental en carrera y en el tipo de entrenamiento, porque el entrenamiento tailandés es muy duro, de unas seis horas. La mentalidad del ejercicio sí la trasladé porque mi cabeza ya estaba acostumbrada a trabajar y sufrir muchas horas. En muay thai acababa reventado y ahora aunque esté cuatro horas no tengo la misma sensación".
Jordi Gamito es un ejemplo de tesón y superación, y por ello, para él "no hay excusas que valgan. La gente me puede decir que ha hecho diez horas en la obra, pero yo también lo he hecho y lo hago. Si tienes un objetivo lo vas a buscar. Si llegas a casa y te tumbas en el sofá es lo peor, porque no te levanta nadie. Creo que tres días a la semana de sacrifico puedes sacarlos. Si verdaderamente lo quieres, se puede".
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